La familia de Rocío, la hija de Michu y José Fernando, sigue bajo el foco de los medios tras la reciente polémica desatada por la custodia de la menor. A pesar de las numerosas manifestaciones y rumores sobre la implicación real de las diferentes partes, una de las protagonistas involuntarias del conflicto, Tamara, la hermana de Michu, ha querido poner luz sobre la situación actual y zanjar algunas de las dudas más repetidas en los últimos días.
La joven segura que no ha percibido ningún cambio en la actitud de Gloria Camila respecto a la pequeña: «Igual, lo mismo, lo mismo, es lo mismo… igual que siempre, lo mínimo, muy poco, nada, casi nada, y ya está… no, no, no, eso de que habla con Rocío todos los días, no. Además, eso, ahora que estamos en vacaciones y demás, no sé, más adelante lo que… pero que no, que ella sigue igual, es lo mismo, a su interés y ya está». Además, deja claro que la menor permanece bajo su cuidado y el de su madre, niega cualquier tipo de entendimiento personal con la hija de Ortega Cano y aclara que su relación se limita a conversaciones puntuales entre esta última y su progenitora.
La hermana de Michu asegura que ya está cansada de tanto ruido mediático y que incluso ha llegado a sentir miedo en algunas ocasiones, pero aclara que no va a renunciar a defender la reputación de los suyos. «Siempre, siempre, claro, es normal. A defenderme, claro… seguro, seguro… vendré a defenderme seguro, yo creo que sí», explica. En ese sentido, señala que lo dicho recientemente en el pueblo no le preocupa especialmente, aunque reconoce que «hay gente que quiere un minuto de gloria, bueno, yo lo entiendo, para ellos lo entiendo, un minuto de gloria, claro. Pero bueno, que sí, que claro, vendré a defenderme seguro, yo creo que sí… vamos, que eso se sabe que no es cierto, es que ya están poniendo ya todas unas bolas increíbles en el sentido de que se sabe que la niña está con nosotros, lo que pasa es que sacan lo que les interesa, lo que les conviene».
La convivencia familiar y el día a día de Rocío, según su tía, discurren con normalidad y lejos de cualquier espectáculo. «A ella que le importa, que se interese por otras cosas, ¿vale? Que se interese por otras cosas, no por lo que yo hago en mi vida o lo que hace mi madre, vamos, que es que no le interesa para nada», señala al ser interrogada sobre posibles intromisiones en la vida privada de la menor. Sobre la posibilidad de que la niña reciba catequesis, la entrevistada prefiere no pronunciarse por prudencia: «Pues no lo sé, eso dicen, están diciendo, es que todavía eso no se sabe, todavía no lo sé… yo no sé, además eso, yo no puedo decir nada de eso, yo no sé, si va a ir, si no va a ir, no lo sé».
La joven niega que su sobrina sea vista por su entorno como un «premio» o un «bien preciado» y recuerda que en el pueblo hay quienes buscan notoriedad en medio del caos. Sobre la «diana» de las críticas, la fuente señala que no es casualidad que el foco recaiga sobre Gloria Camila: «A ver, el objetivo es que su padre es mayor, su hermano se sabe que no está en condiciones, y ella es la que está sentada ahí, y ella es la que hace, deshace, entonces es a ella, con ella, claro». En ningún momento temen un cambio de custodia y confían en que la justicia avalará su postura: «Yo no, nosotros no tenemos miedo, nosotros vamos a seguir como vamos y ya está. Lo único que es eso, es que seguiremos como estamos y ya está, vamos a seguir así y ya está».
Finalmente, la entrevistada prefiere mirar hacia adelante con realismo; recuerda que ya ha cumplido con la corrección de pedir disculpas, aunque mantiene sus convicciones: «Bueno, no, yo por… anda, porque dije, anda, por cumplir un poco ahí, porque nos pasamos en nada que tampoco es para tanto ni ha sido tanto, y… pero ya está, pero que yo sigo en mi sitio, o sea, yo sigo pensando lo mismo, sigo pensando lo mismo… ¡Claro! Eso seguro». No cree en los plazos impuestos desde fuera y, sobre la entrada de Ana María Aldón en la polémica, solo apunta que «pues por algo será, y ella por qué entra y ella por qué se sienta, a ver, si entró es por algo, ¿no?». La entrevista termina, como empezó, con un deseo de paz para la familia y, sobre todo, para Rocío: «Pues sí, sí».