La inseguridad que enfrentan los taxistas en la Terminal de Transportes Salitre de Bogotá ha quedado nuevamente en evidencia tras el violento ataque sufrido por Luis Fernando Angulo, quien recibió un disparo en la cabeza por parte de un pasajero que recogió en ese punto y que se dirigía a Soacha.
El ataque se produjo luego de que el pasajero, tras abordar el taxi dentro de la terminal, esperara a llegar al destino para sacar un arma de fuego y disparar al conductor con el objetivo de robarle tanto sus pertenencias como el vehículo.
“Sacó un arma de fuego y le dio un impacto en la cabeza por robarle sus pertenencias y el vehículo”, relató compañero de la víctima, en declaraciones recogidas por Alerta Bogotá.
La rápida intervención de una patrulla policial permitió la captura del agresor, mientras que Angulo fue trasladado de inmediato al Centro Médico Olaya, donde los médicos lograron intervenirlo. “Dicen que ya va a salir de peligro. Estamos esperando respuestas”, añadió Galeano al medio.
La violencia contra los conductores se ha incrementado, y el caso de Angulo no es el único reciente. Galeano relató que el fin de semana anterior, otro taxista fue apuñalado con arma blanca tras recoger a un usuario en el terminal y llevarlo al barrio La Victoria. En esa ocasión, el trabajador tampoco falleció.
Taxistas en alerta por inseguridad
El amigo de la víctima relató que los conductores están obligados a aceptar cualquier servicio solicitado dentro del terminal, bajo amenaza de sanciones que pueden ir de 10 a 20 días sin poder ingresar a trabajar si se niegan a transportar a un usuario.
“En el terminal de transportes Salitre nos obligan a llevar a los usuarios sea donde sea, y si no lo hacemos nos sancionan entre 10 y 20 días sin poder entrar a trabajar”, afirmó el conductor a Alerta Bogotá.
La ausencia de controles y la falta de presencia de la Policía Metropolitana de Bogotá agravan el panorama para el gremio amarillo que trabaja en la zona.
“No sabemos a quién estamos llevando, no hay controles y no hay presencia de las autoridades”, expresó Galeano, quien también señaló que las reiteradas solicitudes del gremio para mejorar la seguridad no han sido atendidas por la administración del terminal.
“Estamos esperando una respuesta del Terminal y no nos han querido responder absolutamente para nada. El gerente encargado no nos recibe, no nos escucha, y lo mismo pasa con la persona encargada del servicio al ciudadano”, aseguró el conductor.
El entorno en la terminal, según Galeano, se ha vuelto cada vez más peligroso tanto para trabajadores como para pasajeros. “Aquí en el terminal tenemos narcotráfico, robo y prostitución. A cada rato los usuarios nos atracan a nosotros. Esto es un desastre total. Movemos más usuarios que el aeropuerto El Dorado, sobre todo los fines de semana y puentes festivos, pero no hay control absolutamente de nada”, denunció el vocero ante los micrófonos de la emisora.
Ante la falta de respuesta institucional, los conductores han optado por organizarse en redes de apoyo propias. “Tenemos grupos de WhatsApp con varios compañeros para avisar si vemos un sospechoso. Nos apoyamos mutuamente, porque si llamamos a las autoridades tampoco obtenemos respuesta. Nos toca cuidarnos entre nosotros mismos”, explicó Galeano.
A pesar de que este punto ubicado entre la Av. Boyacá con carrera 68 ya está referenciado como peligroso, los conductores del gremio amarillo aseguran que en “cualquier parte estamos expuestos”, ya que salen a trabajar y en cualquier esquina se encuentran un supuesto pasajero que resulta con un arma cortopunzante o una pistola amenazando no solo por dinero, sino que también por los vehículos, que pueden ser utilizados para la delincuencia común.