A un niño guatemalteco de 12 años y que vivía junto a su padre en Florida, Estados Unidos, le tocó vivir una difícil situación, luego de que su padre fuera detenido y posteriormente deportado, por lo que el menor se quedó solo. Gracias a la intervención de una ONG que se dedica a ayudar a migrantes, ambos pudieron reunirse.
El ICE deportó a su padre y el niño se quedó sin ningún familiar
Amílcar voló en avión por primera vez en su vida, pero no fue la típica experiencia de un niño que puede llegar a sentir ansiedad o miedo al subir a una aeronave. El menor lo hizo solo, tras varios días sin estar con su padre, que había sido deportado.
Días atrás, llamaron a su colegio para avisar que su papá había sido detenido por la Patrulla Fronteriza. Posteriormente, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU (ICE, por sus siglas en inglés) lo deportó a Guatemala, su país de origen.
Como su padre era el único familiar que tenía en Estados Unidos, Amílcar quedó a cargo de un pariente lejano, que era su contacto en caso de alguna emergencia. Esa persona aceptó cuidarlo, pero solo por unos días porque no tenía recursos para mantenerlo por mucho tiempo.
El reencuentro de Amílcar con su padre
Allí fue que intercedió The Guatemalan Maya Center, una ONG cuyo objetivo es ayudar a los migrantes en Florida. La entidad tuvo que mover muchas piezas para lograr que el viaje se pudiera concretar. Entre ellas, contactar al Consulado de Guatemala para intentar conseguir un pase especial para Amílcar, dado que al estar su padre detenido, era imposible que pudiera obtener un pasaporte y viajar en condiciones normales.
La burocracia y los trámites administrativos no eran la única preocupación de la que tenía que ocuparse la ONG. En el medio estaba la vida de un niño que, naturalmente, estaba asustado con lo que le tocaba vivir. “Le dije a Amilcar que él iba a poder ver durante el vuelo cómo despegaba y cómo aterrizaba el avión. Que iba a poder estar en el cielo”, contó Mariana Blanco, miembro de la organización a Univision.
¿Cómo proteger a los niños de padres deportados por ICE?
Blanco, que tras haberse completado todos los trámites acompañó a Amílcar al aeropuerto, intentaba calmarlo. A pesar de lograrlo en un principio, cuando estaba por embarcar, el niño se puso nervioso y quiso escuchar nuevamente las instrucciones. “¿Y qué pasa si mi papá no llega?“, preguntaba el pequeño angustiado.
Finalmente, Amílcar pudo reunirse con su padre, su madre y sus hermanas. La familia tuvo que viajar unas ocho horas hasta el aeropuerto de Ciudad de Guatemala para recibirlo y reencontrarse con él.
“Todo salió bien, gracias a Dios, y terminó feliz. Pero esta historia habla de un tema aún más grande. ¿Cómo vamos a asegurarnos de que esos niños estén bien cuidados, que estén protegidos y puedan también tener esta historia de reunificación?”, cerró Blanco.