“Para mí ‘El Carlos’ es alguien enorme”. Con esa frase define Paloma Delich a La Mona Jiménez. La joven de 20 años es hija de Natalia Jiménez y Daniel Delich, y nieta de Juan Carlos Jiménez Rufino, conocido en todo el país como máxima leyenda del cuarteto. Desde que nació se convirtió en la adoración de los padres de su mamá, quienes la acompañaron desde siempre y notaron que escondía un talento innato para la natación, el deporte que se volvió su gran pasión.
Pero, ser la nieta de una figura tan importante para la cultura argentina no viene exenta de cierto peso. «Mi abuelo es lo más grande y más allá de la gente que lo conoce como La Mona, para mí es un genio con lo que generó. Entonces pensar todo lo que él tuvo que dejar de lado para llegar a eso me hace decir ‘yo quiero hacer lo mismo’. Creo que todos en la familia tenemos esa presión”, contó en diálogo con LA NACION.
“Cuando tenía 11 años hacía gimnasia artística y mi abuelo quería que haga natación; pero yo estaba negada, es más, desde mi ignorancia siempre pensé que la natación era tipo aquagym. Nunca había visto ni siquiera los Juegos Olímpicos. No tenía idea de lo que se trataba y, como terca que soy, no le iba a hacer caso a lo que me decía. Pero él, por mi largo de brazos y piernas, se dio cuenta de que tenía condiciones”, explicó Paloma, quien actualmente entrena de forma profesional en el Estadio Mario Alberto Kempes y tiene una prometedora carrera como nadadora profesional.
A los 16 años y después de haber pasado una situación de salud complicada en plena pandemia, producto de una apendicitis que se convirtió en peritonitis, la joven decidió comenzar a recuperarse físicamente en el gimnasio con una amiga. Fue allí donde, impulsada por su compañera, decidió asistir a una clase de natación, solo para probar. “Lo llamé a mi abuelo y le pedí prestadas mis primeras antiparras y mi primer gorrito. La experiencia me encantó, fue algo que me llenó al 100% desde el primer momento. Todos los días salía de la clase de una hora y descubría que había aprendido algo nuevo, era todo un desafío. Hasta el día de hoy lo sigo pensando como un desafío a todo lo que me proponen mis entrenadores, ya sea llegar a una marca o terminar en determinado tiempo”, señaló.
-¿Hoy tu vida está 100% abocada a la natación?
-Sí, ya después de algunos meses nadando arranqué a competir con Daniel Garimaldi en el Club Municipalidad de Córdoba. Mi primera competencia fue en un provincial que me fue muy bien, así fueron pasando dos o tres provinciales y metí una marca para un nacional. Y cuando fui al nacional me vi compitiendo con chicas que tenían un gran nivel y quise seguir perfeccionándome. Así que hoy en día le estoy metiendo todas las fichas porque más allá de que me esté yendo bien es algo que disfruto muchísimo. También por fuera de la natación estoy haciendo una Tecnicatura en Arte Cerámica y estudié algunos meses veterinaria, pero voy haciendo todo más lento porque todo junto es un montón.
-¿Cómo es un día de tu vida como nadadora?
– Me levanto a las 4 de la madrugada, a las 4.30 ya salgo de mi casa y a las 5 ya tenemos que estar adentro del agua. El entrenamiento termina a las 7.30 y de ahí me voy a cursar los días que tengo facultad y si no descanso. Después, a las 15, tengo una sesión de gimnasio y a las 16 volvemos al agua hasta las 19.30.
-¿Te queda tiempo para salir el fin de semana o ver a tus amigos?
-El tiempo está. Lo que pasa es que a veces uno no se siente del todo bien o prefiere priorizar el descanso. Con mi entrenador, Daniel, lo hablamos todo el tiempo. No tiene que ser un sacrificio si uno lo disfruta, sino simplemente uno se esfuerza. Por mi parte, yo también soy bastante exigente conmigo misma, siempre quiero hacer todo al 100%, ya sea nadando, estudiando o con mi grupo de amigos. Pero, en este último tiempo tuve que aprender que quizá si me junto con mis amigas delego un poco más la organización o lo que tengamos planeado.
-¿Es muy competitivo el mundo de la natación? ¿Tenés amigas ahí?
-Creo que se puede separar la amistad de lo que pasa dentro del agua. Cuando estás afuera hablás y te llevás super bien, pero también aprendí que cuando te tirás al agua sos vos sola y nadie más. Sos vos contra tu objetivo, no contra lo que está haciendo la de al lado. Porque tiene otra estrategia o no sabés lo que está pasando realmente ahí. Si bien es un mundo competitivo, también es parte del juego y todas lo sabemos; todas queremos ganar.
¿Cómo es ser nieta de la Mona Jiménez?
Ser nieta de un grande del cuarteto como la Mona Jiménez podría ser para muchos un gran desafío, pero para Paloma durante toda su infancia fue como “un abuelo más”, al que extrañamente muchas personas le pedían fotos en la calle. “Siento que antes no tomaba dimensión, era como que vivía en una burbujita. En el colegio ninguno de mis compañeros escuchaba cuarteto, así que para mí Carlos era ‘El Carlos’, mi abuelo a secas, nada más“, contó, entre risas.
“Cuando arranqué el secundario me empecé a vincular con otro tipo de gente y me encontré con que mi abuelo era el ídolo de muchos. Y fue como…¡Wow, todo esto es ‘el Carlos’! Fue ver otra faceta suya, la del artista. Así que sí, de chiquita viví como todo nene en su mundo», recordó.
-¿Cómo es La Mona como abuelo?
–Él es Carlos, no le gusta que le diga abuelo porque se siente grande. Es una especie de cómplice. Muchas de las veces que me quedo a dormir en la casa de mis abuelos me lo encuentro a la madrugada yendo a buscar algo dulce para comer. Así que los dos nos miramos, comemos algo y acá no pasó nada. ¡Que no se entere la abuela!
-¿Va a verte competir?
-¡Sí! En mayo del año pasado tuve un campeonato en Buenos Aires y fue mi abuelo, mi papá, mi mamá y hasta mi novio. Tenerlos a ellos para mí es un montón porque sé que ellos también acá (en Córdoba) tienen que seguir laburando y con sus responsabilidades; que se hagan un tiempo para verme es muy lindo. Y más allá de eso, que es como el resultado, durante todo el proceso ellos me acompañan y me ayudan. Cuando ven que estoy muy pasada de rosca, muy cansada, me dan una mano, ya sea preparando la cena o lavando los platos para que me pueda ir a dormir más temprano.
El consejo que La Mona le dio su nieta: “¡Vos tenés sangre Jiménez!»
A pesar de tener la confianza y el apoyo de todo su círculo íntimo en este proyecto de vida, portar el apellido Jiménez es un peso que aún hoy aprende a sobrellevar. “Con mi abuelo hablamos siempre y es la persona que más fuerzas me da, pero a la vez más presión. Él me vive diciendo: ‘¡Vos tenés sangre Jiménez, así que tenés mucha fuerza! Lo que a otros les tomó un montón de años, vos lo vas a poder hacer o te tomará sus años, pero lo vas a hacer. No hace falta que tengas que empezar a los 10 años para llegar a un mundial. Será mucho más esfuerzo y tiempo, pero lo vas a lograr’”, reconoció Paloma, emocionada al recordar las palabras del artista.
“Hace poco tuve una crisis de confianza y creo que a todos en algún punto nos pasa. Y ver como él (La Mona) me trata como si yo fuese una nadadora olímpica me emociona. Nunca me habló como si fuera poca cosa, siempre con respeto y como si hubiese logrado algo enorme. Yo se lo agradezco porque me hace creer que de verdad puedo lograr cualquier cosa”, señaló.
-Además de tu abuelo, tenés gran cantidad de familiares en el ambiente artístico. ¿Alguna vez te planteaste seguir ese camino?
-¡No! Creo que lo más cercano al mundo artístico en mi vida es la Tecnicatura en Arte Cerámica y me está costando bastante porque soy muy rígida. También muy vergonzosa. La verdad es que a veces veo los trabajos que hace mi mamá (Natalia Jiménez) y no puedo creer la imaginación que tiene. Como logra que prendas vanguardistas se vean tan hermosas a la hora de llevarlas puestas. ¡Me encanta! Pero no es lo mío.
-¿Son de juntarse en la familia? ¿Cuál es un plan común de fin de semana?
-Antes, cuando era más chiquita, por ahí nos juntábamos más con los tíos, con los primos, todos juntos. Ahora cuesta más coordinar ese espacio. Todos tienen distintas actividades y se vuelve más difícil subir a todos en el auto el domingo para que estén para el almuerzo. Así que siempre que nos juntamos somos mi mamá, mi hermana, mi abuela, mi abuelo y yo. Quizá para las fiestas o un cumpleaños más grande si estamos todos.
-¿Qué dijo tu abuelo cuando le presentaste a tu novio?
-Es mucho más cuida que mi papá. Cuando se lo presenté a mi papá la verdad que se llevaron re bien porque Fran está estudiando Administración de Empresas, entonces tenían muchas cosas para hablar con mi papá que es dueño de un parque de diversiones. Estuvieron chochos hablando un montón de tiempo. Pero cuando lo conoció mi abuelo me dijo ‘este es tu compañero de natación, nada más, ¿no?’. Porque Fran hizo también natación un tiempo. Y le tuve que decir que no, que era mi novio. Pero sí, es el más celosito ‘el Carlos’.