La nueva miniserie documental de Netflix, Angi: crimen y mentira (2025), se atreve a contar una historia diferente dentro de las producciones audiovisuales sobre crímenes. No se trata de un asesino en serie despiadado o un crimen sin resolver lleno de pistas intrigantes. Es la historia de un crimen de odio que sacudió una pequeña comunidad, la de su víctima, Angi, y, lo que es más importante, la de las mentiras que rodearon su muerte.
La serie de tres episodios, dirigida por el aclamado cineasta español Miguel Faus, profundiza en el caso de Angi, una adolescente cuyo brutal asesinato en un parque en 2012 fue inicialmente catalogado por la policía como un crimen pasional. Pero a medida que la serie avanza, se revela una imagen mucho más oscura. Faus, a través de entrevistas conmovedoras con la familia de Angi, amigos y activistas, destapa un tejido de prejuicios y negligencia institucional que permitió que la verdad fuera enterrada durante años.
El verdadero poder de Angi: crimen y mentira reside en su enfoque en la víctima y en el profundo impacto que el crimen tuvo en la comunidad LGTBIQ+. La serie no solo busca resolver el crimen, sino que también explora la vida de Angi, sus sueños y sus luchas. Se nos presenta a una joven vibrante, llena de vida y de un coraje silencioso, cuya identidad de género se convirtió en el blanco de un odio desmedido. El documental no solo denuncia el crimen, sino que también expone la transfobia sistémica que prevalecía en la época y que, trágicamente, sigue existiendo en muchas partes del mundo.
Uno de los aspectos más impactantes de la serie es la forma en que desmantela el discurso oficial de la época. A través de grabaciones de noticias, archivos judiciales y testimonios de periodistas de investigación que cubrieron el caso, la serie demuestra cómo las autoridades y los medios de comunicación perpetuaron una narrativa falsa, minimizando el odio detrás del crimen y centrándose en estereotipos dañinos.
El ritmo de la serie es meticuloso y reflexivo. Faus no se apresura a presentar la conclusión. En cambio, nos guía a través de un laberinto de evidencias, testimonios y recuerdos, permitiendo que la verdad emerja lentamente, como un doloroso amanecer. La cinematografía es cruda y visceral, evitando el sensacionalismo y optando por un enfoque que honra la memoria de Angi y el dolor de sus seres queridos.
Angi: crimen y mentira es más que una simple serie de crímenes. Es un documental sobre la justicia, la memoria y la resiliencia de una comunidad que se negó a olvidar. Es una lección sobre cómo la verdad puede ser una víctima más de la mentira y la intolerancia. En un género a menudo saturado, esta serie de Netflix se erige como una pieza fundamental y necesaria, recordándonos que detrás de cada titular hay una vida, una historia y una verdad que merecen ser contadas. Es una serie que te hará reflexionar mucho después de que los créditos finales hayan rodado, y que te desafiará a mirar más allá de la versión oficial. Definitivamente, es un imperdible en el catálogo de Netflix.