Juan Esteban Aristizábal Vásquez, conocido artísticamente como Juanes, es un cantautor y guitarrista colombiano con una destacada carrera en el pop/rock latino. Tras liderar más de una década la banda de rock Ekhymosis, se lanzó como solista en 2000 con Fíjate bien y consolidó su proyección global con Un día normal (2002) y Mi sangre (2004), de donde surgieron himnos como A Dios le pido y La camisa negra.
A lo largo de su trayectoria, ha sido reconocido por su presencia escénica y por letras que combinan amor y crítica social. Obtuvo múltiples galardones, incluidos más de 25 Latin Grammy y 3 premios Grammy, además de ser destacado por instituciones culturales como la LA Phil por su rol como embajador del rock latino. Entre sus discos recientes figuran Origen (2021) y Vida Cotidiana (2023), con el que ganó el Grammy 2024 a Mejor Álbum de Rock o Alternativo Latino.
En 2025 lanzó el sencillo Cuando estamos tú y yo, segundo adelanto de su duodécimo álbum de estudio, presentado en vivo en escenarios de Estados Unidos y acompañado por un videoclip dirigido por STILLZ. La canción, de aire pop/rock con guiños a la escuela de composición de The Beatles, sigue a Una noche contigo y marca una etapa más luminosa tras la introspección de Vida Cotidiana.
Con su LATAM Tour 2025, Juanes regresa a la Argentina para presentarse en tres de las principales ciudades del país. El cantante colombiano actuará el 28 de octubre en el Movistar Arena de Buenos Aires, el 30 de octubre en el Arena Maipú de Mendoza y el 31 de octubre en el Quality Arena de Córdoba. Además, será parte del Festival Bandera en Rosario el 1 de noviembre, completando así una gira que lo tendrá en contacto directo con su público argentino en cuatro escenarios clave.
Proceso creativo y exploración musical
Rulo: — Lanzaste Cuando estamos tú y yo. Contame un poco de esta nueva canción que es más popera…
Juanes: — Sí. A mí me gusta mucho experimentar. En este álbum, que lo produje con Nicolás Cotton, que es de aquí de Argentina, un tipazo, un súper amigo, productor, músico, nos fuimos por muchos lados. El disco tiene muchas cumbias, rock y también tiene pop porque a mí me gusta un poco de todo. No me hallo en un solo lugar. Me gusta mucho el folclore, la música popular del Caribe, pero también me gusta el rock, el pop, los Beatles y los Rolling Stones…
Rulo: — ¿Es verdad que te inspiraste en los Beatles?
Juanes: — Justo con esa canción, estaba hablando por teléfono con Jesús López, que es el presidente de la compañía. Él me estaba mencionando a los Beatles en el año 60, cuando sacaban los sencillos y siempre ponían el coro al principio y el título de la canción en el coro. Me quedé con eso y me puse a escuchar las canciones de los Beatles de esa época. Después me fui para componer esa canción con unos amigos de Medellín, que son muy talentosos. Ahí en mi casa nos pusimos a trabajar y ese fue el resultado. Quedé muy contento, la verdad.
Rulo: — El 28 de octubre vas a estar en el Movistar, en Buenos Aires. ¿Cómo viene la organización de ese show?
Juanes: — Estamos muy contentos de venir a Argentina de nuevo. Vamos a tocar en Buenos Aires, en el Movistar, luego en Córdoba y en Mendoza, todo en el mes de octubre. Y en Rosario en noviembre.
Timidez, miedo escénico y preparación para los conciertos
Rulo: — Leí que sos tímido y te da miedo volar. ¿Cómo hiciste para convertirte en una estrella de rock y llevar adelante la carrera? Porque los viajes, los shows…
Juanes: — He sufrido mucho la verdad con eso.
Rulo: — ¿Ya se te pasó?
Juanes: — No se me ha pasado. Yo creo que eso es algo que está en uno, como una esencia. Yo recuerdo mis primeros conciertos. Yo me paraba a cantar y me paralizaba. Estaba muy nervioso, muy asustado. Tenía pánico a la gente, pero el amor por la música ha sido mucho más grande que ese miedo. La única manera en la que me puedo sentir tranquilo y cómodo es cantando, tocando la guitarra. Obviamente, con los años he aprendido a manejar el público y a entender cuál es mi lugar cuando estoy en un concierto y lo disfruto muchísimo. Pero no puedo dejar de ponerme nervioso por hacer un concierto.
Rulo: — ¿Qué es lo que te pone nervioso antes de salir?
Juanes: — Quiero que todo salga bien. Como un futbolista antes de un partido que quiere ganar el partido.
Rulo: — ¿Por tu parte o por generar un buen show? ¿Te da miedo cantar desafinado o tocar mal la guitarra?
Juanes: — No, no. La idea es ensayar y prepararte para que eso no pase. Pero a veces pasa y eso te frustra…
Rulo: — Contame algo que te haya pasado, algún error.
Juanes: — Estás en un concierto y de repente se te va un pedazo de la letra o te equivocás en una nota de la guitarra. Es como que te preguntas: “¿Por qué me pasa esto?“ Pero uno practica o ensaya para que cuando estés en el show puedas dar por lo menos el 80% de tu 100. Y a veces el público te inspira tanto que te vas a otro lugar donde te desconocés de cómo eres, es como un superpoder.
Rulo: — ¿Vos escuchás lo que te gritan? ¿Te desconcentra eso?
Juanes: — Es muy loco. Yo escucho el metrónomo en mi oído y escucho mi guitarra, el bajo, las frecuencias te ayudan a afinar bien y estar más cómodo. No necesariamente escuchás toda la música. La mezcla que tengo es particular.
Rulo: — ¿Escuchás metrónomo en un oído y en el otro la guitarra y tu voz?
Juanes: — La guitarra, el bajo y mi voz siempre más bajita que la música para poderme afinar más fácil. Y tengo unos micrófonos que están a los lados del escenario donde escucho un poco del público. Pero no escucho como si me quitaran los audífonos. Cuando te los pones quedás en un mundo diferente. Es más cómodo, más seguro, para tocar, para cantar y para estar toda la banda muy acoplada porque todos tenemos el click, entonces todos estamos muy juiciosos (risas).
Rulo: — Si hay alguien que manda es el click del metrónomo, ¿no?
Juanes: — Sí, (risas). Tocamos de vez en cuando algunas canciones libres. Nos encanta eso porque tenemos a Marcelo Novati, que es tremendo baterista argentino. Marcelo es un click literal y Richard Bravo, que es venezolano y toca la percusión, es nuestra base rítmica. Estos tipos son unos capos totales.
Rulo: — ¿Ahí se sacan el auricular y tocan como si estuviesen en un garage?
Juanes: — Sí, nos miramos y conectamos con los ojos. Libres, sin el click. Nuestro ingeniero de monitores se llama Uriel Dorfman, también es argentino y es un placer porque escuchás perfecto. No hay lío de nada.
Rulo: — Obvio que, a tu nivel, con casi 30 Grammys encima, me imagino que ya suena todo espectacular.
Juanes: — La clave son los músicos con los que toco siempre. Para mí es un privilegio, son demasiado cálidos, todos.
Rulo: — La humildad del músico…
Juanes: — Es que hay que tocar con músicos que sean mejor que uno, mucho más capos. Yo no me considero ni un súper cantante ni un súper guitarrista, pero trato de hacer lo mejor que puedo con lo que tengo. Le pongo el alma 100 por ciento, siempre.
Miedo a volar y rutina durante los viajes
Rulo: — Hablamos de la timidez, ahora volvamos al miedo a volar. Tenés más millas que un piloto de aerolínea. ¡¿Cómo hiciste?! ¿Cuál es la técnica para superar ese miedo?
Juanes: — Mirá, la técnica es en ese momento dibujar. Me pongo a dibujar en el iPad, escucho música o un podcast o algo. Me aíslo de ese momento, pero no he podido superar el miedo. Es algo que siempre ha estado ahí. No sé por qué.
Rulo: — ¿Aumenta con el tiempo?
Juanes: — No, digamos que ya me acostumbré porque lo tengo que hacer todo el tiempo. El despegue y el aterrizaje es lo que más me da miedo, pero viajo tanto que no me acostumbré del todo pero casi. Es algo que no lo puedo controlar. Entonces ya me entrego al universo…
Rulo: — Lo hacés como si fuese un trabajo. Te da miedo, pero lo hacés.
Juanes: — Como en la vida. Si me pudiera ir en barco, me iría feliz, pero imagínate seis meses para ir a Miami o a Colombia, no puedo…
Rulo: — Me gusta porque en barco podrías meter dos shows por año…
Juanes: — Exacto (risas).
Rulo: — “¿Cuánto va a tardar en llegar?“, preguntan. Unos 45 días bien. Está adentro de un container con aire acondicionado (risas).
Juanes: — Con las olas y todo. No sé qué es peor (risas). Mejor me voy en avión, hermano. Me tomo un whisky o algo así para que me quite el miedo. Una pastilla para dormir y hágale.
Familia y cotidianidad
Rulo: — El Juanes músico lo conocemos. Hemos visto un montón de recitales acá en Argentina, pero ¿cómo es el tipo normal? ¿Qué haces? ¿Cómo es tu rutina? ¿Quién manda en tu casa?
Juanes: — En mi casa manda mi esposa y mandan mis hijos. Yo soy el último de la fila, después del perro. Están todos ellos, el perro y yo (risas).
Rulo: — ¿Qué raza es el perro? ¿Cómo se llama?
Juanes: — Se llama Pluto. Es un Golden duro, es un perro gigante y hermoso. Yo amo a ese perro con toda el alma. Es un perro súper inteligente y cariñoso. En cuanto a mi rutina: yo me despierto muy temprano siempre, hago ejercicio y me dedico a la música el resto del día. Voy al estudio o me quedo en la casa trabajando, estudiando, produciendo, escribiendo, dibujando. Pero siempre estoy alrededor del arte.
Rulo: — Tu mujer viene y te dice: “Dejá de bolude**”.
Juanes: — Me dice: “Por favor, cierra la puerta del estudio”.
Rulo: — “Todo el día con la guitarrita…”
Juanes: — Literal (risas). Es un poco divertido porque yo tengo en la sala de mi casa donde vemos la televisión, ahí está la guitarra y el amplificador. Entonces, yo a veces estoy ahí tocando o prendo el amplificador y obviamente me dicen: “Por favor, ¿le puedes bajar un poquito la guitarra?” (risas). Pero si la guitarra está en la sala de la casa, me siento más rato ahí a tocar y me gusta más que encerrarme en el estudio.
Rulo: — Se terminan usando más los espacios comunes.
Juanes: — Sí, me gusta que en la sala esté la guitarra. Mis hijos la ven y se ponen a tocar. También está el piano. Siempre hay esos elementos que me gusta que estén dispuestos para ellos. Pero en mi casa no hay nada o no hay muchas cosas que me remitan a la carrera, es más de la familia y la vida normal. De hecho, no me gusta tener los premios o los afiches o ahí.
Rulo: — Luna, Paloma y Dante son tus tres hijos, ya adolescentes, que se fueron a la universidad o al college, como le dicen en Estados Unidos, y ya no están tanto en casa. ¿Cómo lo viviste?
Juanes: — Ya lo hemos superado, pero al principio cuando se fueron mis dos niñas casi me muero. Fue muy duro porque fue un golpe muy fuerte en mi casa, pues de escucharlos a todos siempre a un silencio total. Dante tiene 15 años, no para en la casa, está siempre con los amigos, salen, entran, van y vienen. Pero yo creo que ya hemos entendido la dinámica, como cuando yo me fui de mi casa también. Ser papá de esos chicos ha sido la alegría más grande de mi vida, el mejor regalo. Los adoro, son todo para mí.
Rulo: — ¿Cómo es la relación con tu mujer ahora que se fueron tus hijos?
Juanes: — Vamos para todos los lados. Es una relación que nos hemos encontrado en algunas partes y en otras no tanto, porque claro, son difíciles las relaciones, pero nos amamos, hermano y seguimos adelante con todo. Creo que cualquier padre de familia que está viendo esto va a entender cuando los hijos van creciendo y la relación con tu pareja también depende mucho de los hijos y del comportamiento, cuando se vuelven adolescentes, la dinámica cambia totalmente y uno no sabe ni qué es lo que está pasando. Y todo eso genera unas fricciones, pero también en nuestro caso ha sido de mucha unión. Nosotros nos amamos. Ha sido muy especial nuestro camino. A veces tenemos nuestras diferencias también, que es lo correcto, lo normal. Yo creo que de eso se trata el amor. Y eso está en el crecimiento personal de entender quién es uno, de entender la otra persona, de aprender a aceptar y a perdonar. Todo es un proceso.
Recuerdos de infancia y formación en diseño industrial
Rulo: — Tu historia es fascinante. Antes de ser músico, eras diseñador industrial. Tuviste la posibilidad de estudiar y destacarte. ¿Es verdad que diseñaste una silla?
Juanes: — Sí, sí. La hice (risas). Yo estudié diseño industrial y llegué ahí porque yo quería estudiar música realmente. Pero en el año ‘90, en mi casa, decidieron que estudiar música no estaba bien, no era algo de lo que podías vivir. Fui a estudiar Ingeniería Mecánica, pero tenía mucha física, mucho cálculo. Ahí casi me enloquezco. Fracasé. Después pasé a estudiar publicidad y en el primer semestre de publicidad, pedí el traslado para diseño industrial y ahí me quedé y me gradué. Fue increíble. Me gusta mucho pintar, el diseño, la forma y las canciones son el diseño del sentimiento. Todo está demasiado conectado. El proceso creativo siempre es el mismo en cualquier área: a partir de un concepto desarrollás algo. Me sirvió mucho y la música la sigo estudiando hoy, todos los días de mi vida.
Rulo: — ¿Pero qué estudiás, partituras?
Juanes: — No sé leer partituras, pero sí estudio armonía, canto, guitarra y composición. La música es matemática pura. Estudio para seguir entendiendo la armonía que nunca termina. Aunque son solo 12 notas, el contexto con el que las mezclás siempre va a ser diferente, y a mí eso me parece mágico y alucinante.
Experiencias paranormales
Rulo: — ¿Tuviste una experiencia extraña en Suiza?
Juanes: — Yo estaba en Ginebra, Suiza. Es una ciudad hermosa con un lago muy grande. Estábamos en un hotel, fuimos a un evento de refugiados a cantar y yo había llegado ese día en la mañana; tenía la hora de Miami y estaba con jetlag. Allá era la una de la mañana, estábamos sentados y no había absolutamente nadie. La ciudad estaba totalmente dormida. De repente, empiezo a ver al frente, sobre el lago, unas luces gigantes. Para nosotros fue algo tan natural. Pensamos que podían ser aviones aterrizando en el aeropuerto, pero esas luces se quedaron quietas, no se movían ni desaparecían. Estaban quietas sin moverse, como a 10 mil metros del suelo y empezamos a ver cómo se movían, como por GPS, perfectamente en línea recta, después en triángulo y desaparecían y aparecían. Era un espectáculo increíble.
Rulo: — Lo que hoy puede ser un show de drones, ¿no?
Juanes: — Sí, pero no de ese tamaño. Eran luces muy grandes, como farolas y cambiaban de colores. Al darnos cuenta, dijimos: “Creo que estamos viendo algo que no es normal”. Obviamente, a mí me dio mucha emoción porque siempre pensé que algo más hay aquí. Han pasado 15 años desde ese día y no se me olvida. Yo no sé si eso era de otro planeta, algo militar secreto que no sabemos y que está pasando hace mucho tiempo o si viene de abajo del mar, viven en el agua y salen y entran. No tengo ni idea. Lo único que yo sé es que lo que vi ese día no es normal y que hay cantidad de videos en YouTube de las mismas figuras que yo vi. Miles de personas han visto eso. No sé qué es.
Rulo: — ¿Ustedes lo vieron en Suiza, pero hay videos de otro lugares?
Juanes: — Sí, hay videos por todos lados: Japón, México, por todas partes del mundo. Son las mismas formaciones, entonces algo es, o es una raza que está aquí hace mucho tiempo antes que nosotros o viven debajo del agua y realmente vienen de otra dimensión. Pero cuando ves la Vía Láctea y la dimensión del universo, cuesta creer que somos los únicos aquí.
Por sí o por no
El conductor invitó a Juanes a responder el cuestionario utilizando los carteles de Sí o No, según corresponda y a revelar detalles de su vida profesional y personal.
Rulo: — ¿Te robaste alguna vez un músico de otra banda?
Juanes: — Sí. No es robarte igual, ¿me entendés? Es cuando conocés gente que toca increíble y le decís: “Si algún día estás dispuesto a tocar, venite con nosotros”. Pero jamás haría eso de “robar” un músico.
Rulo: — ¿Algún argentino?
Juanes: — Sí, el baterista que es argentino.
Rulo: — ¿De dónde lo sustrajiste?
Juanes: — Conocí a Marcelo cuando tocaba con Ketama, el grupo español. Hoy en día tocamos con él. Pero no me lo robé, eso es muy feo.
Rulo: — Por sí o por no. ¿Volverías a hacer metal?
Juanes: — ¡Por favor, yes! Y no es que volvería. Lo estoy haciendo. Tengo un proyecto que estoy haciendo hace rato, pero no te puedo contar mucho porque es algo aparte de la carrera. Pero ya verás…
Rulo: — ¿Tenés miedo que eso perjudique tu perfil romántico?
Juanes: — Cero. Yo soy romántico y metalero, también. Me gustan las dos cosas. No tengo problema en escuchar Sepultura y Slayer y dedicarle una canción a mi esposa.
Rulo: — ¿Cómo sería La camisa negra metal?
Juanes: — No, no sonaría. Yo creo que es otro mundo. No estoy haciendo metal gutural, las canciones las canto con mi voz normal, las letras son distintas y la música tiene muchas percusiones colombianas. Suena diferente. Yo quiero hacer algo que tenga que ver conmigo, con mi lugar.
Rulo: — Por sí o por no. ¿Sos una persona sensible?
Juanes: — Sí, muchísimo.
Rulo: — ¿Sos de llorar?
Juanes: — Sí, muchísimo. No es algo que haga normalmente, pero hay momentos en donde sí. Creo que llorar es una manera de sanarte un poco, pero a veces no es tan fácil. Llorar por tristeza es duro, es mejor por emoción.
Rulo: — ¿Cantás en la ducha?
Juanes: — No, no canto en la ducha. A veces hago ejercicios de canto. Cuando abro la ducha el agua caliente y el vapor ayuda a abrir las cuerdas. Los profesores recomiendan eso. Es como cantar las vocales, se dice “sirena”, muy suavecito. Hago ese tipo de cosas mientras me estoy bañando. Después, durante el día, hago mis ejercicios de canto.