Las pesquisas que se adelantan por el macabro crimen en México de los artistas colombianos Bayron Sánchez Salazar (el cantante reguetonero B-King) y Jorge Luis Herrera Lemos (Dj Regio Clownn) siguen adelante luego de las capturas que se reportaron comenzando octubre de 2025.
La investigación deja seis detenidos hasta el momento, y cuatro de ellos son del Valle del Cauca: Yuli Felicidad Zapata, Yonier Mantilla Gómez, Samuel Leandro Quintero Ruiz y Juan F. Córdoba Rendón
Sin embargo, otro de los detalles que tiene en vilo a las autoridades locales, y como mencionó el portal C4 en Alerta, es que el propietario del inmueble en el que se halló el vehículo Mercedez Benz en el que se vieron por última vez con vida a los colombianos no aparece.
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El supuesto dueño del predio, identificado como Chimino “N”, dijo que este automóvil fue dejado sin que se diera cuenta, pero luego de que aseguró que se presentaría a denunciar los hechos ante las autoridades, se desconoce hasta el momento su paradero.
En vista de todo esto, expertos consultados por La Razón precisaron que este doble homicidio que terminó con ambos cuerpos desmembrados y hallados tras el reporte por parte de la Policía en el municipio de Cocotitlán el 17 de septiembre, pero cuyas identidades se confirmaron solo hasta el 22 de septiembre, se podría considerar como un tipo de propaganda criminal y de terror transnacional.
El mensaje que tenían los cuerpos de los dos colombianos, detalle que sumó más zozobra en los familiares de las víctimas y dejó aún más en alerta al Gobierno de Claudia Sheinbaum por el alcance de lo que, según lo que se detalla en el el informe National Drug Threat Assessment 2025 de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), posa en dicha región a tres de los más temidos y poderosos grupos criminales de México: el Cártel de Sinaloa (CDS), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Nueva Familia Michoacana (NFM).
Estos tres actores criminales fueron catalogados como organizaciones terroristas a comienzo de 2025 (febrero) por parte del Departamento de Estado de los EE. UU.; todo por cuenta de su nivel para ejecutar y provocar casos de violencia sistemática, además de nexos internaciones que en contados informes han mencionado conexiones en Colombia.
A raíz de esto, tanto el especialista en seguridad, Abraham Serrano, y el investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, David Barrios coincidieron en sus declaraciones al medio mexicano que este doble asesinato tiene como destinatario a varias partes: además de la sociedad, no solo las autoridades mexicanas, sino las mismas organizaciones armadas y criminales en el país suramericano con las que pueda haber disputas por el control del territorio (rutas de narcotráfico y producción de hoja de coca.
Como detalló Serrano, estos cuerpos estaban con un cartel a nombre de La Familia Michoacana, y esto sería uno de los motivos por lo que se maneja la hipótesis de que pueda ser una especie de “propaganda” criminal que tiene dos finalidades de paso.
Por un lado dejar un mensaje interno a las personas que se pueden considerar como “traidores” y sobre Colombia es proyectar dicho poder a esa zona, catalogada como la que surte a los carteles mexicanos.
“No es lo mismo matarlos y desaparecerlos a hacerlo muy violento, difundirlo y poner un cartel para marcar ese dominio. Eso es un acto terrorista”, explicó Serrano.
Pero el investigador fue más allá en su lectura de los hechos, al exponer que este caso fue, para él, deliberado. Todo porque viéndolo en un nivel simbólico (la sevicia y brutalidad con que se cometieron los homicidios y la forma en como se encontraron los cuerpos), “entre más violento sea el hallazgo, más impacto genera en la población y hasta en las autoridades que investigan; lo que querían era que el mensaje se difundiera y así se cumplió”, afirmó.
Para sostener esta tesis, Serrano argumentó que si en dicho caso el objetivo hubiera sido acabar con un rival directo, se ataca y ya. “Pudo haber sido un balaceo en un restaurante o en el gimnasio; sin embargo, optaron por levantar, torturar y dejar un mensaje. Es propaganda criminal”, aseveró el analista.
Otros detalles sobre la investigación del crimen de B King y Dj Regio Clownn en México: las pruebas
Teniendo como referencia lo anterior, en el informe del medio mexicano se confirmó que la Fiscalía no descarta todo lo anterior y maneja esto como una de las líneas de indagación que buscan esclarecer los hechos.
En reportes oficiales se brindaron detalles sobre una serie de mensajes vía WhastApp que se encontraron en el celular de B King, y que señalaron un encuentro con presuntos miembros del cartel conocido como Unión Tepito.
Junto a esto reposan testimonios de testigos, grabaciones de videos de cámaras de seguridad que dan cuenta de la ruta que tomó el Mercedez Benz en el que los colombianos fueron vistos aún con vida, y en apariencia, La Familia Michoacana ha sido mencionada como un posible distractor, pero todo lo anterior lleva a no descartar que esto pueda vincularse con acciones propias del crimen organizado.
“Los carteles colombianos han diversificado sus operaciones en México más allá de la droga. Hoy vemos al menos tres actos claros: la trata de personas, los préstamos usureros y, por supuesto, la provisión de cocaína a organizaciones como La Familia Michoacana”, menciona Barrios, al analizar este episodio de violencia desde dos aristas: la económica y la transnacional.
En este punto, agrega Serrano, entran en juego las disidencias de las Farc. Esto porque La Nueva Familia Michoacana logró cimentar su accionar criminal en México, en parte, a las compras de millonarios cargamentos de cocaína al grupo armado ilegal colombiano.
“Si bien su operación es local, sus proveedores están en Colombia, lo que la convierte en una organización transnacional”, cerró el especialista en seguridad.
Al final, ambos llegaron a otro punto en común en su visión de lo que ocurrió y un factor que suele estar relacionado en varios casos que se han presentado en el país azteca durante los últimos años: que la violencia contra los artistas no es algo de pura casualidad.
Lo anterior, concluyeron, es que los cantantes, músicos, youtubers, influencer y figuras públicas son usadas como fachadas para lavar dinero o también para que sea más fácil vender droga, por ejemplo en eventos como conciertos o fiestas, pero se aclara que no se puede asegurar que esta sea la causa, pero no se puede descartar como parte del trabajo que adelantan las autoridades mexicanas tras la petición que hizo el mismo presidente Gustavo Petro de dar con su paradero.