
Tras el masivo corte de luz registrado esta madrugada ante la saturación del sistema producto de las altas temperaturas, el servicio ya se está normalizando, según informaron las empresas distribuidoras del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE).
Según datos oficiales, este miércoles a las 13.00 5.729 usuarios de Edesur y 2.235 de Edenor aún permanecen sin suministro, en un contexto donde las altas temperaturas impulsaron la demanda energética a uno de sus máximos históricos.
Edesur mantiene el servicio para 2.663.518 usuarios, mientras que Edenor reportó que 3.306.068 usuarios cuentan con energía eléctrica. La cantidad de afectados representa una fracción mínima del universo total de clientes de ambas compañías, aunque la cifra resultó considerable en el contexto de la ola de calor extremo que azotó a la región. Las empresas confirmaron que sus equipos técnicos mantuvieron operativos los protocolos de emergencia para atender de manera prioritaria los reclamos de usuarios sin servicio.
Si bien el servicio se está normalizando, las compañías siguen de cerca el nivel de demanda eléctrica durante este último día del 2025, ya que se prevé que las temperaturas máximas alcancen los 40 grados centígrados y, por ende, el consumo de electricidad vuelva a dispararse. No se descartan nuevos cortes durante la jornada y los festejos nocturnos.
Edesur y Edenor concentran la mayor parte de la distribución eléctrica en el AMBA, un territorio densamente poblado donde los picos de consumo suelen poner a prueba la capacidad de respuesta del sistema. Las cifras oficiales brindadas reflejaron una tendencia descendente respecto al corte masivo registrado en la jornada anterior, cuando miles de hogares y comercios quedaron a oscuras.
La caída en la cantidad de afectados se produjo tras una serie de interrupciones que coincidieron con temperaturas extremas en Buenos Aires y sus alrededores. El aumento en la demanda eléctrica sometió a las redes de distribución a un esfuerzo sostenido, lo que derivó en cortes intermitentes y fallas puntuales detectadas por los sistemas de monitoreo de ambas compañías distribuidoras.
La caída en la cantidad de afectados se produjo tras una serie de interrupciones que coincidieron con temperaturas extremas en Buenos Aires y sus alrededores. El aumento en la demanda eléctrica sometió a las redes de distribución a un esfuerzo sostenido, lo que derivó en cortes intermitentes y fallas puntuales detectadas por los sistemas de monitoreo de ambas compañías distribuidoras.
Fuentes gubernamentales señalaron que el seguimiento en tiempo real del evento permitió detectar una cantidad relevante de cables funcionando por encima de su capacidad nominal y transformadores con niveles de carga elevados, lo que refleja una red sometida a alta exigencia y con escaso margen operativo. Las mismas fuentes consideraron que el episodio se originó en instalaciones bajo responsabilidad de Edesur, en un contexto de infraestructura muy tensionada, y remarcaron la importancia de las exigencias y controles que el regulador viene implementando sobre la distribuidora eléctrica.
Los datos oficiales aportados por Edesur y Edenor permitieron dimensionar el alcance del fenómeno. La demanda eléctrica aumentó a niveles inusuales durante los días de calor intenso, lo que favoreció la aparición de fallas en subestaciones y tendidos domiciliarios que no recibieron mantenimiento preventivo. En algunos casos, las interrupciones afectaron a edificios completos y zonas comerciales, lo que generó preocupación entre comerciantes y residentes.
En el caso de Edesur, la empresa activó sus canales de contacto para recibir reclamos y orientar a los usuarios sobre el estado del servicio. El sitio web oficial y la línea telefónica registraron un incremento en las consultas, lo que reflejó la preocupación de los afectados. Edenor también reforzó sus equipos de atención al cliente y destinó cuadrillas especiales para resolver los inconvenientes más críticos reportados en su área de concesión.
Durante el pico del corte, se registró que la zona con mayor cantidad de afectados fue el barrio porteño de Recoleta, con un total de 5.969 hogares sin suministro eléctrico.
El resto de los distritos afectados se encontraron Flores (2.304), Caballito (1.813), Almagro (891), Constitución (830), Monserrat (2.757), Parque Avellaneda (467), Parque Patricios (1.912), San Cristóbal (640), San Nicolás (148), Vélez Sarsfield (313), Villa del Parque (3.474), Villa Devoto (117), y Villa Soldati (3).
Al mismo tiempo, las localidades del sur del Conurbano que reportaron inconvenientes fueron: Luis Guillón (298), Monte Grande (577), Gerli (2.185), Canning (460), Lanús Este (427), Banfield (470), Ingeniero Budge (8), Lomas de Zamora (1.473), Temperley (876), Bernal (19), y la zona rural de Lomas de Zamora (1.760).
Frente a esto, el ENRE recomendó a los usuarios extremar precauciones, evitar la manipulación de artefactos eléctricos y comunicarse a través de los canales oficiales para reportar interrupciones. Asimismo, el organismo informó que los trabajos para restablecer el servicio se encuentran en marcha.
Desde el Gobierno, en medio de los cortes, buscaron resaltar iniciativas pasadas con las que aspiraban a reducir su incidencia. Fuentes gubernamentales destacaron que en el área metropolitana el Gobierno nacional concentra su intervención en la distribución eléctrica, ámbito en el que ejerce competencia directa. Según señalaron, el ENRE implementó acciones de supervisión, exigencia y sanción sobre Edenor y Edesur durante el año. De acuerdo con datos oficiales, en 2025 el organismo aplicó 108 sanciones por un total de $53.750 millones, monto que se acredita de forma automática a los usuarios en las liquidaciones. Este año, Edesur recibió 45 sanciones por $41.393 millones y Edenor 63 sanciones por $12.357 millones.
Además, la Secretaría de Energía envió una nota técnica al ENRE para comparar los planes de verano 2025–2026 y solicitó reforzar especialmente el de Edesur, identificada como la compañía con mayores riesgos operativos en la región por la cantidad de subestaciones y redes exigidas, la menor dotación de cuadrillas por usuario y la falta de definición precisa en los tiempos de reposición del servicio.
Las mismas fuentes recordaron que la regulación nacional alcanza solo a Edenor y Edesur, mientras que las demás distribuidoras eléctricas del país dependen de las autoridades provinciales.
En paralelo, el Gobierno avanzó con un plan nacional para ampliar el transporte eléctrico, que contempla inversiones privadas superiores a USD 6.000 millones, y con una licitación de almacenamiento de energía en baterías en el AMBA, ya adjudicada, que prevé más de USD 500 millones de inversión privada y se estima que comenzará a aportar capacidad en el transcurso de los próximos 12 meses.
