A cuatro días del estallido del conflicto entre Tailandia y Camboya y a raíz de la intervención de Estados Unidos para calmar las tensiones, ambos países expresaron su disposición para negociar un alto al fuego. Los enfrentamientos dejaron al menos 33 muertos y desplazaron a más de 168.000 personas.
Este sábado, Donald Trump había informado en su red social que conversó con los líderes de Tailandia y Camboya, y sugirió que no avanzaría con acuerdos comerciales con ninguno de los dos países si las hostilidades continuaban. Posteriormente, dijo que ambas partes acordaron reunirse para negociar un alto el fuego, lo que fue confirmado más tarde por los mandatarios.
El primer ministro camboyano, Hun Manet, afirmó que se acordó buscar un “alto el fuego inmediato e incondicional” y reveló que Trump le dijo que Tailandia también había aceptado detener los ataques tras una conversación entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro interino tailandés, Phumtham Wechayachai.
“Esta es una noticia positiva para los soldados y el pueblo de ambos países”, manifestó Hun Manet en un comunicado, que además encargó al ministro de Relaciones Exteriores camboyano, Prak Sokhonn, coordinar los próximos pasos con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y entablar contacto directo con el ministro tailandés de Exteriores para implementar el alto el fuego.
Por otra parte, Tailandia expresó un apoyo y Phumtham agradeció a Trump. Señaló que Tailandia acordó en principio un alto el fuego, pero subrayó la necesidad de una “intención sincera” por parte de Camboya, según el Ministerio tailandés de Exteriores. En tanto, pidió conversaciones bilaterales rápidas para discutir pasos concretos hacia una resolución pacífica.
De todos modos, a pesar de los esfuerzos diplomáticos, los enfrentamientos continuaron el domingo a lo largo de partes de la frontera en disputa, mientras ambas partes cruzaban acusaciones por los nuevos lanzamientos de proyectiles y movimientos de tropas.
Los enfrentamientos comenzaron el jueves después de que una explosión de mina terrestre a lo largo de la frontera hiriera a cinco soldados tailandeses. Ambas partes se culparon mutuamente por iniciar los enfrentamientos. Los dos países retiraron a sus embajadores y Tailandia cerró sus cruces fronterizos con Camboya.
Ambos países se acusaron mutuamente de iniciar el intercambio de disparos. El ejército tailandés afirmó que tropas camboyanas abrieron fuego, mientras que desde la otra parte acusan que hubo una incursión y respondieron en defensa propia.
Las relaciones entre ambos países se deterioró drásticamente desde mayo, cuando un soldado camboyano murió en un enfrentamiento armado en otra de las varias extensiones de tierra que ambos países reclaman como su propio territorio.
Las pasiones nacionalistas en ambos lados inflamó aún más la situación, y la primera ministra de Tailandia fue suspendida de su cargo el 1 de julio para ser investigada por posibles violaciones éticas en su manejo de la disputa fronteriza.
Con información de AP.