Luego de una primera videoconferencia que compartieron hace un mes, hoy el ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, y el secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., se reunieron durante la visita oficial del funcionario de Donald Trumpo a la Argentina. Según un comunicado que emitió la cartera sanitaria nacional tras el encuentro, el encuentro fue un puntapié para una serie de medidas que “reafirman el rumbo sanitario adoptado por el país: pasar de un modelo sanitario centrado en reparar la enfermedad a uno enfocado en cuidar la salud basado en evidencia científica”.
En ese sentido, el comunicado anuncia cinco ejes de acción: revisión de organismos nacionales de salud; salida de la OMS, soberanía sanitaria y decisiones nacionales; alimentación más segura y transparente; el uso de autorizaciones rápidas (fast-track) y la evidencia científica en torno a las vacunas.
Revisión de organismos nacionales de salud
Según se informó, “se profundizará una revisión estructural de los entes nacionales del sistema sanitario. El objetivo es ordenar, actualizar y transparentar estructuras y procesos que durante años funcionaron con superposiciones, normas obsoletas y escasa supervisión. El sistema debe servir a las personas y no a la burocracia”.
Durante años, continúa el comunicado de Salud, “muchas de estas estructuras operaron con normas obsoletas, funciones superpuestas, falta de trazabilidad y escasa supervisión real. Este plan busca poner en revisión lo que se naturalizó, simplificar lo que se burocratizó y transformar lo que se capturó. Porque no hay calidad sanitaria posible si los propios organismos del Estado no funcionan con transparencia, eficiencia y foco en la salud del ciudadano”.
OMS y soberanía sanitaria
“La Argentina reafirma su decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan, porque no están basadas en ciencia sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se resisten a revisar sus propios errores. Lejos de corregir el rumbo, la OMS ha optado por ampliar competencias que no le corresponden y condicionar la soberanía sanitaria de los países”, sostuvo el ministerio a través de la gacetilla difundida a los medios.
Y agregó: “Frente a esto, urge que la comunidad internacional repiense el sentido de los organismos supranacionales: si están financiados por todos, deben rendir cuentas, cumplir con los fines para los que fueron creados y no convertirse en plataformas de imposición política por encima de los Estados miembro”.
Hacia una alimentación más segura y transparente
El Gobierno nacional iniciará “una agenda integral para revisar y restringir el uso de aditivos sintéticos en productos alimentarios, con el objetivo de proteger la salud de la población —especialmente de los niños— y reducir la exposición cotidiana a sustancias con potencial riesgo».
La iniciativa también cuestiona el rol de “ciertos ingredientes utilizados por la industria alimentaria y su posible vínculo con el aumento de enfermedades crónicas. En este nuevo enfoque, la Argentina avanza hacia una alimentación más segura y una ciudadanía más libre: comer bien debe ser una elección informada”, se lee en el comunicado.
Revisión el uso de autorizaciones rápidas (fast-track)
El Ministerio de Salud también comunicó que “propondrá discutir el uso de este tipo autorizaciones para medicamentos de altísimo costo, especialmente aquellos destinados a niños y enfermedades poco frecuentes. La innovación no puede justificar decisiones apresuradas ni sin evidencia sólida. Se abrirá una discusión técnica sobre los criterios de aprobación, priorizando la seguridad del paciente y la sostenibilidad del sistema, para que los nuevos tratamientos no se transformen en improvisación autorizada”.
Vacunas: evidencia científica, confianza pública
Asimismo, se pondrá el foco en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, con el objetivo de garantizar que “las decisiones sanitarias estén basadas en evidencia pública, verificable y con controles efectivos”.
Se impulsará, según el comunicado de Salud, que las vacunas sean sometidas a estudios clínicos con grupo placebo como estándar mínimo, tal como se exige a otros productos médicos. “Un ejemplo claro de esta necesidad es la vacuna contra el Covid-19, aplicada sin grupo de control y bajo condiciones de aprobación excepcionales. Revisar no es negar: es exigir más evidencia, no menos. Este enfoque busca elevar el rigor del proceso y reforzar la confianza pública a partir de datos comparables, accesibles y verificables”, dijo el ministerio.
Al mismo tiempo, se mantendrán y fortalecerán “las campañas de vacunación seguras, como la del sarampión, con eficacia comprobada y consenso internacional”.
El perfil de Robert F. Kennedy Jr.
De 71 años, Kennedy es abogado y se transformó en una de las elecciones más controvertidas de Trump para este segundo mandato frente a la Casa Blanca debido a que no solo los demócratas, sino parte de los republicanos, lo cuestionaron por haber difundido información errónea sobre la seguridad de las vacunas en el pasado.
Sobrino del expresidente John F. Kennedy, pasó gran parte de las últimas dos décadas dedicado a promover teorías de conspiración que vinculan las vacunas infantiles con el autismo. También expresó que las que se aplicaron contra el Covid-19 fueron las “más mortales” jamás creadas y puso en duda que los gérmenes causen enfermedades infecciosas.
En tanto, ya cuando estaba a punto de entrar al cargo, rechazó que lo tildaran de antivacunas y aseguró que las distintas dosis jugaban “un papel fundamental en la atención médica”, por lo que se llevó varias críticas al respecto de una supuesta falsa postura para acceder al poder. Señaló, además, que “todos sus hijos están vacunados” y afirmó que él solo planteó “preguntas incómodas” sobre la inoculación.
En abril de este año también causó sorpresa cuando, en un cambio de su postura histórica, planteó ante el descontrolado brote de sarampión que afectó a Estados Unidos que “la forma más eficaz de prevenir la propagación” era la vacuna.
Si bien la mayor parte de la oposición a Kennedy está motivada por este tema, algunos dirigentes de Estados Unidos también se oponen a sus opiniones contra la industria farmacéutica y a sus contradictorios comentarios sobre el derecho al aborto.
Además de la reunión que mantuvo hoy con Mario Lugones, tiene previstos encuentros con el presidente Javier Milei; el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y el canciller Gerardo Werthein.