El Gobierno Regional de Piura y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones promueven el Tren Bioceánico Bayóvar–Brasil, una de las iniciativas ferroviarias más ambiciosas de América del Sur.
Este megaproyecto conectará el océano Pacífico, a través del Puerto de Bayóvar en Sechura, con el océano Atlántico en el Puerto de Santos, en Brasil, atravesando cinco regiones del Perú y varios estados brasileños.
Con una capacidad operativa estimada de 40,000 toneladas de carga por día, el corredor está diseñado para movilizar productos estratégicos con eficiencia y rapidez. Cada tren contará con 100 vagones de 80 toneladas y podrá realizar hasta cinco viajes diarios, lo que permitirá un flujo constante de mercancías desde el norte peruano hasta el corazón de Brasil.
Este eje logístico no solo representa un nuevo camino de salida para las exportaciones peruanas, sino que también posiciona a Piura como un nodo fundamental del comercio interoceánico, con un impacto directo en la competitividad de la región.
La ruta proyectada del Tren Bioceánico
El trazado del Tren Bioceánico ha sido diseñado para cruzar diversos pisos ecológicos del Perú y Brasil, conectando la costa, la sierra y la selva en un recorrido estratégico para el transporte de carga:
En territorio peruano:
- Puerto de Bayóvar – Olmos (245 km)
- Olmos – Bagua Grande (234 km)
- Bagua Grande – Tarapoto (330 km)
- Tarapoto – Pucallpa (530 km)
- Pucallpa – frontera con Brasil (290 km)
En territorio brasileño:
- Lucas do Rio Verde – Campinorte (890 km)
- Lucas do Rio Verde – Vilhena (630 km)
- Vilhena – Porto Velho (570 km)
- Porto Velho – Rio Branco (560 km)
- Rio Branco – frontera con Perú (640 km)
En total, la línea ferroviaria superará los 4,000 kilómetros de extensión, interconectando regiones productivas y facilitando un acceso directo entre el Pacífico y el Atlántico.
Impacto económico, logístico y regional
Más allá de su trascendencia geopolítica, el Tren Bioceánico representa una oportunidad de transformación para la economía del norte peruano. Se estima que durante su fase de construcción se generarán más de 193,000 puestos de trabajo directos e indirectos, dinamizando sectores como la construcción, energía, siderurgia, maquinaria pesada y electrónica.
El tren servirá como plataforma para el transporte de fosfatos del complejo de Bayóvar, uno de los yacimientos más grandes de Sudamérica, así como productos hidrobiológicos como la concha de abanico de Sechura, y una amplia gama de cultivos agrícolas que incluyen mango, banano, arándano, uva, cacao, café y soya. Esta diversidad de productos podrá llegar a nuevos mercados con mayor eficiencia, reduciendo tiempos y costos logísticos.
Además, el corredor permitirá integrar la producción del nororiente peruano con el Brasil profundo, favoreciendo una red logística que impulse el desarrollo de territorios históricamente desconectados y subatendidos.
Gobernador regional de Piura pide atención al proyecto
El gobernador regional de Piura, Luis Neyra León, ha reiterado su firme compromiso con la promoción del Tren Bioceánico, una obra emblemática que busca transformar la conectividad del país. Ha solicitado al Gobierno central que respalde esta iniciativa como una política pública de carácter nacional, dada su importancia estratégica para el desarrollo del Perú.
El funcionario subrayó que el Tren Bioceánico representa una oportunidad histórica para el país, al tratarse de una propuesta que impulsa la integración territorial, la conectividad interregional y la competitividad económica. Aseguró que sus beneficios alcanzarán no solo al norte del país, sino a todo el territorio nacional.
Actualmente, el expediente técnico se encuentra en fase de elaboración, con el respaldo de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR), que ha expresado su apoyo a esta propuesta de integración física y comercial a escala continental.
Con el Puerto de Bayóvar como punto de partida y un diseño que conecta regiones clave del Perú y Brasil, el Tren Bioceánico se perfila como un proyecto clave para atraer inversión, impulsar exportaciones y dinamizar el crecimiento económico. De concretarse, no solo reduciría brechas históricas de infraestructura, sino que posicionaría al Perú como un nodo estratégico del comercio global.