La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el mercado laboral ha intensificado el debate sobre la seguridad de los empleos, pero Bill Gates identifica tres profesiones donde la presencia humana sigue siendo insustituible: programación, biología y energía.
El cofundador de Microsoft sostiene que, a pesar de los avances en automatización, estos campos continúan requiriendo habilidades que la IA aún no puede replicar. En su blog GatesNotes, el filántropo ha dicho que, si tuviera que elegir una carrera profesional en la actualidad, optaría sin dudarlo por alguna de estas tres áreas.
Por qué la programación no podrá ser reemplazada por la inteligencia artificial
Para Gates, la programación constituye una forma de alfabetización esencial, porque el desarrollo de software es el lenguaje fundamental de sectores estratégicos como las comunicaciones, la salud y la seguridad.
Pese a que la inteligencia artificial ha progresado en la generación de código, Gates advierte que “aunque la IA puede escribir código, aún necesita supervisión humana experta para desarrollarse correctamente”.
La labor de los programadores va mucho más allá de crear herramientas digitales: implica supervisar, corregir y orientar algoritmos, así como integrar valores éticos y detectar sesgos, tareas que los sistemas autónomos todavía no pueden asumir.
Cuál es el impacto de los biólogos en la innovación científica
En el ámbito de la biología, Gates destaca su papel central en la innovación científica contemporánea. El auge de la biotecnología, la edición genética y la medicina personalizada ha abierto nuevas posibilidades para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Frente a desafíos médicos como pandemias o enfermedades crónicas emergentes, la experiencia humana resulta irremplazable. Según Gates, la biología se ha transformado en “la ciencia de nuestro tiempo”.
El análisis de sistemas vivos, la interpretación de datos biomédicos y la toma de decisiones complejas requieren un juicio que los algoritmos, por avanzados que sean, no pueden replicar. Por ello, el criterio de los biólogos es esencial tanto en la gestión de crisis sanitarias como en el diseño de soluciones personalizadas en salud.
Cómo es posible que el mundo transite hacia el uso de energías limpias
El sector de la energía ha adquirido una importancia estratégica ante la transición hacia fuentes limpias y la lucha contra el cambio climático. Gates subraya la relevancia de los expertos en energía en el desarrollo de tecnologías como la captura de carbono o el hidrógeno verde.
Estas innovaciones demandan profesionales capaces de comprender y rediseñar sistemas complejos, anticipando su impacto medioambiental. Aunque la inteligencia artificial contribuye a optimizar procesos energéticos, no logra sustituir la creatividad y el criterio humano necesarios para afrontar los retos de sostenibilidad.
El empresario sostiene que la innovación en energía no solo responde a una urgencia ambiental, sino que representa una fuente constante de oportunidades laborales y científicas.
El desarrollo, la interpretación y la adaptación de soluciones energéticas complejas requieren habilidades analíticas que la automatización no puede reemplazar por completo.
Cuál es el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral global
Un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto Nacional de Investigación de Polonia (NASK), titulado ‘Generative AI and Jobs: A Refined Global Index of Occupational Exposure’, estima que uno de cada cuatro empleos en el mundo está potencialmente expuesto a la IA generativa.
No obstante, el estudio señala que la transformación de las tareas, más que la sustitución total, será el resultado predominante. El análisis distingue entre empleos con alto riesgo de automatización y aquellos que evolucionarán mediante la adaptación de sus funciones.
Las ocupaciones administrativas figuran entre las más expuestas, mientras que las profesiones altamente cualificadas, como la programación, la biología y la energía, demuestran una mayor resiliencia.
El informe subraya que la intervención humana seguirá siendo clave en actividades que requieren juicio, creatividad y capacidad de adaptación ante situaciones imprevistas.