
La percepción de que la comida saludable es insípida y poco atractiva para las papilas gustativas se ha ido disipando con el tiempo. El influencer de nutrición y bienestar, Juan Pablo Gardonio ha mostrado en un vídeo publicado en sus redes sociales que es posible trasformar platos sencillos, como el pollo, en propuestas llenas de sabor gracias a salsas fáciles, rápidas y nutritivas.
“Puede que la comida saludable te parezca aburrida y sin sabor, pero eso es porque todavía no las probaste acompañadas con alguna de estas tres salsas”, ha afirmado Gardonio. El influencer ha explicado paso a paso cómo preparar tres salsas que, además de aportar sabor, incluyen un buen porcentaje de proteína:
- Primera salsa: aguacate, yogur griego, limón, sal y ajo. Todo batido.
- Segunda salsa: yogur griego, cilantro, ajo, limón y sal, que aporta un sabor fresco y diferente.
- Tercera salsa: yogur griego, salsa picante y limón. “Esta es mi favorita”, ha admitido el influencer.
Por qué los alimentos ultraprocesados nos resultan irresistibles
El rechazo inicial a lo saludable suele relacionarse con la costumbre de consumir productos ultraprocesados: dulces, refrescos, bollería industrial o aperitivos salados, ricos en azúcares, sal y potenciadores del sabor. Estos alimentos generan una “gratificación instantánea” cuando estamos aburridos, tristes o estresados.
La combinación de estos ingredientes produce una liberación inmediata de dopamina, generando placer y fomentando el consumo repetido. Además, suelen ser poco saciantes, lo que facilita su ingesta en grandes cantidades y dificulta la transición a opciones más nutritivas y saludables.
Cómo introducir cambios en la dieta
Para reducir gradualmente los ultraprocesados, los expertos recomiendan cambios pequeños y progresivos, en lugar de prohibiciones drásticas. Por ejemplo, los expertos recomiendan sustituir el pan industrial por pan integral con mantequilla de cacahuete natural, o cambiar el yogur azucarado por yogur griego natural, añadiendo un toque de miel o fruta.
Estos ajustes reducen los azúcares añadidos y aumentan las proteínas y fibra, ayudando a sentir saciedad y disfrutar más de los alimentos naturales. Otras estrategias pueden ser:
- Experimentar con alimentos y técnicas de cocina: nuevos tipos de carnes, pescados, verduras y cereales, o distintas formas de cocinar (hornear, asar, marinar…).
- Usar especies y hierbas aromáticas: romero, cúrcuma, comino, ajo y pimienta, aportan sabor sin recurrir a añadidos artificiales.
- Modificar recetas tradicionales: ajustar porciones, añadir proteínas o vegetales, o preparar versiones más ligeras de platos favoritos.

Incluso, una buena manera de facilitar la introducción hacia hábitos saludables es involucrar a la familia. En cuanto a los llamados “días trampa”, la recomendación es evitar la mentalidad de restricción. Es decir, disfrutar ocasionalmente de un alimento procesado contribuye a una alimentación más equilibrada.
En definitiva, la comida saludable no tiene por qué ser aburrida ni sacrificada. Con ingredientes simples, técnicas fáciles y adaptaciones al gusto, es posible disfrutar de platos nutritivos y placenteros en la boca. Transformar la alimentación en una opción apetecible y sostenible depende de variedad, creatividad y placer, más que de restricciones estrictas o fórmulas universales. Se puede aprender a desear comidas que trabajen con nuestros objetivos.
