Copenhague, 15 may (EFE).- El Tribunal Supremo de Noruega rechazó este jueves el recurso del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor de la masacre de Utøya en 2011, en su demanda contra el Estado noruego por el régimen de aislamiento penitenciario al que está sometido.
«La decisión implica que se pone un punto y final a la demanda en los tribunales noruegos, algo con lo que estamos satisfechos», declaró al diario Aftenposten el fiscal Kristoffer Nerland.
Un tribunal de Apelación de Oslo había fallado en enero pasado contra el recurso de Breivik a la sentencia anterior en primera instancia.
Ese fallo estimaba que las medidas de seguridad a las que está sometido el ultra noruego no sobrepasan lo necesario ni constituyen una violación de los derechos humanos, como argumentaba la defensa, que aseguraba que Breivik vive en un mundo «cerrado» y que lo mantienen medicado con pastillas para que no se deprima.
«El Estado recibió en el tribunal de Apelación un apoyo total a que las duras medidas de seguridad tienen base legal, y ese fallo se mantiene», destacó hoy Nerland.
Es la segunda vez que Breivik denuncia al Estado por su régimen penitenciario en el último lustro.
El fallo inicial admitió violaciones de los derechos humanos, pero fue revocado luego por una corte de apelación y, en última instancia, en 2018 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al que podría acudir de nuevo ahora.
Breivik también ha perdido dos casos en los últimos dos años en los que pedía la libertad provisional, que puede solicitar de forma periódica al cumplirse diez años de su condena.
El ultraderechista fue sentenciado en 2012 a 21 años de prisión, castigo máximo fijado entonces por las leyes noruegas y que puede equivaler a una cadena perpetua, ya que se puede prorrogar de forma ilimitada.
Breivik colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio de 2011, que mató a ocho personas.
A continuación se desplazó a la isla de Utøya, escenario del campamento anual de las Juventudes Laboristas, donde ejecutó durante algo más de una hora a decenas de personas que consideraba defensores del multiculturalismo y una amenaza para Noruega.
En sus últimas comparecencias ante los tribunales ha pedido perdón por los atentados y asegurado que ya no es violento, aunque defiende las mismas ideas. EFE