Triple crimen. Dictaron la prisión preventiva de los sospechosos y pasaron la causa al fuero federal

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Los ocho primeros acusados de participar en los femicidios de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi, seguirán presos. En las últimas horas el juez de Garantías de La Matanza, Fernando Pinos Guevara aceptó el pedido presentado por el fiscal Carlos Adrián Arribas para que se dicte la prisión preventiva contra ocho imputados.

Además, el magistrado aceptó la solicitud para que el caso pase al fuero federal debido a que los femicidios ocurridos entre el 19 y 20 de septiembre, en una casa de Florencio Varela, tuvo como móvil una venganza por el robo de un cargamento de droga.

El viernes pasado, cuando se cumplió un mes del hallazgo de los cuerpos en una casa de Florencio Varela, los fiscales Arribas, Claudio Fornaro y Diego Rulli, habían pedido la prisión preventiva para Celeste González Guerrero, de 28 años; Milagros Florencia Ibañez, de 20; Iara Daniela Ibarra, de 19; Matías Agustín Ozorio, de 28; Maximiliano Parra, de 18; Víctor Sotacuro Lázaro, de 41; Miguel Ángel Villanueva Silva, de 25, y Ariel Jiménez, de 29, porque, según sostuvieron, “existen indicios vehementes de que los imputados tratarán de eludir la acción de la Justicia, teniendo en cuenta las características y la violencia, frialdad, e impunidad con la que se comportaron a lo largo de la ejecución del hecho, como así la pena en expectativa del delito que aquí se les imputó”.

El noveno detenido, Tony Janzen Valverde Victoriano, apodado Pequeño J y considerado, en su momento, el autor intelectual del triple crimen, está detenido en Perú, su país natal, mientras se tramita su extradición a la Argentina.

Además de la prisión preventiva, los representantes del Ministerio Público le solicitaron al magistrado que decline su competencia en favor del fuero federal “en razón a que en el caso en estudio debe prevalecer el aspecto destinado a propender una persecución penal estratégica y que tal como veremos, la intervención de la Justicia Federal se vislumbraba como la mejor solución para asegurar una mayor eficacia de la investigación y cumplir con los fines de la ley 23.737, vinculada a los delitos de estupefacientes, en la que participan organizaciones multiterritoriales”.

Después de presentar el pedido de prisión preventiva para los ocho primeros detenidos, hubo dos nuevos sospechosos apresados: Mónica Débora Mujica, pareja de Sotacuro Lázaro y Joseph Freyser Cubas Zavaleta, conocido como Señor J. Con estas detenciones suman 11 los sospechosos apresados por su presunta vinculación con los femicidios de Brenda, Morena y Lara.

A partir de la decisión del juez de Garantías de La Matanza, de declinar la competencia, falta resolver si el juzgado federal de Morón, acepta la causa.

Un día antes de esta decisión, se había tomado declaración a Cubas Zavaleta, el que ahora aparece como supuesto autor intelectual de la masacre.

“En Perú era policía hasta que me suspendieron de forma arbitraria. Después tenía que reincorporarme a la institución, lo cual no hice porque estaba terminando mi carrera de ingeniería civil. Cuando estuve en funciones en la fuerza de seguridad me desempeñaba como subalterno en la Policía Nacional de Perú, en Trujillo”.

Así, Joseph Freyser Cubas Zavaleta, alias Señor J, se refirió a su pasó por la fuerza de seguridad nacional en Perú. Cubas Zavaleta fue el último de los once sospechosos detenidos por su presunta vinculación con los femicidios de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, ocurridos entre el 19 y 20 de septiembre, en una casa situada en Florencio Varela. Según un testigo de identidad reservada, Cubas Zavaleta habría sido el autor intelectual de los femicidios.

“Me encanta todo con vos, mi Jota querido . . . Tu colombiana”, rezaba uno de los mensajes hallados en poder del presunto jefe narco, de nacionalidad peruana. “Préstamo de 7k más 3k”, se indicaba en una página, en supuesta referencia a una entrega de droga, que fue secuestrada durante el allanamiento realizado por los detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza. Durante el operativo, los policías también secuestraron un cuaderno con tapas verdes.

Al declarar como acusado ante el fiscal de La Matanza, Carlos Adrián Arribas, Cubas Zavaleta incurrió en una contradicción.

“En realidad, a mi no me dicen Jota”, expresó Cubas Zavaleta, según consta en la página 14 de la indagatoria.

En la misma página, pero unas líneas más abajo, Cubas Zavaleta expresó: “Mi mamá me dice Josesito, mientras que mi hermano, que se llama Moises Elías, me dice Vast. Mis amigos me dicen JC”.

Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutierrez, víctimas del triple femicidio

Mientras que en la misma página 14, Cubas Zavaleta agregó que, en realidad comenzaron a llamarlo Jota, por la inicial de su nombre cuando llegó detenido a la celda N° 4 de la alcaldía de la Policía Federal, el 27 de agosto pasado.

No es un detalle menor. En el lugar donde fue alojado después de haber sido apresado porque existía un pedido de captura internacional solicitado por la Justicia de Perú, todos los presos lo conocían como Jota. El mismo alias con el que llamaban a Tony Janzen Valverde Victoriano, uno de los integrantes de la banda que asesinó a Lara, Brenda y Morena.

La detención de Cubas Zavaleta se fundó en la declaración de un testigo de identidad reservada que, además, de indicar que alardeaba sobre el hecho de que Brenda, Morena y Lara fueron asesinadas porque le robaron droga a un empleado suyo; se abocó a anotar cada información sobre el triple femicidio cada vez que se escuchaba algún detalle en la televisión.

Por su edad y rango en la organización, Valverde Victoriano fue conocido como Pequeño J para, supuestamente distinguirlo de Señor J, el mencionado Cubas Zavaleta, presunto jefe de la banda, quien, según un testigo de identidad reservada habría ordenado los homicidios de las tres jóvenes que vivían en La Matanza.

“En España estuve cerca de un año, más precisamente en la ciudad de Valencia, y antes de ahí viví en Perú. Mientras estuve en Valencia, viví solo, aunque tenía una enamorada. Cuando llegué a Argentina, viví en Lanús, en el domicilio que consigné en la declaración jurada de Migraciones. Durante ese tiempo me dediqué a coser zapatos y a venderlos en La Salada”, expresó Cubas Zavaleta.

Ante todo aquel que lo quisiera escuchar, Joseph Freyser Cubas Zavaleta se jactaba de haber cometido 62 homicidios que nunca le pudieron probar. Alguien de su entorno tomó nota de los dichos del jefe narco peruano y lo declaró ante la Justicia.

Joseph Freyser Cubas Zavaleta, el detenido conocido como Señor J

Según el testigo de identidad reservada, el narco afirmaba que a Brenda, Lara y Morena las mataron porque las usaron para robarle droga a un empleado suyo. Agregó que la cantidad de estupefaciente que le habrían sustraído sería de 40 kilos.

“No tengo antecedentes penales en Perú. Apenas tengo en trámite un pedido de extradición por rebeldía por no presentarme a un juicio”, agregó el supuesto jefe narco.

Si bien afirmó que no conocía a ninguno de los acusados o detenidos por los femicidios de Brenda, Morena y Lara, hubo un detalle que no pasó inadvertido para los investigadores.

Cubas Zavaleta es originario de Trujillo, de esa ciudad son el mencionado Valverde Victoriano, Miguel Ángel Villanueva Silva, Alex Roger Ydone Castillo, David Gustavo Huamaní y Manuel David Valverde Victoriano. Los dos primeros, actualmente detenidos por su supuesta participación en el triple femicidio y los dos últimos, con pedidos de captura internacional sobre sus espaldas.

Víctor Sotacuro Lázaro, detenido en la cárcel Sierra Chica, titular del Volkswagen Fox banco que formó parte de la denominada caravana de la muerte, también es de nacionalidad peruana, pero nació en la ciudad de Huancayo.

“A las chicas que mataron las habían conocido en un baile. Luego de ese baile, las habrían llevado a la casa del empleado, donde tomaron confianza y ahí las tres chicas le robaron la droga. A estas el robo de la droga les salió mal por meterse con un narco”, expresó el supuesto jefe narco peruano, según la declaración del testigo de identidad reservada.

Ayer, el imputado declaró ante el fiscal Arribas y negó su vinculación con los femicidios de Brenda, Morena y Lara. Afirmó que no era narcotraficante, que no conocía a ninguno de los detenidos por la masacre ocurrida en Florencio Varela.

“Los que se meten conmigo terminan muertos”, alardeaba Cubas Zavaleta en los calabozos de la Policía Federal instalados en el predio de Cavia y Figueroa Alcorta en la ciudad de Buenos Aires, según consignó en su declaración el testigo de identidad reservada.

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