Pequeño J, como se conoce a Tony Janzen Valverde Victoriano, el teórico autor intelectual de los homicidios de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, cuyos cuerpos mutilados fueron enterrados en el fondo de una casa de Florencio Varela, se opuso a un trámite de extradición simplificada o voluntaria a la Argentina.
“No me someto a la extradición”, afirmó Pequeño J, de 20 años, durante la audiencia de control con fines de extradición, a cargo del juez Cristhian Rafael Chumpitaz Pariona, a cargo del Juzgado de Investigación Preparatoria de Chilca, en la provincia peruana de Cañete.
Tras un cuarto de intermedio y de leer la acusación contra Pequeño J esgrimida en la circular roja de Interpol donde se informa su orden de captura internacional y de analizar la expectativa de pena y los riesgos procesales de peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación, el magistrado ordenó la detención preventiva durante se sustancia el proceso de extradición a la Argentina, como había solicitado el Ministerio Público Fiscal.
“Existe el peligro latente de fuga y obstaculización”, explicó el juez al dictar la detención preventiva con fines de extradición de Pequeño J de nueve meses para que se pueda cumplimentar el trámite.
Se trató de una audiencia oral, donde el sindicado autor intelectual del triple crimen siguió el desarrollo desde la comisaría de Chilca, donde se encuentra detenido.
En la parte resolutiva, el magistrado dispuso que Valverde Victoriano cumpla con la detención preventiva en el establecimiento penal Nueva Cantera Imperial, en la provincia de Cañete, según la audiencia que se transmitió por Youtube.
El sindicado autor intelectual del triple crimen de Florencio Varela fue atrapado en Pucusana, una zona de pescadores y de balnearios, situada a 70 kilómetros de Lima cuando se desplazaba en un camión.
Según pudieron reconstruir detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Matanza de la Policía Bonaerense que estaban tras los pasos de Pequeño J, el sospechoso se dirigía a Lima para encontrarse con Matías Agustín Ozorio, su supuesto lugarteniente.
Lo que no sabía Pequeño J es que Ozorio había sido detenido en horas de la mañana del martes pasado en el barrio Los Olivos, en Lima.
“Me trajeron de engañado unos narcos mafiosos a los que le debía plata”, sostuvo Ozorio cuando la Policía Nacional de Perú le colocaba las esposas y afirmó que estaba durmiendo en calle desde hace dos días después de escaparse de esos supuestos narcos, pero para los detectives de la policía bonaerense era una puesta en escena y estaba en la zona donde debía llegar Pequeño J.
Después de ser detenido y cuando era trasladado a la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú, Valverde Victoriano habló con los medios de prensa que hacían guardia y afirmó: “No matamos a nadie. Nos están echando la culpa” y sobre el triple crimen dijo: “Es un espanto”.
Hoy, poco antes de la audiencia donde se definió su futuro próximo, Pequeño J recibió en la comisaría la visita de sus hermanas.
Mientras en Perú se realizaba la denominada audiencia de control con fines de extradición, en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en homicidios dolosos de La Matanza, Ozorio, de 28 años, se negaba a declarar ante el fiscal Adrián Arribas, funcionario a cargo de la investigación.
Tras la audiencia, el sindicado ladero de Pequeño J fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de General Alvear.
“El sospechoso [por Ozorio] tuvo un rol [en el plan criminal] equiparable al de Pequeño J”, afirmó el abogado Fernando Burlando, representante de la familia de Brenda del Castillo, una de las víctimas.
Y agregó: “Si realmente tienen alguna forma de salvarse de lo que se les viene, es declarando y aportando elementos para que la investigación avance. Esperábamos que Ozorio se negara a declarar”.
Burlando dijo que Ozorio, en el caso de declarar, podría detalles concretos de cómo engañaron a las víctimas, cómo las emboscaron y cómo las mataron.
“Entre los días viernes pasado, aproximadamente entre las 22.30, y el martes último, aproximadamente a la 18, un número indeterminado de sujetos de distinto sexo, entre los que se encontraban Maximiliano Parra, Daniela Ibarra, Miguel Ángel Villanueva Silva, Celeste González Guerrero, Julio Valverde y/o Montaña y/o Pequeño Jota [cuando todavía no tenían identificado al supuesto autor intelectual del triple crimen] y Matías Agustín Ozorio actuando con división de roles, en el interior del domicilio situado en Chanar 702, en Villa Vatteone, Florencio Varela, y con claras intenciones de causarles la muerte, aplicaron múltiples golpes de puño, patadas y diversos cortes utilizando armas blancas sobre la superficie corporal de la humanidad de Verdi, de 20 años; Del Castillo, de 20, y de Gutiérrez, de 15, ocasionándoles lesiones de tal magnitud que provocaron su deceso. Obraron a traición y sobre seguro, aumentando intencionalmente y de manera inhumana el sufrimiento al causar padecimientos innecesarios que van más allá de lo necesario para cometer el acto, concurso premeditado de todos ellos y aprovechando los masculinos su condición biológica dominante de género sobre las víctimas mujeres”, según la orden de captura internacional que pesaba sobre Ozorio.
Después de ser expulsado de Perú, Ozorio había llegado anoche a la Argentina en un avión de la Fuerza Aérea custodiado por personal de la Policía Federal Argentina (PFA) y de la policía bonaerense. La comitiva había salido ayer a las 11 desde la Brigada Aérea El Palomar, partido de Tres de Febrero. Antes de aterrizar en Lima hubo una escala técnica en Salta.
El sospechoso fue entregado a personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) por parte de la Unidad de Extranjería de la Policía Nacional de Perú.
Fue subido al avión de la Fuerza Aérea esposado y con chaleco antibalas. “Durante el vuelo, Ozorio estuvo en silencio. Se comportó correctamente”, afirmó a LA NACION una fuente que estuvo presente en el vuelo.
Por disposición del juez de Garantías de La Matanza Fernando Pinos Guevara, magistrado que interviene en la causa, Ozorio pasó a estar bajo custodia de la policía bonaerense en el momento del aterrizaje en suelo argentino.
El sospechoso pasó la noche en la DDI La Matanza de la policía bonaerense hasta hoy a la mañana en que fue trasladado.
“Para mí Ozorio fue el encargado de reclutar los ‘soldaditos’ para lo que sucedió [el triple crimen]. Todos merecen la pena de muerte”, afirmó el abogado Diego Storto, representante de la familia de Morena.