Rostyslav Averchuk
Leópolis, 28 abr (EFE).- Pese al anuncio ruso de la expulsión de las fuerzas ucranianas de Kursk, las tropas ucranianas mantienen, más de ocho meses después de que comenzaran su mayor operación transfronteriza, algunas posiciones en esa región rusa y en la vecina Bélgorod, al tiempo que las fuerzas del Kremlin tratan de avanzar en la región ucraniana de Sumi y los combates intensos se suceden a lo largo de esa frontera.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan conteniendo a los invasores en el eje de Kursk”, dijo este lunes el Ejército ucraniano, después de que el presidente del país, Volodímir Zelenski, confirmara en la víspera que sus tropas siguen llevando a cabo “acciones defensivas” en algunas zonas de Kursk y Bélgorod.
Sólo durante este domingo, las fuerzas ucranianas repelieron en Kursk 23 de los 168 asaltos lanzados por Rusia en toda la línea del frente, según el parte del Estado Mayor de Kiev.
La zona bajo control ucraniano en Kursk se ha reducido después de los últimos avances rusos, según la plataforma de análisis de la guerra DeepState. Sin embargo, el territorio controlado por Kiev aún incluye más de 17 kilómetros cuadrados en la zona de combate activa cerca de las aldeas de Guyevo y Oleshnia, así como otro fragmento adicional de territorio situado 50 kilómetros al oeste del primero y de una superficie de 11 kilómetros cuadrados cerca de la aldea de Tiotkino.
“Mantener esas pequeñas zonas en suelo ruso favorece a Ucrania, al evitar que Rusia redespliegue las fuerzas que ha concentrado en Kursk a otros sectores del frente”, dice a EFE el analista militar Oleksandr Kovalenko.
Rusia ha estacionado en Kursk 60.000 soldados, que podrían suponer una amenaza sustancial si son transferidos a objetivos estratégicos para el Kremlin como Pokrovsk, en la región de Donetsk del oeste de Ucrania, advierte Kovalenko.
El mando militar ruso dijo el domingo que “los grupos aislados” de soldados ucranianos que permanecen en Kursk serán eliminados, después de que el propio Estado Mayor de Rusia asegurara el sábado que la operación ucraniana en la región había sido completamente neutralizada.
El ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, recordó el lunes en X que los intentos de Rusia de expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk debían durar unas semanas y se prolongan ya por casi nueve meses.
Los combates también continúan en la región rusa de Bélgorod 40 días después de que Ucrania lanzara una incursión sorpresa y rompiera la línea defensiva rusa. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington, las fuerzas ucranianas controlan en estos momentos una franja de un mínimo de 12 kilómetros de ancho en la frontera.
“La operación fue diseñada como una razia sorpresa para infligir bajas masivas a las fuerzas rusas y desviar sus recursos desde zonas adyacentes a Kursk”, escribió este lunes en Telegram el corresponsal militar ucraniano Yuri Butusov.
Las tropas ucranianas consiguieron este objetivo y llevan a cabo ahora una defensa posicional utilizando pequeñas unidades de infantería, drones, artillería, aviación y misiles guiados de precisión.
Butusov dijo que la ratio de bajas favorece por ahora a Ucrania, pero sugirió que la operación debe concluir pronto ante la creciente presión por parte de Rusia.
Según Kovalenko, el experto militar, Ucrania podría llevar a cabo más incursiones sorpresa en el corto plazo en la región rusa fronteriza de Briansk y en otras zonas de Kursk.
“Siempre es mejor luchar en territorio enemigo”, dijo Kovalenko, que subrayó que este tipo de razias forzarían a Rusia a mantener tropas en la frontera que de otro modo podrían sumarse a la ofensiva en suelo ucraniano.
En paralelo, las fuerzas rusas están intensificando sus esfuerzos para avanzar en la región ucraniana de Sumi, fronteriza con Kursk y donde los rusos han capturado cuatro pueblos y unos 50 kilómetros cuadrados de territorio en dos meses, según la evaluación del ISW.
Rusia emplea en estas operaciones pequeños grupos de asalto, y lanza entre 50 y 100 bombas aéreas guiadas a diario contra las posiciones ucranianas, según el Servicio de Guardias de Fronteras de Ucrania.
Estas unidades rusas recurren a motocicletas, quads y otros vehículos ligeros para evadir a los drones ucranianos, según dijo al medio Espresso TV este lunes la periodista Aliona Yatsina. Aunque la mayoría de esos soldados mueren o son heridos, algunos llegan a los pueblos-objetivo, donde se esconden en casas o sótanos para lanzar nuevos ataques y expandir gradualmente el control ruso en la zona.
Analistas militares consultados por EFE creen que Rusia carece de fuerzas suficientes para tomar la capital de la región, Sumi, situada a unos 30 kilómetros de las actuales posiciones rusas. Estos mismos analistas piensan que Moscú tratará de intensificar los ataques contra la ciudad para sembrar el pánico entre sus habitantes y presionar más a Ucrania para que ceda a las demandas de Moscú. EFE