El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió este jueves que su estricta política migratoria está impactando negativamente en sectores como la agricultura, la hotelería y el ocio, y adelantó que implementará modificaciones para revertir la falta de trabajadores, que esta ha desencadenado.
En un mensaje en Truth Social, Trump explicó que “nuestros grandes agricultores y las personas del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria tan agresiva les está quitando trabajadores muy buenos y con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, y advirtió que, frente a esto, “debemos proteger a nuestros agricultores pero sacar a los CRIMINALES FUERA DE ESTADOS UNIDOS”.
“En muchos casos, los criminales permitidos en nuestro país por la muy estúpida política de fronteras abiertas de (Joe) Biden están solicitando esos puestos de trabajo”, lo que “no es bueno”, sumó el Presidente, que adelantó así que “¡se avecinan cambios!”.
Pese a que el mandatario evitó precisar cuáles serán las futuras medidas que implementará, semanas atrás, en abril, había sugerido a su gabinete que una de las soluciones podría ser que los empleadores presentaran cartas al gobierno sobre ciertos inmigrantes indocumentados empleados, como un mecanismo para evitar su deportación temporalmente y eventualmente conseguir su legalización.
El anuncio de Trump se centró en tres departamentos -el agrícola, el hotelero y el del ocio-, que en su mayoría se componen de inmigrantes en situación irregular. De hecho, el Departamento de Agricultura estima que casi la mitad de los más de 850.000 trabajadores agrícolas en Estados Unidos son indocumentados y contribuyeron con 89.900 millones de dólares en impuestos durante 2023, lo que refleja su significativa contribución a la economía nacional.
Con el inicio de los operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), miles de personas han optado por esconderse o dejar de trabajar, por temor a ser arrestados y deportados.
En línea con su promesa de campaña y con el objetivo de alcanzar sus metas, Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca, y Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, ordenaron intensificar estas redadas en las últimas semanas, con miras a elevar el promedio de 630 detenciones diarias -registrado entre el 25 de enero y el 17 de mayo- a aproximadamente 3.000 diarias, con la meta de deportar a más de un millón de individuos al año.
En este contexto, el ICE ya ha superado las 2.000 detenciones por día y, solo esta semana, unas 70 personas fueron arrestadas tras una redada en una planta cárnica de Omaha, Nebraska. También se informaron avistamientos de agentes federales en un campo de recolección de arándanos en el condado de Tulare, California.
No obstante, esta fuerte aplicación de políticas ha suscitado protestas en todo el país, particularmente en Los Ángeles, donde Trump redobló la apuesta y respondió desplegando a la Guardia Nacional y a los marines para proteger a los agentes del ICE y a la propiedad federal.
Esto intensificó la indignación entre los líderes demócratas, incluyendo el gobernador de California, Gavin Newsom, y dejaron al descubierto la fuerte polarización en torno a la política migratoria y sus implicaciones en la matriz laboral de Estados Unidos.
(Con información de Bloomberg y EFE)