Chupate esa mandarina: fuerzas de acción directa del Tesoro de Estados Unidos tomaron el mando en la Casa Rosada, el Ministerio de Economía y el Banco Central. Pero, por favor, interpretemos bien esta avanzada. No es una invasión. Es una ayuda. Un rescate. Nada de colonización imperialista: vinieron porque los llamamos de urgencia. Digamos, más bomberos que marines. El Presi, Toto Caputo y Santiago Bausili permanecerán en sus cargos, precisamente para que no parezca un ejército de ocupación. La conducción efectiva de esas posiciones estratégicas será ejercida bajo la modalidad de teletrabajo: el nuevo hombre fuerte del Gobierno, Scott Bessent, seguirá apostado en Washington. ¿No lo dije todavía? Es una extraordinaria noticia. A la presidenta de Perú la acaba de echar el Congreso. Javi fue ratificado por Trump.
Las consecuencias del Nuevo Orden están a la vista: alocados festejos en las filas libertarias, los mercados tiran la casa por la ventana y en el kirchnerismo admiten que en las elecciones del 26 ahora van por el segundo puesto. Todos se reían de la presentación rockera del último libro del Pelu, La construcción del milagro, en el Movistar Arena. Dos días después nos enteramos de que el milagro ya era una realidad: ¡los gringos pusieron dólares para comprar pesos! Con la mano en el corazón: jamás pensamos que en vida íbamos a ser testigos de esto. No es la dolarización del Pelu: es la pesificación de Estados Unidos prometida por Trump en su campaña.
Si no alcanzó con la primera mandarina, acá va otra. Bessent dijo anteayer, al explicar la compra de pesos, que se trata de una moneda subvaluada. Es decir, la compran como inversión. La primera potencia del mundo no va por euros, yens, yuans o criptos, sino por pesos. Me pellizco: nuestra humilde moneda transformada, de la noche a la mañana, en divisa star. Javi, qué increíble. Pusiste cinco panes y dos peces y se convirtieron en 20.000 millones de dólares. Una estatua te queda chica. A los altares.
Sobrevendrán muchos otros cambios. El más importante: China ha sido cancelada. Por los bomberos. Bessent fue muy claro: tienen que echarlos. Adorni anunciará la devolución del swap en yuanes: “Se los llevan o los quemamos. Fin”. De la base de Neuquén va a ocuparse una brigada de fuerzas celestiales al mando del Gordo Dan. El León dirá que es imposible entenderse con un régimen comunista. El embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Peter Lamelas (Lamelas: profética designación), tendrá rango de jefe de Gabinete; y el nuestro allá…, bueno, quizás cierren la embajada. Los 15 días que restan para las elecciones se convertirán en paseo: los primeros sondeos muestran que la gente apoya la cesión de soberanía a cambio de tener un gobierno que gobierne. Los próximos spots del oficialismo van a registrar la novedad: “O la libertad avanza hacia el norte o el país retrocede”, “El que apuesta al dólar, pierde”.
Ahora se entiende cuán necesario era echar a Espert; aplaudimos tu decisión, Donald
Debido al interés que todo lo concerniente a la Argentina ha empezado a suscitar en Estados Unidos, pronto se instalarán en Buenos Aires corresponsalías de medios norteamericanos y, perdón por la autorreferencia, De no creer se editará en inglés. Justo cuando teníamos lista la versión en mandarín.
Con el desembarco político y económico de la Casa Blanca se da por definitivamente cerrada la temporada de catástrofes: $LIBRA, el vuelo de las valijas misteriosas, Spagnuolo, elecciones bonaerenses, expediente Espert. Dicho sea de paso: en el actual contexto se entiende bien cuán necesaria era la tarjeta roja al “Profe”. Aplaudimos tu decisión, Donald.
Haberse arrojado a los pies del imperio puede herir la susceptibilidad de algunos, es lógico, pero no hay indignidad mayor que alimentar un posible regreso del kirchnerismo. Javi, Toto y Bausili ya se habían patinado los 20.000 millones que nos mandó el Fondo Monetario Internacional en abril; la caracterización de “turcos en la neblina” se estaba quedando corta. Cuando la imposibilidad de bajarle la temperatura a los mercados se tornó dramática no hubo más remedio que pedirles a los del Departamento del Tesoro que trajeran ya mismo los dólares y que además los administraran, por tratarse de una moneda con la que ellos están más familiarizados. Hay altas posibilidades de que la jugada termine bien, con lo cual será el momento de proponerle a Trump, el nuevo León, un canje de economistas: Bessent por Milei.
¿Por qué el salvataje llegó antes y no después de las elecciones, como había anunciado Washington? Un poco por esa fiebre, otro poco porque se da por hecho que ganará el Gobierno y, sobre todo, por la proverbial codicia de los yanquis. No veían la hora de atesorar pesos.
Ahora sí podemos imaginarnos el día de gloria que seguirá al triunfo del 26. Pum para arriba la libertad, el capitalismo, el Triángulo de Hierro, Lule y Martín Menem, Lili Lemoine, los Pro (prolibertarios) Colo Santilli y Pucho Ritondo, las redes, los laboratorios…
Y, en medio de los festejos, la Casa Rosada determina que habrá un nuevo patrón: 6%.