Este domingo 15 de junio, en el programa Día D, Tula Rodríguez y su hija Valentina compartieron una emotiva conversación sobre Javier Carmona, quien falleció hace cinco años, dejando un vacío en la vida de su familia.
En un testimonio lleno de sentimientos, madre e hija revivieron los momentos que marcaron su vida junto al hombre que fue un pilar en su hogar, especialmente en el Día del Padre, una fecha que cada año se llena de recuerdos y homenajes.
Al ser preguntada por el periodista sobre qué le gustaría decirle a Javier, Valentina, visiblemente conmovida, expresó su amor y agradecimiento por todo lo vivido. “Fue el mejor papá que pude tener los nueve años que pude estar con él y no me arrepiento de nada. Gracias, lo amo”, dijo con una voz temblorosa.
Tula Rodríguez dedica emotivas palabras a Javier Carmona
En esa misma línea, Tula, su madre, aseguró que Javier siempre será una figura central en su vida y que aunque ya no esté presente físicamente, su legado sigue siendo parte fundamental de su día a día.
“Lo amaba, y espero haber estado a la altura. Que me cambió la vida. Y que me quedé con nuestra niña. Que prometas que serás cumplida”, afirmó Tula Rodríguez, destacando la relación tan especial que vivió con él y cómo, a pesar de los años, su hija Valentina es un reflejo de su amor y dedicación.
El Día del Padre para Tula y Valentina siempre tiene un tinte especial, ya que es un recordatorio de los momentos felices que compartieron con Javier. Ese día, madre e hija cocinaron juntas sancochado y el delicioso queque de plátano que tanto le gustaba a Javier, disfrutando también de las películas y series favoritas del hombre que tanto marcó sus vidas. A través de sus recuerdos, se puede sentir que Javier sigue tan presente como siempre.
Cuando Valentina fue preguntada sobre si aún se siente la presencia de su padre en la casa, respondió de manera emotiva: “No lo acepta, pero sí, está presente”, refiriéndose a los momentos en los que, incluso ahora, ciertas canciones la hacen llorar.
“Yo me doy cuenta. Ya está en su cuarto y empieza a escuchar canciones que le recuerdan a él”, explicó Valentina, visiblemente afectada. Aunque no quiera admitirlo, las pequeñas actitudes y recuerdos siguen siendo un testimonio de lo profundo que fue el amor entre padre e hija.
La promesa de Tula Rodríguez
El 30 de septiembre de 2020, Javier Carmona dejó este mundo después de luchar durante casi tres años con el síndrome de vigilia sin respuesta, tras sufrir una disección aórtica en agosto de 2018.
Tula relató cómo aquel fatídico día cambió sus vidas para siempre. “Estábamos jugando en la cama, y él se quejaba de no sentirse bien. En el momento en que le dije que se fuera a la clínica, ya no podía ni moverse”, recordó Tula, quien detalló cómo, a pesar del grave estado de su esposo, ambos intentaron mantener la esperanza y cuidar a Javier hasta el último momento.
A lo largo de esos tres años en los que Javier estuvo con el síndrome de vigilia, Tula y Valentina tuvieron que adaptarse a una nueva realidad, realizando cuidados constantes para su bienestar. “A veces me daba pena ver a mi papá tan dependiente, pero acepté que mi vida cambió, y aprendí a cuidar de él junto a mi mamá”, comentó Valentina, quien, a pesar de ser joven, vivió momentos difíciles que marcaron su crecimiento personal.
Tula Rodríguez recordó a su mamá
Tula también habló de otro dolor que la vida le dio: la pérdida de su madre, doña Clara, quien falleció en plena pandemia en 2021. “También fue un golpe muy duro para nosotras. Aunque pasen los años, uno siempre necesita el abrazo de su madre, y ya de ahí ella partió y es como que me dejó el corazón un agujero”, expresó con la voz quebrada.
Sin embargo, a pesar de las adversidades, Tula y Valentina continúan adelante, llevando en su corazón el amor y los recuerdos de los seres queridos que ya no están físicamente, pero que siguen vivos en su memoria.
Con el paso del tiempo, el dolor se ha ido mitigando, pero los recuerdos de Javier Carmona y su amor por su familia siguen siendo una parte esencial de sus vidas. Tula y Valentina, juntas, continúan honrando su memoria, mostrando que aunque las personas ya no estén, el amor y el legado perduran en el corazón de aquellos que quedan.
