Una pareja de argentinos, conocida por documentar sus viajes alrededor del mundo, quedó profundamente impactada tras su visita a Bogotá, describiéndola como una ciudad intensa y multifacética que, según ellos, podría ser “cinco veces París”.
De acuerdo con su relato, la capital colombiana les ofreció una experiencia única, marcada por su mezcla de historia, arte y contradicciones sociales.
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Según cifras oficiales, Bogotá recibió en 2024 a 13,4 millones de turistas nacionales e internacionales, de los cuales 1,8 millones fueron extranjeros, consolidándose como el destino más visitado de Colombia.
La pareja aterrizó en el aeropuerto El Dorado a las 6:00 a. m., siendo recibida por el característico aire frío de la ciudad, situada a 2.600 metros sobre el nivel del mar.
Desde el inicio del video, se observa como describieron a Bogotá como una urbe vibrante, con una energía que no se detiene.
Decidieron explorarla como locales, utilizando el sistema de transporte público Transmilenio y recorriendo barrios emblemáticos como Chapinero.
Durante su trayecto, destacaron la arquitectura de la ciudad, donde incluso los edificios más modernos respetan el característico color ocre de la arcilla local, un reflejo de las raíces andinas de la región.
Uno de los puntos más destacados de su recorrido fue el centro histórico de La Candelaria, donde las casas coloniales, los cafés independientes y los grafitis con influencias indígenas les ofrecieron una visión más íntima y ancestral de la ciudad.
En el Chorro de Quevedo, un lugar icónico de Bogotá, se encontraron con expresiones de arte urbano que contrastan con la historia que emana de cada rincón. La pareja también quedó fascinada con los productos locales, como artesanías hechas con billetes antiguos, jugo de caña recién exprimido y las tradicionales carteras andinas, que ya habían sido parte de sus viajes anteriores.
En su visita a la Plaza Simón Bolívar, el corazón político e histórico de Bogotá, la pareja reflexionó sobre la importancia de este espacio, donde los ecos de figuras como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander parecen mantenerse vivos.
Rodeados de edificios republicanos, vendedores ambulantes y palomas, describieron la plaza como un lugar que exige estar alerta a todos los sentidos, un espacio donde la historia y la modernidad se entrelazan de manera única.
La frase “Bogotá es cinco veces París”, atribuida a algunos locales, resonó con fuerza en el relato de los viajeros.
Según ellos, esta comparación no solo se refiere al tamaño de la ciudad, sino a la complejidad de sus capas históricas, las marcadas desigualdades sociales y la energía incesante que caracteriza a la capital colombiana.
“Así que si en Europa consideran París como una mega urbe, imagínense el tamaño que tiene Bogotá”, dijo la turista argentina conocida en redes como Pau.
“Bogotá es como una vista de un avión. Se ve clarísimo. La extensión de la ciudad es alucinante”, agregaron los viajeros gauchos.
Para ellos, Bogotá no es simplemente un lugar que se visita, sino una experiencia que se vive y se respira intensamente.
Así mismo, cuando los visitantes argentinos estuvieron en Monserrate se encontraron con una panorámica que los dejó con otra impresión de la ciudad.
“Aquellos edificios que nos parecían altos desde abajo ahora nos parecen pequeñitos. Es como si estuviéramos sobre una maqueta. Estamos a 3100 metros de altura”, expresó Pau.
El relato de esta pareja argentina no solo resalta la riqueza cultural y arquitectónica de Bogotá, sino su capacidad para sorprender y desafiar las expectativas de quienes la visitan.
Desde su llegada hasta su partida, cada rincón de la ciudad les ofreció una nueva perspectiva, consolidando a Bogotá como un destino que, más allá de sus contradicciones, se presenta como un reflejo vibrante de la diversidad y la historia de Colombia.