
La utilización de drones submarinos por parte de Ucrania para llevar a cabo operaciones especiales en el mar Negro marcó un precedente con la explosión que de acuerdo con el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) inutilizó un submarino ruso de la clase ‘Varshavyanka’, identificado por la OTAN como clase Kilo, mientras se encontraba en el puerto de Novorosisk. La noticia principal expone un golpe estratégico sobre la flota naval rusa, ocurrido en uno de los enclaves marítimos más relevantes del sur de Rusia. Según consignó el SBU en su canal oficial de Telegram, citado por la agencia recogida en el texto fuente, se desplegó tecnología de drones submarinos del tipo ‘Sub Sea Baby’ para ejecutar la operación. El submarino afectado, que tenía un valor estimado de 500 millones de dólares —más de 425 millones de euros—, sufrió daños que lo dejaron fuera de servicio operativo. El medio destacó que las fuerzas ucranianas consideran este episodio como el primer ataque exitoso con drones submarinos contra un sumergible ruso de estas características.
El evento no ha sido confirmado oficialmente por las autoridades rusas. Según consignó la fuente original, Moscú no respondió públicamente a las afirmaciones sobre la destrucción del submarino ni publicó información oficial sobre posibles consecuencias humanas o técnicas. El incidente se produjo en Novorosisk, uno de los principales puertos de la flota militar rusa en el mar Negro, que según detalló el medio, ha adquirido mayor importancia como centro logístico y estratégico desde el desplazamiento de embarcaciones rusas fuera de la zona de Crimea, en particular la bahía de Sebastopol.
El reporte del SBU, difundido en su canal oficial y citado por la fuente, precisó que el submarino impactado poseía cuatro lanzadores de misiles de crucero Kalibr. Estos misiles han sido empleados repetidamente en ofensivas rusas contra infraestructuras ucranianas y otros objetivos dentro de las fronteras ucranianas. Según apuntó el SBU y recopiló la fuente, la acción representa una reducción momentánea en la capacidad de Rusia para lanzar misiles desde el mar, lo que puede afectar el desarrollo de las operaciones en la región, dada la importancia de los ataques con Kalibr en el conflicto.
El SBU, citado por el texto fuente, explicó que el uso de drones submarinos responde a una estrategia de operaciones especiales destinada a debilitar la infraestructura militar y la capacidad ofensiva de las fuerzas navales rusas en el mar Negro. Ucrania ha intensificado este tipo de acciones como parte de una respuesta a la superioridad militar rusa y al contexto impuesto por las sanciones occidentales, que según la fuente, dificultan la reparación o reposición de embarcaciones estratégicas como la inutilizada en Novorosisk.
Previo al ataque, la nave operaba principalmente desde la península de Crimea, región que Rusia anexó en 2014. El SBU afirmó que el incremento de ataques ucranianos en el área llevó a Moscú a trasladar ese sumergible desde Sebastopol hasta Novorosisk. De acuerdo con la información recogida por la fuente, este tipo de traslado busca incrementar la seguridad de los activos rusos, aunque el reciente ataque evidencia el alcance de las operaciones ucranianas.
Según informó la fuente primaria, la destrucción del submarino, cuyo reemplazo bajo el contexto de sanciones internacionales podría ascender a cientos de millones de dólares, añade presión a los recursos materiales y la logística de Moscú. La misma fuente relacionó esta acción a una serie de operaciones recientes dirigidas a ajustar el balance naval en el mar Negro, tras el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022.
Las operaciones con drones submarinos tipo ‘Sub Sea Baby’, mencionadas por el SBU y citadas en la fuente, encarnan una línea de acción que busca limitar la movilidad y la proyección de la flota rusa en la región. El comunicado ucraniano replicado por la fuente sostiene que los efectos del ataque se proyectarán a largo plazo, tanto por el costo material como por las dificultades técnicas añadidas para reparar o reemplazar la embarcación en un entorno de restricciones económicas internacionales.
No se ha divulgado información acerca de posibles víctimas o sobre la ubicación exacta de la deflagración en la instalación portuaria. Según el SBU en el reporte reproducido por la fuente, la operación entra en el marco de combates intensificados y tácticas no convencionales, en las que el uso de drones y tecnologías no tripuladas toma relevancia estratégica frente a la superioridad numérica y tecnológica de la armada rusa. El comunicado situó el incidente en la lógica de las directivas de defensa ucraniana que privilegian la innovación táctica frente al desgaste del conflicto prolongado.
Este ataque se suma a una serie de acciones ucranianas en la región desde la anexión de Crimea, orientadas a retar la hegemonía naval rusa y a responder a los ataques con misiles sobre infraestructura y objetivos civiles en territorio ucraniano. La fuente reiteró que tales operaciones buscan reducir la capacidad ofensiva de Rusia e incrementar las dificultades para sostener la campaña militar en el sur de Ucrania.
