La relación entre Sofía Suescun y Kiko Jiménez atraviesa uno de sus momentos más críticos. Desde hace días, los rumores de una supuesta infidelidad de la influencer con Juan Faro han puesto a la pareja en el ojo del huracán. La noticia, desvelada por la revista ‘Lecturas’, ha provocado que ambos opten por recluirse en su vivienda de Valdemorillo y guardar absoluto silencio.
Según apuntan diversos medios, Kiko habría descubierto las llamadas «citas secretas» entre su pareja y el creador de contenido gallego, lo que ha ocasionado una profunda crisis en la pareja, justo cuando Sofía también atraviesa tensiones familiares con su madre Maite Galdeano y su hermano Cristian Suescun. Mientras, el influencer gallego ha negado que sea un montaje y ha animado a la protagonista de la historia a dar su versión de los hechos.
Lejos de pronunciarse, la pareja ha optado por aislarse, poniendo la música a todo volumen en su casa mientras la prensa, seguidores y vecinos se preguntan qué ocurrirá con su futuro sentimental. Permanecen encerrados y evitan cualquier contacto con el exterior, una actitud que solo alimenta la incertidumbre sobre el desenlace de esta polémica.
Además, tal y como se ha podido ver en los últimos días, Kiko se ha negado a abrir la puerta a los repartidores en diferentes ocasiones. Esta vez, el repartidor de Correos que se acercó hasta el domicilio se topó con la negativa del influencer, que pidió al cartero dejar la carta en el jardín y, ante la presencia de la prensa, exigió que la entrega se pospusiera, aumentando el misterio sobre lo que sucede en la vivienda. Mientras tanto, ambos se han divertido jugando con un dron que ha sobrevolado la casa.
Resulta evidente que la pareja no está dispuesta, por ahora, a dar la cara ni a zanjar públicamente las dudas. La música alta, el aislamiento y la tensión son el reflejo del choque emocional que viven dos de los rostros más mediáticos de la televisión y las redes sociales.