Al analizar los efectos que este evento generó en la reconstrucción de comunidades biológicas, el personal investigador descubrió que los grupos que sobrevivieron a la extinción no continuaron tal y como existían antes, sino que surgieron nuevos conjuntos de especies. Esta transformación en la composición de las comunidades marinas se evidenció durante el Triásico Medio, cuando distintas regiones oceánicas comenzaron a poseer faunas diferenciadas, fenómeno que marcó el inicio de los ecosistemas marinos modernos y separó claramente áreas como el océano Tetis y el Pacífico. La noticia principal es que una investigación llevada a cabo por especialistas de la Universitat de València (UV) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) logró documentar el impacto de la mayor extinción del planeta, la cual alteró el equilibrio de los océanos hace 252 millones de años, generando una pérdida masiva de especies, cambios profundos en la distribución de la vida y la aparición de nuevas comunidades biológicas.
Según informó la Universitat de València, el evento provocó la desaparición de la mayoría de las especies que habitaban entonces en los mares. El estudio analizó cómo este proceso afectó principalmente a las especies locales, aunque algunas lograron expandirse a nivel global. Estas conclusiones se obtuvieron mediante el análisis de los fósiles de bivalvos, parientes de las almejas y los mejillones actuales, por ser uno de los grupos más habituales en los registros fósiles. La investigación, según detalló la UV, se centró en el periodo posterior a la extinción, conocido como fase de reexpansión de la vida marina.
Durante esa fase, los investigadores observaron, como explicó la profesora Sonia Ros, del Departamento de Botánica y Geología de la UV, que los océanos del planeta mostraban una homogeneidad considerable: las mismas especies podían encontrarse en regiones significativamente alejadas entre sí. Este fenómeno reveló, de acuerdo con la UV y CONICET, que las extinciones masivas no solo disminuyen la diversidad biológica, sino que también redefinen la forma en que se distribuyen las especies en los mares y su conectividad, lo que tiene profundas consecuencias sobre la evolución de los organismos marinos.
La fase denominada de cosmopolitismo, según reportó el medio, se caracteriza por la presencia extendida de unas pocas especies en los vacíos generados tras la extinción. Esta homogeneización global fue temporal, ya que con los millones de años siguientes, especialmente en el Triásico Medio y hacia el final del Triásico, los océanos comenzaron a adquirir una mayor diversidad regional. El trabajo describe cómo el océano Tetis —antecesor del actual Mediterráneo— y el océano Pacífico pasaron a tener faunas propias y diferenciadas, lo que condujo a la formación de los ecosistemas que hoy se reconocen en el mar.
La investigación utilizó una base de datos global que recopila amplios registros fósiles, apoyando el análisis con herramientas desarrolladas para el estudio de redes, habitualmente aplicadas a sistemas sociales o de internet. Esto permitió, según consignó la UV, que el estudio reconstruyera con precisión las formas de organización y los patrones de dispersión de los organismos después de la extinción masiva.
La profesora Ros apuntó, en referencia a los resultados publicados, que estos revelan la capacidad de las comunidades marinas para adaptarse y evolucionar tras episodios extremos. El proceso no solo significó la eliminación de numerosas especies, sino también una reorganización completa de las comunidades biológicas. Este fenómeno explica, a partir del caso de los bivalvos y su registro fósil, cómo a lo largo de millones de años la vida marina se reorganizó y los océanos se transformaron, pasando de una conectividad global a la formación de zonas biológicas cada vez más independientes y distintivas.
En cuanto al financiamiento, la UV destacó que el proyecto ha contado con apoyo de ayudas públicas a la ciencia y la tecnología, específicamente del Programa Estatal de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Sistema de I+D+I, así como del Programa Estatal de I+D+I Orientado a los Retos de la Sociedad, enmarcados en el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.
El análisis de los bivalvos permitió a los investigadores profundizar en los mecanismos por los cuales la vida marina superó el evento de extinción, y también en la manera en que especies pioneras lograron ocupar regiones abandonadas por las extintas. Este enfoque contribuyó a comprender cómo la diversidad y la distribución de organismos en el pasado influyeron en la arquitectura de los mares actuales.
El personal investigador resaltó que la reconstrucción de comunidades marinas y la emergencia de nuevas reglas ecológicas tuvo un efecto directo en el surgimiento de ecosistemas separados, con sus propias características faunísticas, lo que supuso un paso decisivo en la historia biológica del planeta. De acuerdo con lo publicado por la UV y CONICET, dichas conclusiones ayudan a comprender el alcance y las implicancias de los grandes episodios de extinción y recuperación de la vida en la Tierra.
