Un estudio británico ha demostrado que las estufas de leña en el hogar pueden deteriorar la función pulmonar a niveles similares al humo del cigarro. La investigación, liderada por la doctora Laura Horsfall, del Instituto de Informática de la Salud del University College London, muestra que las personas que utilizan este tipo de calentadores en el interior sufrían una disminución de la función pulmonar de forma rápida.
El uso de combustibles sólidos para la calefacción doméstica ha aumentado en Europa debido a la promoción de la leña como energía renovable y a los altos precios de los combustibles fósiles. Tan solo en el Reino Unido, estas estufas emitieron 6.000 toneladas de material particulado fino en 2023. “Sabemos que la quema de leña en el hogar emite contaminación atmosférica perjudicial tanto en interiores como en exteriores, incluidos carcinógenos conocidos», explicó la doctora Horsfall en la presentación del estudio, durante el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea en Ámsterdam.
Este método, además, suele ser utilizado por hogares más acomodados y, en general, más saludables, característica que dificultó las mediciones del estudio. “Descubrimos que las personas que usaban combustibles sólidos tenían tasas más bajas de tabaquismo y enfermedades pulmonares, lo que puede enmascarar los verdaderos efectos de la exposición a combustibles sólidos”, señaló la investigadora.
Un daño al pulmón similar al humo del cigarro
Basándose en un estudio previo que mapeó el uso de estufas de combustibles sólidos en todo el Reino Unido, los investigadores utilizaron datos del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento (ELSA) para estudiar la conexión entre el uso doméstico autoinformado de combustibles sólidos en Inglaterra y el deterioro de la función pulmonar.
A partir de mediciones repetidas de la función pulmonar durante un periodo de ocho años, los investigadores vieron que esta se redujo más rápido entre quienes utilizaban combustibles sólidos para la calefacción. “Nuestro estudio sugiere que los altos niveles de material particulado procedente de las estufas dañan los tejidos respiratorios, causando inflamación de manera similar al humo del cigarrillo”, apuntó la doctora Horsfall.
En vistas a este hallazgo, el equipo planea nuevos estudios para determinar si vivir cerca de concentraciones elevadas de estufas de leña, especialmente en zonas acomodadas de Londres, conlleva mayor prevalencia de problemas respiratorios, prescripción de inhaladores y hospitalizaciones por causas pulmonares. Desde la Sociedad Respiratoria Europea, la profesora Ane Johannessen señaló que la “tendencia creciente al uso de estufas de leña en el hogar” es “perjudicial y causa asma, EPOC y cáncer de pulmón”.
“Estos hallazgos sugieren que las estufas de leña utilizadas en los hogares europeos pueden tener efectos similares y deben considerarse un posible factor de riesgo ambiental al evaluar la salud respiratoria, especialmente en pacientes con deterioro inexplicado de la función pulmonar o síntomas respiratorios crónicos. Aunque las nuevas estufas de leña europeas con diseño ecológico se consideran generalmente más limpias y seguras que las estufas de leña tradicionales, muchos hogares europeos todavía emplean estufas más antiguas, e incluso las estufas más nuevas pueden no estar completamente libres de riesgos”, añadió Johannessen.
