Ni buscaba empleo ni tenía experiencia previa, pero logró ascender a uno de los cargos más importantes dentro de un centro de adiestramiento para perros guía. Sylvester, un gato negro con blanco apareció un día afuera del campus de Guide Dogs en Leamington Spa, en Reino Unido. Aunque nadie lo invitó, tampoco intentaron echarlo ni los canes ni los humanos. Hoy en día, es considerado una pieza fundamental del equipo.
A diferencia de la mayoría de los trabajadores, Sylvester no llenó solicitudes ni pasó entrevistas, sino que apareció en el sitio como un felino desempleado, y acto siguiente se instaló cerca de los bloques donde viven los perros en formación y se quedó supervisándolos. Ocho años después, su carrera profesional ascendió hasta “Director de Operaciones Felinas” y está encargado de ayudar a los perros guía a mantenerse concentrados pese a la distracción que representa un minino.
Además de colaborar directamente en la formación de los futuros canes de asistencia, Sylvester se ganó el cariño del personal y de los seguidores de la escuela de adiestramiento, que mes con mes piden nuevas actualizaciones de la labor gatuna de este peculiar trabajador.
Un felino callejero líder de perros guía
Según relató Sarah Cooper, técnica de bienestar canino y líder del equipo, Sylvester apareció cuando tenía aproximadamente un año, poco después del fallecimiento del gato anterior que vivía en el centro. A pesar de que esperaron a que apareciera alguna persona que lo reclamara, nadie se presentó por él, así que el personal decidió adoptarlo formalmente. Lo llevaron al veterinario para colocarle un microchip, darle el esquema completo de vacunación, lo esterilizaron y lo desparasitaron.
Los responsables del lugar de adiestramiento canino comentaron en sus publicaciones de redes sociales que, si bien el felino “no en la lista de contrataciones”, Sylvester no tardó en ocupar un rol significativo. Lejos de incomodarse, el felino parece disfrutar la interacción con los cachorros en formación y, al mismo tiempo, se convierte en una herramienta práctica para evaluar su comportamiento.
“Le gusta estar en medio de todo”, explicó Cooper en entrevista para la BBC. “Puedes encontrarlo dormido en las camas de los perros o paseando tranquilamente entre ellos durante sus entrenamientos. A veces se mete en las perreras y duerme con ellos”.
De hecho, Sylvester es muy útil para el aprendizaje de estos canes debido a que es una distracción constante que los perro guía deben ignorar para mantenerse en su labor. Y es que no todos los perros que llegan al centro —por lo general a los 14 meses de edad— conviven con gatos en sus hogares temporales, por lo que la exposición a este gato negro con blanco —que recuerda al personaje animado de Looney Tunes— funciona como una primera evaluación realista.
“Si el perro corre hacia él o le ladra, Sylvester no se inmuta”, detalló Cooper. “Eso nos ayuda a saber si hay un problema antes de colocarle el arnés y enviarlo a trabajar”.
Lejos de limitarse a caminar entre los pasillos, Sylvester parece haber desarrollado un estilo propio de entrenamiento. Durante las sesiones en el circuito de obstáculos, se coloca estratégicamente en el centro del camino, obligando a los perros a ignorarlo para completar sus tareas. En ocasiones, incluso salta sobre alguno de los principiantes, como una especie de prueba sorpresa, ya que el objetivo no es asustarlos, sino medir su reacción. Otras veces también los acompaña en sus caminatas ya con el equipo especializado para ejercer su asistencia; si los perros muestran algún signo de distracción ante la presencia del minino, hay que reafirmar su entrenamiento para que eso deje de suceder.
“Es muy bueno porque no todos los perros han visto un gato antes, y su reacción puede ser impredecible”, comentó Cooper. De hecho, algunos perros se muestran ansiosos o se retraen cuando la presencia felina les resulta demasiado estimulante. En esos casos, los entrenadores pueden trabajar esa distracción específica o, si es necesario, considerar su idoneidad para la labor que desempeñarán.
Además de su rol pedagógico, Sylvester también cumple una función emocional. Su actitud relajada, su presencia constante y su costumbre de acurrucarse cerca de los cachorros crean un ambiente más amigable dentro del centro. “Es como tener una mascota para todos”, aseguró Cooper. Y aunque no recibe un salario formal, Sylvester goza de beneficios que muchas personas en redes sociales consideran envidiables, pues cuenta con “prestaciones” como vivienda gratuita, alimento diario, atención veterinaria, cariño del personal y siestas ilimitadas.
Una celebridad en redes sociales
El carisma del gato no pasa desapercibido dentro y fuera del refugio. Sarah Cooper, quien recibe con frecuencia fotografías espontáneas de Sylvester tomadas por el personal, decidió iniciar una serie de publicaciones mensuales en la página de Facebook del equipo para iniciar las “actualizaciones de Sylvester”, que se comparten cada primer fin de semana del mes.
“Empezó como una forma de compartir lo que hacía, pero ahora tiene su propio club de fans”, contó Cooper. “La mitad del tiempo recibe más ‘me gusta’ que los perros”. En las imágenes se le ve paseando con la cola en alto, recostado panza arriba en el patio, o posando para selfies con el equipo de entrenadores. A pesar de su creciente fama, Sylvester no permite que el reconocimiento le afecte y mantiene su rutina con la misma serenidad con la que llegó al lugar.
En septiembre de 2024 se cumplieron ocho años desde que el felino comenzó su singular trayectoria profesional, la cual parece que no quiere abandonar ni por el retiro de la profesión, ni por la búsqueda de un nuevo centro laboral.
“Es parte de nuestra familia”, recalcó Cooper en la entrevista con la BBC. Mientras tanto, Sylvester sigue haciendo lo que mejor sabe que es dormir en camas ajenas, saltar sobre perros distraídos y demostrar que, en el mundo del entrenamiento canino, el gato es el jefe.