Un histórico colegio privado de Belgrano R anunció que no abrirá el próximo año

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El martes de la semana pasada, la médica Silvana Furlanetto recibió un mail del colegio de su hijo, el Instituto Anunciación de María, donde se les pedía a todos los padres que asistieran al día siguiente al salón de actos para participar de una reunión institucional. Pensó que las hermanas vicentinas, dueñas de esta pequeña escuela privada de Belgrano R, comunicarían un aumento de la cuota o que simplemente pedirían algún tipo de contribución económica. No imaginó que, estando en octubre, con el proceso de matriculación para 2026 abierto, las religiosas informarían que el colegio cerraría sus puertas al fin del ciclo lectivo y que el edificio sería puesto a la venta.

Tras la repentina noticia del cierre de la institución, comunicada en la reunión de padres, el clima dentro de la comunidad educativa se agitó. El revuelo y el desconcierto de padres y alumnos fueron canalizados ayer por la tarde en una masiva manifestación frente a las puertas de la escuela. Los padres presentes cuestionaron la poca anticipación con que se informó el cierre y consideraron que se podrían haber tomado medidas “menos drásticas”.

Instituto Anunciación de María que anunció su cierre

El Instituto Asunción de María, emplazado en Virrey del Pino al 3541, frente al Belgrano Athletic Club, es un pequeño establecimiento educativo de jornada simple con 60 años de historia, que cuenta con una subvención estatal del 80% y pertenece a la Congregación Hermanas Vicentinas de Zagreb. Desde hace por lo menos cuatro años, el establecimiento, que tiene hoy un aproximado de 310 alumnos, enfrenta una grave crisis de matrícula en el nivel inicial y en los primeros años de primaria, con cursos que rondan los nueve alumnos por año. Mientras tanto, en los últimos años de primaria y en toda la secundaria, el colegio mantiene su alumnado histórico, que ronda los 28 chicos por año.

“Ustedes son testigos de los cambios que se están dado en la sociedad en general: la disminución de la natalidad, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires, el impacto de la pandemia y la baja matrícula que afectó gravemente a muchas instituciones educativas, especialmente a nuestro querido Instituto Anunciación de María”, leyó desde el escenario, el miércoles pasado, frente a la comunidad educativa, la madre superiora provincial de las hermanas vicentinas, la hermana María Celia Aguilar.

“Tras un largo camino de reflexión, diálogo y asesoramiento con profesionales y consultas con la Dirección General de Educación de Gestión Privada, y después de haber buscado y evaluado todas las alternativas posibles, con profundo pesar, hemos decidido cerrar el Instinto Anunciación de María y vender la propiedad para poder afrontar las indemnizaciones correspondientes al personal”, afirmó la religiosa, ante padres y algunos niños, algunos de los cuales, al escuchar el remate, comenzaron a llorar desconsoladamente desde sus butacas.

Ese día, el colegio todavía tenía en su fachada un cartel que anunciaba las inscripciones abiertas para el próximo año.

Hasta el sábado pasado, el colegio tuvo colgado en su fachada un cartel que decía

El cierre del Instituto Asunción de María ocurre en medio de un escenario marcado por una problemática que se recrudece año a año: una caída de la natalidad sin precedente. En los últimos años, especialmente tras la pandemia, este fenómeno global llevó a que decenas de colegios y jardines de infantes del Área Metropolitana de Buenos Aires cerraran salas de nivel inicial, y que muchos tengan vacantes libres en jardín de infantes y primaria. A su vez, otros han tomado la decisión de cerrar sus puertas de manera definitiva.

“El colegio es inclusivo, tiene muchos chicos con certificado único con discapacidad (CUD), como mi hijo. Si para cualquier chico es difícil conseguir una vacante en octubre, imaginate para un chico con CUD y con maestra de apoyo”, destacó Furlanetto, desde la puerta del colegio, durante la manifestación de padres, alumnos y docentes.

Padres y alumnos se manifestaron ayer en contra del cierre

Furlanetto ya comenzó a vivir las complicaciones de conseguir una vacante para su hijo. “Ya fui a ver dos colegios. En los dos me dijeron que sí, que tenían vacante. Pero cuando fui con mi hijo, que tiene un trastorno del lenguaje, me dijeron: ‘Bueno, vamos a ver, tenemos que dar prioridad por orden de llegada’. Él acá está feliz, tiene amigos, es incluido”, cuenta, con la mirada fija en la puerta de la institución, donde cuelgan carteles escritos por los alumnos de secundaria que dicen: “El Asun no se vende”.

“Ofrecimos ayuda y nos la negaron”

Lo que más sorprende a los padres que ayer se manifestaron junto a sus hijos en la puerta del colegio es que no haya habido una instancia de diálogo previa al cierre de la institución. “La decisión fue unilateral, abrupta y sin alternativas. No hubo advertencias previas ni instancias de diálogo reales. Nadie fue convocado, nadie fue escuchado”, escribió un grupo autoconvocado de padres en una misiva hacia las religiosas, con quienes no han logrado entablar diálogo desde que se dio a conocer la noticia del cierre.

Los mensajes que dejaron los alumnos en las rejas de entrada al colegio

La congregación había comunicado, en septiembre de 2024, en un mail enviado a la comunidad educativa, que el colegio enfrentaba dificultades económicas. Al conocer la situación, un grupo de padres profesionales había decidido formar un grupo interdisciplinario, con la intención de ayudar económicamente y educativamente a la institución.

“Yo soy una de las madres que ofreció ayuda en 2024, trabajamos con otros padres profesionales durante cuatro meses y medio y presentamos una propuesta. En diciembre de ese año rechazaron enfáticamente nuestra donación. El colegio siguió funcionando, no tuvimos más novedades. Básicamente, ofrecimos nuestra ayuda y nos la negaron”, afirma Rosana Méndez, consultora de ciencias del comportamiento y sociales, con dos hijos en el instituto, uno en sala de tres y uno en cuarto año.

La concentración anoche, frente al colegio

El grupo interdisciplinario del que ella formó parte dice haber presentado seis proyectos integrales, que incluían nociones pedagógicas, operativas, financieras y jurídicas. “Estos planes fueron diseñados para mejorar la gestión, evitar déficits y sumar valor institucional. El trabajo incluía capacitaciones docentes, acompañamiento estratégico y herramientas concretas de gestión, todo articulado con los directivos”, escribieron los padres en un comunicado, que ayer compartieron con el resto de la comunidad educativa.

“Toda la documentación fue entregada formalmente. Incluso se llegó a planificar la primera capacitación docente para febrero de 2025. Sin embargo, a mediados de diciembre de 2024, la directora Liliana Berastegui nos comunica el rechazo enfático y abrupto por parte de la congregación, sin brindar fundamentos ni abrir nuevas instancias. Desde entonces no volvimos a tener diálogo”, detallaron.

Entre los padres que estuvieron presentes ayer en la manifestación, muchos pedían que, al menos, el instituto mantuviera abierto el nivel secundario, donde la mayoría de los cursos tienen vacante completa.

Los carteles frente al colegio

LA NACION contactó al colegio y a la congregación y le consultó sobre la opción de mantener abierta la secundaria. La hermana Celia Aguirre afirmó que no es posible, dado que, para pagar las indemnizaciones del nivel inicial y primario, deben vender la propiedad entera. “La Congregación no cuenta con los medios económicos para afrontar los gastos de la indemnización, por eso se tendrá que vender la propiedad. Nos hubiera gustado un cierre progresivo, pero lamentablemente no hemos encontrado una solución”, respondió.

En el comunicado que leyó a los padres el miércoles pasado, la religiosa destacó que este año, en el nivel inicial, funciona una sala integrada de 4 y 5 años, con tan solo nueve alumnos, situación similar a la que se da en los primeros años del nivel primario.

Sobre la decisión de informar el cierre del colegio en plena época de matriculación para el ciclo 2026, la religiosa afirmó a este diario: “Estamos en permanente contacto con las autoridades de DGEGP y nos asesoramos que estamos en un tiempo prudencial para comunicar a la comunidad educativa, siendo que el año lectivo termina en febrero de 2026”.

Entre las familias de la comunidad educativa hubo sorpresa y angustia por la noticia

En tanto, fuentes del Ministerio de Educación de la Ciudad destacaron la crítica situación del nivel inicial y primario de este colegio. “En los últimos años, el Instituto Anunciación de María evaluó distintas estrategias para alcanzar una matrícula que les permita sostener la propuesta educativa. Pero en los últimos cuatro años su matrícula disminuyó un 80% en el nivel inicial y un 40% en el nivel primario. En la actualidad, el nivel inicial cuenta con nueve niños en salas fusionadas; el nivel primario solo tiene seis grados con una proyección de 71 estudiantes para 2026”, afirmaron.

La sorpresa de los padres responde, en parte, a que el mes pasado, en una reunión con padres, muchos de ellos habían escuchado a una de las autoridades educativas hablar de que el colegio estaba repuntando. “Muchos nos juntamos con la directora a principios de septiembre y preguntamos cómo venía todo para el año que viene. Nos dijo que estaba muy contenta porque había tenido muchas entrevistas con padres y chicos, y varias nuevas inscripciones para la primaria”, afirma el fotógrafo Hernán Semeria, exalumno y padre de una alumna de primer grado del instituto.

“El colegio estuvo recibiendo inscripciones hasta el viernes 26 de septiembre pasado, lo que demuestra que la decisión no era ni técnica ni inevitable”, opina Méndez.

Los alumnos más afectados emocionalmente son los de cuarto año de secundaria. “Todos estamos muy enojados y muy tristes. Queremos pedir que, por lo menos, la secundaria siga un año más. Nos están arruinando el fin de nuestra etapa en el colegio”, contó Lucía Espector, de 17 años, de cuarto año de secundaria.

A su clase, este año ingresaron tres alumnos nuevos, y hoy son en total 28. “El colegio estaba mucho peor el año pasado. Este año entraron muchos chicos a secundaria, por lo menos 15 personas nuevas”, suma.

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