El precio de la vivienda pasa por uno de los peores puntos en países como España. En el caso de que encuentres una casa que se adapte a tus necesidades y que esté por un precio asequible, tienes que enfrentarte a otro problema: la convivencia con tus vecinos.
En muchas ocasiones esto no suele suponer un obstáculo, sin embargo, es uno de los aspectos claves para tener unas buenas condiciones de vida. Los barrios pequeños suelen ser espacios más complicados para la convivencia debido a la distribución arquitectónica de las viviendas.
Paredes finas que no aíslan el sonido o el reducido espacio que hay para la convivencia en las zonas comunes son algunos de los elementos que condicionan la vida en estos bloques de viviendas.
Pese a que puedan existir problemas en la convivencia con los vecinos, hay veces que pueden escalar a un punto de discordia más alto. Este es el caso de unos vecinos del barrio francés de Brisepotière.
La calle pertenece a la ciudad de Angers, siendo una localidad en la que predominan las casas pequeñas con jardines en la parte trasera. Pese a que sean casas acogedoras, no siempre es fácil tener una buena relación con los vecinos.
Uno de ellos decidió denunciar al propietario de la casa de al lado por haber agrandado este inmueble con una reforma. Según alega este, la vivienda coetánea le priva en muchos momentos del día de disfrutar del sol. De hecho, desde las 12 del mediodía la luz ya no llega a su casa, siendo un martirio para él.
Tres intentos fallidos de denuncia
En el año 2018 interpuso la primera denuncia, en la que reclamaba 35.000 euros por los daños causados y que el vecino volviese a reformar su hogar para que no le tapara la luz.
La resolución del juez del año 2020 fue tajante, denegando las peticiones del demandante. Según esclareció en la sentencia, no se podía comprobar que le privara de la luz solar durante tantas horas seguidas.
Sin embargo, no se iba a dar por vencido. Por esta razón volvió a llevar la denuncia a juicio unos años después. La respuesta que obtendría del tribunal de apelación sería la misma que la de hace unos años. Volvería a intentarlo una vez más, obteniendo la negativa final el 10 de abril. El recurso fue desestimado y el expediente fue cerrado, por lo que ya no podrá llevar a los juzgados el caso.
Pese a la respuesta de las autoridades, el hombre no da crédito con la situación. Además, se siente abandonado por el propio Estado al no recibir la ayuda que él cree que merece. Esto ha generado un descontento total por su parte.
Después de varios años de denuncias, la relación entre ambos inquilinos es prácticamente inexistente, llegando incluso al punto de no retorno. Según comentan diferentes medios franceses, otros vecinos del barrio se sienten incómodos con esta situación. Pese a que cada uno tenga su opinión, la posición de la justicia es clara y no parece que vaya a cambiar