La emoción desbordó el estudio de Buenas Noches Familia (eltrece) la noche del martes, luego de que se unieron los destinos de Eduardo, quien batalla contra el cáncer, con una perrita abandonada y rescatada de las vías del tren llamada Pita. El encuentro emocionó a todos, incluso al conductor Guido Kaczka, quien se llenó de lágrimas en los ojos y agradeció poder vivir estos momentos en su nuevo programa.
“Gracias por hacer visible esta causa. Adoptar cambia destinos”, dijo Eduardo, conmovido, mientras la pequeña Pita, recién rescatada del abandono, le daba un tierno beso como símbolo del inicio de una nueva vida juntos. La escena no solo cerró una emisión cargada de sentimientos, sino que dejó una marca profunda tanto en el público del estudio como en quienes seguían la transmisión desde sus casas.
El foco de la noche estuvo en Eduardo, un hombre que recibe quimioterapia y que, en busca de compañía, se acercó al ciclo de eltrece con el deseo de adoptar una mascota. Su relato, colmado de emoción y honestidad, generó una reacción inmediata en la audiencia y en el propio conductor, que no logró contener el llanto. “Estoy pasando por algo difícil… Tengo cáncer. Me operaron dos veces y ahora estoy con quimio. Necesito compañía”, fueron sus palabras, las cuales dejaron al estudio en un silencio profundo. Luego, agregó: “Siempre tuve perros. Tuve un caniche, un ovejero, una pitbull hermosa. Ahora me toca esto y sigo adelante con mi familia apoyándome”.
La historia de Pita, por su parte, comenzó en un escenario completamente diferente: sola, desnutrida y dejada a su suerte junto a las vías del tren. El rescatista que la encontró explicó frente a cámaras: “Cuesta mucho rescatar. Hoy tengo 500 como ella. Cada uno con su historia. Pero ella, a pesar de todo, llegó feliz”. La impactante cifra visibilizó la magnitud del problema del abandono de los animales domésticos en el país y el trabajo silencioso de los rescatistas.
El momento más conmovedor llegó cuando Eduardo tomó el micrófono y, entre lágrimas, compartió su historia y pidió adoptar a la perrita. A su vez, el participante le agradeció al conductor por hacer posible estos encuentros. Guido, visiblemente movilizado, respondió: “Siento que no soy yo el que hace esto, es esto lo que me transforma… Lo hablo siempre con mi mujer. No sé si suena raro, pero lo siento así”.
Ese lazo de empatía entre conductor, invitados y espectadores reforzó el mensaje de la jornada: adoptar no solo salva a un animal, también transforma la vida de quien decide hacerlo. El rescatista de Pita, por su parte, agradeció emocionado e hizo hincapié en la importancia de fomentar adopciones responsables y en la necesidad de que estas historias tengan espacio en la televisión abierta.