Uno de los invitados a la boda en la que se produjo un atropello masivo en noviembre de 2022, que dejó cuatro muertos y nueve heridos de gravedad, ha manifestado en el juicio que uno de los hijos del acusado habría dado «un cabezazo» al padre del novio, lo que habría provocado que se le echara del convite poco antes de que se produjera la masacre.
El juicio contra Micael Da Silva, alias El Portugués, ha contado este martes con las comparecencias del abuelo del novio de la boda y de varios agentes de la Policía Científica que elaboraron un informe pericial.
El acusado afronta una petición fiscal de 226 años de cárcel y cuatro solicitudes de prisión permanente revisable. El abogado Alexis socias, que representa a una de las cinco acusaciones particulares, solicita 14 años de cárcel por un delito de tentativa de asesinato.
En la sesión, han comparecido los agentes que cotejaron los plásticos hallados en los cadáveres de los cuatro fallecidos con los restos del coche del procesado, cuya parte delantera se desprendió en una cuneta tras el fuerte impacto.
En la vista, un jurado popular tendrá que determinar si da veracidad a la versión del procesado, quien habría producido el atropelló al huir por miedo insuperable a los disparos que le efectuaron los asistentes. En el escenario de la masacre, no quedaron evidencias de que se hubiera producido algún tiroteo.
A medida que avanza la vista, los testigos están aclarando en qué circunstancias se produjo el atropelló y qué paso en el interior de la celebración para que los invitados expulsaran al procesado de la boda, a la que no había sido invitado.
NO HUBO DISPAROS NI PELEA
El abuelo de la novia ha relatado que salió a fumar en un momento de la celebración y vio cómo un coche venía como un proyectil hacia los invitados que se encontraban en el exterior del restaurante. «El crío le dio un cabezazo y hablamos con él para que se fuera», ha comentado el testigo quien minutos después vio como la gente volaba como consecuencia del impacto.
«Se llevó a toda la gente por delante. Los cuerpos salieron volando. Nadie llevaba pistolas ni se puso a pegar. Somos gente de bien», ha comentado a preguntas de la fiscal. Además, ha indicado que el dinero de la recaudación de la boda, unos 13.000 euros, quedaron tirados en la cuneta al ser atropellada la abuela del novio, quien llevaba lo que se conoce como ‘la manzana’.
El pasado martes, agentes de la Policía Nacional indicaron al tribunal que no hallaron ninguna evidencia de que se hubiera producido un tiroteo, en contra de la versión del acusado que mantiene que huyó debido a que le estaban disparando.
Lo que sí hallaron fueron al menos cuatro navajas que habían tirado los asistentes a la llegada de los dispositivos de seguridad. Los efectos fueron depositados en la comisaría de Policía Nacional e Torrejón de Ardoz.
Está previsto que el acusado declare el próximo 29 de mayo, cuando concluya la prueba testifical y pericial. Tras su comparecencia, tendrán lugar los informes finales de las partes y la última palabra del procesado.
El fiscal solicita para ‘El Portugués’ 226 años de prisión por cuatro delitos de asesinato y nueve de intento de asesinato. Los abogados de la acusación piden prisión permanente revisable al tratarse de un atropello mortal con más de una víctima.
El pasado viernes, el jurado popular escuchó el relato de varios testigos presenciales, familiares de las víctimas mortales. «Quiero justicia. Nos han destrozado la vida», clamó el hijo de uno de los muertos, quien buscó a su padre entre los fallecidos.
La mujer del procesado manifestó en la anterior sesión que tanto ella como sus hijos estaban invitados al convite y que fue el padre del novio quien acudió a casa de su padre para invitarles personalmente.
Su marido fue a la celebración para cuidar a uno de sus hijos al sufrir problemas mentales, indicando la testigo que una persona le quitó a su hijo un vaso en la boda y ahí comenzó el conflicto.
ATROPELLO MORTAL
Los hechos se produjeron la madrugada del 6 de noviembre de 2022, cuando ‘El Portugués’ acudió a la celebración de una boda en el restaurante ‘El Rancho’ de Torrejón de Ardoz en compañía de dos hijos suyos menores de edad y de dos sobrinos.
Durante la celebración, uno de los menores protagonizó un incidente con alguno de los invitados, lo que motivó que se le indicara al acusado que abandonara el lugar junto con las personas que le acompañaban.
Fue entonces cuando el procesado se enfrentó a varios de los allí presentes, hasta que una vez en el exterior del establecimiento, se dirigió en compañía de sus hijos y sobrinos al vehículo de su propiedad que tenía aparcado en las inmediaciones.
Tras ponerse al volante aceleró el motor «a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas con motivo de los hechos y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera», arrolló a varios de ellos, ocasionando la muerte de cuatro personas: I. M. S., C. R. B., J. M. R. V. y C. B. S.