Según un estudio publicado esta semana, las personas que consumen más vitamina D pueden ralentizar un proceso biológico relacionado con el envejecimiento.
Pero no corra a comprar suplementos todavía. Según los expertos, la inmensa mayoría de los estadounidenses ya consumen suficiente vitamina D a través de la dieta y la luz solar.
En el nuevo análisis, los investigadores del Hospital Brigham and Women’s, la Facultad de Medicina de Harvard y otras universidades se fijaron en los telómeros —las tapas protectoras del código del ADN en los extremos de los cromosomas—, que tienden a acortarse a medida que envejecemos.
Se trata de una especie de “reloj biológico”, y los telómeros más cortos se han relacionado con un mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades. Los suplementos de vitamina D, sin embargo, pueden ralentizar ese proceso de reducción, según ha descubierto la nueva investigación, publicada en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
Aunque estudios anteriores han demostrado una relación entre la vitamina D y la longitud de los telómeros, la mayoría eran observacionales. El nuevo estudio es aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, lo que da más credibilidad a los resultados.
“Creemos que estos hallazgos son prometedores y justifican más estudios. Pero creemos que la replicación será importante antes de cambiar las directrices generales sobre la ingesta de vitamina D”, afirmó JoAnn Manson, coautora del estudio y jefa de la División de Medicina Preventiva del Hospital Brigham and Women’s de Boston.
Reducción del acortamiento de los telómeros
Los resultados forman parte de un estudio más amplio, denominado ensayo VITAL, que Manson y otros investigadores del Hospital Brigham and Women’s, filial de la Facultad de Medicina de Harvard, llevan cinco años realizando.
En él participan 25.871 personas —mujeres estadounidenses mayores de 55 años y hombres mayores de 50— a las que se han administrado 2.000 UI de vitamina D3 al día y 1 gramo de ácido graso Omega 3 al día para determinar sus efectos, principalmente en la prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
El estudio de los telómeros se centró en unos 900 de esos participantes, en su mayoría de Boston, cuya longitud de los telómeros en los glóbulos blancos se evaluó al inicio del estudio y de nuevo en los años 2 y 4.
Los investigadores descubrieron que, en comparación con el grupo que tomaba placebo, los que tomaban suplementos de vitamina D habían reducido el acortamiento de los telómeros a lo largo de cuatro años. En cambio, los suplementos de ácidos grasos omega 3 no tuvieron efectos evidentes sobre la longitud de los telómeros.
Cómo pueden asociarse los telómeros con el envejecimiento
Durante cada división celular, los telómeros garantizan que los cromosomas de la célula no se fusionen entre sí o se reorganicen, y con cada replicación, los telómeros se acortan un poco. Este proceso está asociado al envejecimiento, así como a un mayor riesgo de infecciones, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores creen que el beneficio de los suplementos de vitamina D está relacionado con el control de la inflamación, afirma Manson. La inflamación se ha asociado a enfermedades autoinmunes y al cáncer.
Una dieta y un estilo de vida sanos son fundamentales
Aunque la vitamina D puede ser beneficiosa, Manson insistió en que no es una panacea. Hay muchas enfermedades crónicas que no parecen reducirse con la administración de suplementos de vitamina D, dijo.
“Los suplementos dietéticos nunca sustituirán a una dieta sana y un estilo de vida saludable, y hemos dejado muy claro una y otra vez que hay que centrarse en la dieta y el estilo de vida más que en los suplementos”, aseguró.
“Sin embargo, la suplementación específica para las personas que tienen niveles más altos de inflamación o un mayor riesgo de enfermedades crónicas claramente relacionadas con la inflamación, esos grupos de alto riesgo pueden beneficiarse de la suplementación específica de vitamina D”.
El estudio de los telómeros fue aleatorizado, es decir, los participantes se asignaron al azar al grupo de suplementos de vitamina D o al de placebo para garantizar que características como la edad, el estado de salud, la dieta y el estilo de vida estuvieran equilibradas entre los grupos. La aleatorización se considera la regla de oro en la investigación clínica porque hace que los grupos sean lo más parecidos posible al inicio del estudio.
“Todos los factores de riesgo de enfermedades crónicas, de acortamiento de los telómeros, la edad, la demografía, la actividad física, la dieta, la salud subyacente, la hipertensión, la diabetes, todos estos factores de riesgo se equilibran mediante el proceso de aleatorización”, dijo Manson, lo que significa que la única diferencia entre los dos grupos era que uno recibía vitamina D y el otro no.
Y el estudio también fue “doble ciego”, lo que significa que no sólo los participantes de cada grupo no sabían cuál recibía el suplemento, sino que tampoco lo sabían los técnicos que lo administraban.
Lo que dicen otras investigaciones y expertos
No todos los estudios han sido tan prometedores con respecto a la conservación de los telómeros. Un artículo publicado en 2023 en el Journal of Nutrition, Health and Aging, por ejemplo, concluyó que “es improbable que suplementar de forma rutinaria con dosis mensuales de vitamina D a los adultos mayores, que en gran medida están repletos de vitamina D, influya en la longitud de los telómeros.”
Entre 2014 y 2020, investigadores del Instituto de Investigación Médica QIMR Berghofer de Brisbane, Australia, dirigieron un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo con 1.519 participantes, para ver si la suplementación con vitamina D afectaría a la longitud de los telómeros. Administraron el suplemento mensualmente a la mitad de los participantes y no hallaron diferencias entre los que lo recibieron y los que no.
Carol Greider, profesora de la Universidad de California en Santa Cruz que ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2009 por su descubrimiento de la telomerasa, una enzima que protege los telómeros del acortamiento, dijo en un correo electrónico que era escéptica de los resultados del nuevo estudio.
La reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa o qPCR, un ensayo que se utilizó en el reciente estudio para medir la longitud de los telómeros, ha demostrado en varias publicaciones que no es fiable, escribió Greider. El estándar clínico para medir la longitud de los telómeros es una técnica llamada Flow FISH, que es altamente reproducible.
Greider también señaló que los distintos subtipos de células sanguíneas tienen distintas longitudes de telómeros, por lo que cualquier cambio en la distribución de los tipos celulares en la sangre podría aumentar o disminuir la longitud media de los telómeros de la sangre, no porque cambiara la longitud, sino porque cambiaran los tipos de células presentes.
Citó una perspectiva publicada en Aging Cell en marzo, en la que los autores cuestionan una investigación de 2024 que sugería que los vuelos espaciales, como la misión Inspiration4, que duró sólo tres días, aumentaban la longitud media de los telómeros de los glóbulos blancos de los participantes en el vuelo.
No es que los telómeros sean más largos, escribieron los autores del artículo Aging Cell; es que la composición de sus glóbulos blancos cambió, aumentando la longitud media de los telómeros.
“Así que, aunque puede o no haber un efecto de la vitamina D en los telómeros, es poco probable que los métodos utilizados en este estudio puedan documentar con precisión esos cambios sin ningún control de las distribuciones de los tipos de células”, escribió Greider.
(c) 2025, The Washington Post