Un preso escapa por la ventana de un hospital en Pamplona atando sábanas y lo detienen dos horas después

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Un agente de la Policía Nacional (Policía Nacional)

Un interno de la cárcel de Pamplona, de 58 años y nacionalidad española, se fugó este martes del Hospital Universitario de Navarra (HUN), donde se encontraba ingresado bajo custodia policial. El recluso logró escapar descolgándose por una ventana de la tercera planta utilizando unas sábanas y fue detenido dos horas más tarde en Zizur Mayor, en el domicilio de sus padres, según confirmaron fuentes policiales.

El incidente se produjo alrededor de las 13:30 horas, cuando el interno, que cumple condena por quebrantamiento de condena y acumula numerosos antecedentes, aprovechó un momento en el que los agentes encargados de su custodia no se encontraban dentro de la habitación.

Vigilancia en el hospital

El hombre había sido trasladado desde el centro penitenciario de Pamplona al Hospital Virgen del Camino, integrado en el complejo hospitalario navarro, con el objetivo de recibir asistencia médica. Allí permanecía ingresado en una habitación de la tercera planta, bajo la vigilancia de agentes de la Policía Nacional.

De acuerdo con el protocolo establecido, los funcionarios permanecen habitualmente en el pasillo, a la entrada de la habitación, con el fin de preservar la intimidad del paciente. Solo acceden al interior si así lo requiere el personal sanitario.

El recluso aprovechó precisamente ese procedimiento para ejecutar su fuga. Ató varias sábanas y, tras colocarlas en la ventana de la estancia, se descolgó hasta alcanzar la calle. Nadie advirtió su huida en ese momento. Su ausencia fue descubierta poco después, cuando enfermeras y policías entraron en la habitación para entregarle la comida y comprobaron que no se encontraba en la cama.

Amplio dispositivo de búsqueda

En cuanto se constató la evasión, se activó un amplio dispositivo de búsqueda en el entorno del Hospital Universitario de Navarra y en distintos puntos de Pamplona. Patrullas de la Policía Nacional recorrieron la zona y se pusieron en marcha protocolos de coordinación con otros cuerpos policiales.

Un agente de la Policía Nacional (Policía Nacional)

Las patrullas rastrearon los alrededores del centro hospitalario y vías de salida de la capital navarra, mientras se recababa información para tratar de localizar al fugado en el menor tiempo posible. La alerta se extendió a municipios cercanos, ante la posibilidad de que el hombre intentara refugiarse en domicilios conocidos.

Finalmente, alrededor de dos horas después de su huida, el recluso fue localizado en Zizur Mayor, a escasos kilómetros de Pamplona. Allí, en la vivienda de sus padres, los agentes procedieron a su detención.

Otro intento frustrado en León

La fuga de Pamplona no es un hecho aislado. Casos recientes en otras provincias muestran que las hospitalizaciones de internos constituyen uno de los momentos de mayor vulnerabilidad en el ámbito penitenciario. Un ejemplo destacado se vivió en León el pasado mes de junio, cuando la Guardia Civil frustró un intento de evasión durante una visita médica al Hospital Universitario de la capital leonesa.

En aquella ocasión, el protagonista fue un recluso de 34 años, natural de Requena (Valencia) y condenado por un delito de narcotráfico. El interno había sido trasladado desde la prisión de Mansilla de las Mulas para recibir atención sanitaria, bajo la custodia de varios agentes. Todo transcurría con normalidad hasta que, en un momento dado, tres cómplices irrumpieron en el hospital para tratar de liberarlo.

Los asaltantes emplearon un spray de gas pimienta contra los guardias civiles que acompañaban al preso, con la intención de reducirlos y permitir la fuga. La acción estaba planificada y coordinada, aprovechando que los traslados a hospitales suelen contar con medidas de seguridad menos estrictas que los desplazamientos a dependencias judiciales.

La rápida reacción de los agentes permitió controlar la situación y neutralizar el ataque. El recluso fue reducido de inmediato y los tres cómplices detenidos. Ninguno de los guardias civiles sufrió lesiones de gravedad, aunque varios necesitaron asistencia médica por irritaciones causadas por el gas.

Tras el intento, el preso fue devuelto al centro penitenciario leonés, mientras que los tres colaboradores quedaron a disposición judicial. A todos ellos se les imputan delitos de tentativa de evasión y atentado contra la autoridad.

*Con información de EFE

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