Un primer paso de US$4000 millones para cortar la dependencia con Wall Street

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En el Gobierno comenzaron a marcar un rumbo inédito para la Argentina: eliminar la dependencia financiera de Wall Street. La definición tiene condimentos, por lo menos, llamativos. En principio, se origina en los planes de un hombre –el ministro de Economía, Luis Caputo- formado profesionalmente en la tierra de los llamados Golden Boys. Pero además, la misión buscará recrear un parque de grandes inversores institucionales, como lo fueron las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) en los 90 –y cuya nacionalización terminó teniendo un alto costo reputacional para el país-, que sirvan para alimentar a un nuevo mercado de capitales.

En ese primer paso aparece un sorpresivo número en concreto y dos normas que se entrelazan para impulsar la idea oficial. La reforma laboral crea un Fondo de Asistencia Laboral (FAL) que, afirmó Caputo, puede inyectar a ese mercado de capitales hasta US$4000 millones anuales. Por otra parte, otra inyección llegaría –estiman en Economía- al despejar los temores de usar los miles de millones que tienen los argentinos “en el colchón”, o sea, a través del proyecto de ley de Inocencia Fiscal, que logró ya media sanción. En el tercer trimestre de este año, según el Indec, había allí US$276.175 millones.

A esos marcos legales –que la Comisión Nacional de Valores (CNV) acompañó con un desmalezamiento normativo en los últimos dos años- en el equipo económico suman las condiciones necesarias para construir un mercado de capitales con profundidad: orden macro y confianza. “Vamos a hacer varias cosas más”, prometieron en el Palacio de Hacienda sin detalles cuando se consultó sobre más normativas que promuevan el desarrollo de grandes inversores institucionales.

Justamente, un trader le preguntó hoy en X a Caputo si habría en enero una emisión de bonos en el mercado. Es que el mes que viene la Argentina tiene que pagar US$4200 millones en capital e intereses. “Trataremos que no la haya. El objetivo es ir eliminando la dependencia que el país tiene con Wall Street. ¿Lo vamos a poder lograr? Nosotros creemos que sí. Abrazo y feliz Navidad”, respondió el ministro.

LA NACION se metió en la conversación pública y repreguntó: “¿Por qué hay que ir eliminando la dependencia de Wall Street?”. El ministro precisó: “Porque es muy difícil que un país pueda crecer sostenidamente en el tiempo sin un mercado de capitales interno más desarrollado”. El titular del Palacio de Hacienda agregó luego: “Este es un punto central de mediano y largo plazo. Y este Gobierno, más allá de tener que lidiar con la coyuntura de corto plazo, está tratando de sentar las bases para que es este período de crecimiento sea de largo plazo”.

No es la primera vez que Caputo habla de este tema en público. En un streaming conducido por la periodista Elenora Cole, el funcionario había precisado que el país tiene hoy 25 puntos de deuda sobre el PBI. Unos 13 puntos son en pesos, mientras que otros 12 puntos son en dólares. “Hay que ir eliminando la dependencia argentina con Wall Street, ir pagándole cada vez más”, aclaró entonces el ministro, que dijo que los puntos de deuda con esa plaza financiera llegaban hoy a entre 4 o 5 puntos del producto. “Ningún país depende tanto de Wall Street”, dijo y recordó que “cuando se abre una ventanita” todas las empresas y las provincias se abalanzan para conseguir algunos dólares neoryorquinos.

“No hay un mercado de capitales (…); 70 años combatiendo el capital y fustigando el crédito; si combatís el capital, se va a otro lado, porque el capital no lo combaten allí, lo seducen; si demonizás el crédito, tampoco tenés crédito; si te llevás las AFJP, no hay mercado de capitales. Nosotros buscamos recomponer el mercado de capitales. Como parte de la reforma laboral, con el FAL, se va a alimentar un nuevo mercado de capitales; son US$4000 millones por año que va a alimentar el mercado de capitales”, dijo Caputo entonces y sumó a ese combo necesario al proyecto de ley de presunción de inocencia fiscal para que “los argentinos tengan crédito de los argentinos”.

Roberto Silva, Presidente de la CNV

En la reforma laboral, los FAL se crearán para favorecer el cumplimiento de las indemnizaciones por parte de las empresas. La firma aportará un 3% de las remuneraciones que se toman como base de cálculo para las contribuciones patronales que van al SIPA. Y el Estado se lo descontará de las propias contribuciones que hace la firma a la Anses. El costo del FAL es cero para las empresas. Ese 3% será manejado por fondos privados, que estarán registrados en la CNV y que podrán invertir en el mercado de capitales ese dinero para mantener su valor.

“Una parte se construye con trayectoria; otra con marco legal”, contaron en el equipo económico cuando LA NACION consultó sobre qué hace falta para desarrollar un mercado de capitales con profundidad. El crédito al sector privado en la Argentina es el 11% del PBI, según el director ejecutivo de la UIA, Diego Coatz. En Chile, llega al 103% del PBI; en Brasil, al 76% del producto. La trayectoria, explicaron, se genera con orden macro y confianza. “Falta todavía”, reconocieron. “Cuando busquemos salir del pozo, pagaremos el verdadero costo de la nacionalización de las AFJP”, agregaron sobre la decisión tomada en 2008 por el kirchnerismo. La proliferación de inversores institucionales como fondos de retiro, fondos de pensión, seguros de vida, indicaron, depende de algún marco legal que directamente los fomente.

“En todos los frentes de reformas, el equipo económico siempre va a tener el sesgo para intentar fomentar instituciones que aporten al desarrollo de mercado de capitales en el mediano y largo plazo. Los fondos de cese fueron un ejemplo el año pasado; en su reglamentación se pasó de algo que era solo cuentas bancarias -fondos de la Uocra- para incluir FCI [Fondos Comunes de Inversión Abiertos] y pólizas de seguro”, detalló un importante funcionario oficialista a este medio. La reglamentación la hizo la CNV a través de la resolución general N° 1071 y también incluyeron Fideicomisos Financieros. Sin embargo, ese fondo de cese ideado por Federico Sturzenegger, no fue utilizado.

La CNV que dirige Roberto Silva superó el 30 de octubre pasado la publicación de más de 100 normas para simplificar, desregular e impulsar el mercado de capitales. Entre ellas se destaca, por caso, el marco para facilitar el Régimen de Oferta Pública para las Emisoras.

Cuestionamientos

“Por supuesto que es bueno bajar la dependencia de Wall Street. Dependencia que justamente generó el endeudamiento brutal gestionado por el propio Caputo como ministro de Macri (2016-2018)”, cuestionó el exministro de Economía, Martín Guzmán, que se metió de lleno al debate en las redes sociales. “¿Por qué? La deuda con Wall Street deja al país rehén de las expectativas de financistas internacionales que tienen poco que ver con la economía real del país. Los cambios en esas expectativas siempre nos llevan a crisis muy costosas en términos de empleo y/o precios. Como pasó en 2018”, agregó el economista y completó su visión: “Además, la evidencia empírica muestra que los flujos de capital son pro-cíclicos para países no avanzados como la Argentina, o sea, llegan cuando el mundo está en la buena y se van de regreso a los países avanzados cuando llega la mala, aumentando la inestabilidad de nuestra economía que ya de por sí es muy dependiente de los precios de unos pocos productos”.

Martín Guzmán

“Endeudarnos con Wall Street nos debilita. De acuerdo con que el horizonte debe ser el de desarrollar el mercado de financiamiento local, clave para lograr que el capital de los argentinos se invierta en la Argentina en lugar de que se vaya del país. Sin contaminar a ese mercado con fondos especulativos extranjeros, como también se propició en la época de Macri-Caputo, lo que va en contra de la estabilidad financiera local”, dijo Guzmán y cerró con otra crítica: “Y que el financiamiento del Estado sea en nuestra propia moneda. La Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la deuda pública, sancionada en 2021 y que el actual Gobierno quiso ya voltear dos veces, apunta justamente a protegernos de endeudamientos externos profundamente dañinos. De hecho, el Gobierno buscó en todo momento poder financiarse en Wall Street. La razón por la que ahora cambia el discurso es probablemente porque Wall Street no le quiere prestar”.

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