El examen de conducir es un trámite que trae de cabeza a mucha gente: además de lo complicado que resulta para algunas personas aprender a manejar un coche con fluidez y sin nervios, se suma el hecho de que las clases prácticas, la matrícula y otros gastos son excesivamente caros en España. Por ello, el aprobado se impone como una necesidad también a nivel económico: suspender implica gastarse aún más dinero.
Sin embargo, esto no es así en todos los lugares. Al igual que en cada una de las localidades españoles sacarse el carnet de conducir tiene una dificultad distinta, también difiere esta en cada paí. Las normas de tráfico, las pruebas y la exigencia no es la misma, por lo que muchas personas que han aprobado el examen de conducir fuera de nuestras fronteras destacan que las diferencias son muchas.
Mariona Falomi, una joven española que reside en Estados Unidos, ha explicado en uno de sus últimos vídeos publicados en su cuenta de TikTok (@marionsfalomi) cómo fue su experiencia consiguiendo el carnet de conducir en Georgia, cuánto le costó y qué diferencias encuentra con España en este sentido.
“Facilísimo”
Aunque en cada estado es distinto, Mariona destaca que su examen de conducir le pareció “ridículo”, tanto por el precio como por la facilidad: “Pagué 20 dólares por el práctico y por el teórico. De hecho, el teórico no lo pagué porque llevé el permiso internacional y me dijeron que salía totalmente gratis”.
Esta primera prueba consta de dos partes en formato test: la primera de ellas son 20 preguntas sobre reglas de conducción y la segunda, también de 20 preguntas, sobre las señales. “Saqué el libro de internet, lo traduje al español y me lo estudié así. Facilísimo, lo aprobé a la primera con cero fallos y me dijeron que si quería tomar el práctico ese mismo día”. La española explica que no había podido practicar los aparcamientos, por lo que decidió esperar un par de días antes de hacer el otro examen.
Tras dos días, volvió para realizarlo y, tal y como explica la creadora de contenido, se dio cuenta de que este examen difiere en gran medida del que se realiza en su país de origen: “Tienes que tener al lado a alguien que tenga el carnet, que no tiene que ser nada tuyo. Además, vas con tu propio coche, que en mi caso es automático. Eso les da igual”. Para evaluar correctamente, “ponen una cámara en el cristal que enfoca dentro y fuera del coche”. Su examen práctico duró escasos minutos: “Di una vuelta alrededor de un parking y me dijeron ‘ya está’”.
La joven destaca que la diferencia ya no es solamente monetaria (que también, puesto que supone un gran esfuerzo para muchas familias afrontar un gasto tan grande), sino a nivel de dificultad. Mientras que en España “parece que te estás sacando un máster en vez del carnet de conducir”, en Georgia, donde ella lo ha conseguido, la exigencia es mínima. Esto también puede suponer un problema para la seguridad vial, tal y como señalan algunos usuarios en los comentarios, pues no se controla con una prueba realmente fiable los conocimientos y la técnica del nuevo conductor.