Los casos de violencia escolar que salieron a la luz en las últimas semanas en distintos puntos del país son un llamado a la reflexión. Para aportar su cuota de análisis, la máster en Educación por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Guillermina Tiramonti, visitó los estudios de LN+, donde señaló que “entre los jóvenes hay mucha ira dispersa: mucha bronca”.
“Todos hablamos de un mundo que cambia, pero resulta que cuando vemos los efectos de lo que cambia, en general nos asustamos”, aseveró Tiramonti.
El rol de la virtualidad
En el piso de LN+, la especialista puso el foco sobre, a su entender, la principal falencia de las instituciones educativas al momento de afrontar los casos de violencia escolar: la cultura de la virtualidad.
“En los chicos hay una subjetividad donde la virtualidad juega un papel importante: los ayuda a manijear esa ira“, explicó Tiramonti.
”Y la expresión de esa cultura, que potencia esa bronca, ni siquiera está contemplada en la escuela. Es más: está prohibida y negada, si a todos los alumnos les dicen que no pueden llevar el celular a las aulas», enfatizó la experta.

En palabras de Tiramonti, “son muchos los alumnos cuya convivencia está mediada por el chat. Las generaciones actuales tienen grandes dificultades para adaptarse al mundo en el que viven, porque las reglas cambiaron totalmente».
Instituciones oxidadas
Además del avance tecnológico, para Tiramonti otro de los elementos que permiten esta realidad es el desprestigio de las instituciones que antaño funcionaron como brújulas de la sociedad.
“En la Argentina esa bronca dispersa suele darse contra las instituciones que marcaron el orden social. A su vez, esas instituciones no están respondiendo y tienen una cultura que no tiene nada que ver con los más chicos“, manifestó la especialista.
Consultada sobre esa pérdida de diálogo entre escuela y alumnos, Tiramonti recayó sobre “la cultura ultra pedagógica que no dialoga con los jóvenes y que está siempre a la defensiva”.
“La escuela perdió toda capacidad de regular la vida de los chicos: no hizo nada más que flexibilizar, sin establecer normas de convivencia modernas”, finalizó Tiramonti.
