Es muy probable que si entramos a la cocina de cualquier casa en Argentina veamos la misma escena: papas y cebollas compartiendo el mismo cajón de la despensa o de la heladera. Se trata de algo normal pero, aunque sea una práctica muy extendida, lo cierto es que no se debe almacenarlas juntas, según una experta en seguridad alimentaria.
La costumbre probablemente se deba a que ambos ingredientes son esenciales en la cocina y suelen utilizarse en conjunto en muchas recetas. Las papas son el acompañamiento predilecto de cualquier carne o pollo, mientras que las cebollas están presentes en todos los salteados que se hacen día a día. Por eso, es habitual tener estas verduras siempre a mano, en el mismo lugar y en grandes cantidades.

Cebollas y papas funcionan a la perfección en platos como la tortilla o las patatas fritas, pero cuando se trata de conservarlas, lo ideal es mantenerlas separadas. Según explicó a través de un video en redes sociales Cristina Lora, tecnóloga alimentaria y experta en seguridad alimentaria y nutrición, hay un motivo científico y es que al juntarse liberan un gas conocido como etileno (C₂H₄).
“Tienes que entender que las patatas son climatéricas, lo que significa que una vez recolectadas van a seguir produciendo un gas etileno que hace que lo que tenga al lado, incluso ella misma, siga madurando superrápido. Entonces, si tiene al lado la cebolla, va a hacer que esta brote y se estropee mucho antes”, aclaró la especialista.
Lora explicó que este gas es producido por los alimentos climatéricos —como también lo son las manzanas o las bananas—, lo que significa que continúan madurando después de ser recolectados. El etileno actúa como una hormona vegetal que regula la maduración y el envejecimiento de frutas y hortalizas. Por eso, los productos que se almacenan junto a las papas o las cebollas se deterioran más rápido. El resultado es una pérdida de frescura y sabor antes de tiempo, por lo que no se recomienda esta práctica tan instalada en los hogares.

Hay una manera de conservarlas correctamente para no perder la calidad del producto. Para evitar que ese proceso químico ocurra, lo mejor es que papas y cebollas no compartan espacio ni recipiente. Diversos estudios destacaron la importancia de controlar los niveles de etileno en la conservación de frutas y verduras, especialmente en aquellas más sensibles a este gas.
El video de Lora ya se volvió viral, con más de 4.600 reproducciones y decenas de comentarios de usuarios sorprendidos. “Toda la vida haciendo las cosas mal”, se lamentó un usuario. “Yo las guardo juntas. A partir de ahora, las separo”, aseguró otro internauta.
La especialista también advirtió que no solo debe evitarse esta combinación, sino otras similares, como la de manzanas y bananas, que reaccionan de la misma forma. En cambio, sí es posible conservar juntas hortalizas de características parecidas, como las espinacas con la lechuga o los tomates con los pimientos.
La recomendación final es simple: comprar en pequeñas cantidades y solo lo que se vaya a consumir en pocos días. Así se evita el desperdicio y se garantiza que los alimentos estén siempre frescos.
