El cometa 3I/ATLAS, descubierto en julio por astrónomos de la NASA, volvió a ocupar el centro de atención internacional tras la publicación de una imagen reciente que muestra un cambio abrupto y completamente inesperado en su estructura. Catalogado como el tercer objeto interestelar en ingresar a nuestro sistema solar, luego de ‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019), ATLAS continúa sorprendiendo a los científicos por su comportamiento atípico.
Aunque los especialistas insisten en que no existe riesgo de impacto con la Tierra, ya que en su punto más cercano pasará a unos 270 millones de kilómetros, la serie de anomalías detectadas despertó una oleada de estudios y debates en la comunidad astronómica.

La primera alarma: una “anti-cola” apuntando al Sol
Este fue el fenómeno que primero llamó la atención y se registró poco después de su detección. A diferencia de los cometas tradicionales, que muestran colas orientadas en dirección opuesta al Sol debido al viento solar, 3I/ATLAS exhibió una anti-cola, un chorro de material dirigido hacia la estrella.
Según explicó la agencia DW, esta estructura estaba compuesta por una mezcla inusual de dióxido de carbono, agua, trazas de cianuro y una aleación de níquel nunca vista en procesos naturales, similar a las producidas por actividad industrial humana. Astrónomos que observaron el objeto desde el Telescopio Óptico Nórdico en las Islas Canarias describieron el comportamiento como “extraño” y “difícil de explicar con los modelos actuales”.

La segunda alarma: la extraña desaparición de su cola
La anomalía alcanzó un nuevo nivel el 5 de noviembre de 2025, cuando la NASA publicó imágenes que revelaron que la anti-cola había desaparecido y en su lugar surgía una cola convencional, extensa y luminosa. Las estimaciones indican que hoy esa cola supera los 56.000 kilómetros, impulsada por una pérdida de masa cercana al 13% tras el perihelio y una aceleración anómala que no se corresponde con la desgasificación común en cometas.
Los telescopios espaciales Hubble y James Webb (JWST) detectaron otros fenómenos que aumentaron las dudas:
- Un cambio marcado en el color del cometa, que pasó a tonos azules, que se cree que están vinculados a monóxido de carbono ionizado.
- Un nivel extremo de polarización en la luz reflejada, un comportamiento sin precedentes en cometas estudiados hasta ahora.
- Variaciones bruscas en la actividad de su núcleo, incompatibles con los modelos de sublimación que explican el comportamiento de otros cuerpos helados.
Estos patrones llevaron a varios equipos científicos a replantear hipótesis sobre la composición, el origen y la dinámica de este tipo de visitantes interestelares.
¿Este cometa puede generar algún peligro para la Tierra?
Según remarcó la NASA, el cometa no representa ningún peligro para el planeta Tierra. “El paso de 3I/ATLAS se dará a cientos de millones de kilómetros y no representa amenaza alguna para la vida humana ni para la infraestructura terrestre», puntualizaron. Sin embargo, los expertos coinciden en que se trata de una oportunidad científica excepcional para seguir estudiando los cuerpos celestes que existen en este y otros Sistemas Solares.

Por último, lo que es asombroso es que cualquier persona desde cualquier punto de la Tierra puede observarlo si cuenta con un telescopio. Es por eso que gran cantidad de aficionados comenzaron a compartir en redes sociales las imágenes de sus avistamientos.
