Una lotera revela lo que gana por cada décimo de la Lotería de Navidad que vende: “Y el resto para el Estado, no es buen negocio”

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Una lotera revela lo que gana por cada décimo de la Lotería de Navidad que vende. (Montaje Infobae España con imágenes de YouTube y Canva)

En España, tenemos la idea de que las administraciones de lotería se mantienen vivas y son rentables: locales siempre llenos, colas interminables cuando se acercan fechas señaladas (incluso meses antes), y una apariencia de ingresos seguros y elevados. Sin embargo, el panorama real de este sector dista mucho de esa percepción popular. Tras la ventanilla, los empresarios de la suerte tienen que enfrentarse a unas comisiones mínimas, pero unos gastos que no paran de subir y una gran dependencia de las decisiones estatales.

El creador de contenido, Enric Ponce, ha recorrido varias administraciones en distintas ciudades, y ha entrevistado a quienes regentan estos negocios. Y hay una conclusión, recogida por Noticias Trabajo, que recorre todas esas conversaciones: la rentabilidad es mucho menor de lo que la mayoría piensa. “De cada décimo de 20 euros, el lotero apenas se queda con un euro. El resto, 19 euros, va directamente a las arcas del Estado”, resume uno de los testimonios.

Comisiones mínimas y dependencia casi total del sorteo de Navidad

La campaña de Navidad, siendo el sorteo más popular y esperado del año, suele concentrar la mayor parte de las ventas y la atención pública. Este pico anual es, paradójicamente, también la salvación para muchas de las administraciones, que dependen de ese momento para sostener todo el ejercicio. Según lo relatan los loteros, de cada décimo vendido para el sorteo navideño, cuyo precio es de 20 euros, solo obtienen una comisión bruta del 5%. Tras descontar impuestos, nóminas, alquileres y otros gastos, el margen real por décimo es mínimo.

“El sorteo de Navidad es el que marca la diferencia. Si haces una buena campaña puedes cubrir el resto del año, pero si te va mal, entras en pérdidas y tienes que endeudarte”, advierte la propietaria de una administración en Rubí, quien llegó a repartir un premio de 34 millones de euros sin obtener ningún beneficio adicional por ello.

Administración de Loterías y Apuestas del Estado.

Pese a los grandes premios que hacen soñar a millones de españoles, la normativa ha reducido los pagos máximos en ventanilla, lo que limita aún más los posibles ingresos. “Antiguamente, se podía pagar muchísimo más en ventanilla, ahora nos han limitado a 2.000 euros”, explican los responsables de estas administraciones. Todo lo que supera esa cifra debe cobrarse en una entidad bancaria, sin posibilidad de comisión extra para el vendedor, algo que antes sí existía para premios superiores.

Riesgos que implica la gestión de una administración de lotería

Más allá del bajo margen, la gestión de una administración de lotería implica riesgos considerables. Los loteros operan bajo responsabilidad propia y deben ingresar a Loterías del Estado el importe de lo vendido cada semana. Si surge cualquier problema, como pérdida, robo o retraso en la devolución de décimos no vendidos, el coste recae sobre el titular del establecimiento. “Si pierdes un décimo o no lo devuelves a tiempo, lo pagas de tu bolsillo. Aquí no hay perdón”, describe uno de los entrevistados.

A esto se añade el estancamiento en las comisiones, que llevan dos décadas sin actualización alguna. “Hace 20 años que no nos suben un céntimo. En la práctica, cada año perdemos poder adquisitivo. Es un negocio esclavo y poco rentable”, denuncia otro propietario. Durante ese tiempo, la inflación y el coste de vida han seguido subiendo, pero los ingresos de las administraciones permanecen congelados.

El avance de la venta online y las aplicaciones móviles también ha impactado en la clientela tradicional de las administraciones físicas. Aunque algunos han incorporado la venta digital a su modelo de negocio, muchos reconocen que pierden consumidores jóvenes que prefieren los canales digitales, lo que dificulta aún más la viabilidad del negocio tradicional.

“Nos dicen que somos empresarios, pero en realidad trabajamos para el Estado”

Los loteros consultados coinciden en que el modelo actual los coloca en una posición de vulnerabilidad y dependencia. “Nos dicen que somos empresarios, pero en realidad trabajamos para el Estado. Ellos se quedan con todo y nosotros asumimos los riesgos. No hay apoyo, ni siquiera cuando hay catástrofes como la DANA o la pandemia. Entonces nos endeudamos con préstamos ICO para poder pagar sueldos y alquileres”, recuerdan.

A la hora de evaluar la rentabilidad, la conclusión es clara para quienes están al frente de estas pequeñas empresas. Mantener una administración permite sobrevivir, pero las expectativas de enriquecimiento quedan muy lejos de la realidad. Los entrevistados lo resumen así: “Una administración te da para vivir, pero no para hacerte rico. Si mañana abres pensando en comprarte un Ferrari o un piso en Ibiza, te equivocas. Con suerte, cubrirás gastos y podrás tener un sueldo digno”.

En un sector que arrastra décadas sin mejoras y vive bajo una estricta regulación estatal, los puntos de venta mixtos, como bares, estancos o papelerías, representan una vía alternativa de supervivencia. Estos negocios diversifican sus ingresos y compensan la escasa rentabilidad de la venta de lotería con otras actividades.

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