PARIS – Es la primera feria internacional dedicada a la fotografía y la imagen desde hace más de un cuarto de siglo. En 2025, ParisPhoto celebra su 28ª edición hasta este domingo en el Grand Palais con 245 expositores de más de 30 países, 179 galerías y representantes de 200 instituciones y museos internacionales. Su objetivo: seguir fomentando el diálogo entre las obras históricas y las prácticas contemporáneas.
Y este año, ParisPhoto contó con la sólida presencia de varias galerías argentinas.
Rolf Art con una muestra inédita que reunió por primera vez a esas dos grandes figuras de la fotografía argentina que fueron Sara Facio y Alicia D’Amico. Galería Vasari con una excelente muestra fotográfica de Julio Le Parc, de la cual LA NACION habló recientemente. Ungallery, cuya presencia estuvo marcada por tres series fotográficas del correntino Jorge Miño y Tomas Redrado Art, con un solo show de Julieta Tarraubella.
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Cerca de 80.000 visitantes, 1.700 artistas, 400 firmas de libros, 7.000 coleccionistas y VIP… A pesar de su éxito, la edición 2025 registró la presencia de 179 galerías, 20 menos que el año pasado.
“Evidentemente, el año no ha sido sencillo, particularmente para las galerías de arte contemporáneo. Pero ParisPhoto se beneficia de su posición de líder”, afirma la directora del evento, Florence Bourgeois. Por eso, como en años precedentes, cerca de 200 conservadores de museos de todo el mundo hicieron especialmente el viaje a París: “Somos un punto de atención mayor para el ecosistema”, agrega.
Se notó, sin embargo, la ausencia de algunos profesionales que juegan un papel clave en el mercado del arte internacional, como la galería multinacional Gagosian o el franco-alemán Karsten Greve. Ahora, la fotografía, sea cual sea la categoría en la que se clasifique (vintage, de moda, documental, plástica, etc.), figura como un nicho en términos de colección en el gran mundo del arte.
Un año que, en verdad, no fue fácil para nadie. Por eso la presencia argentina es aun más meritoria, si se tiene en cuenta que venir a ParísPhoto significa para cada una de esas galerías un gasto de ronda los 50.000 dólares.
“Pero no hay posibilidad de hacer otra cosa. El mercado de la fotografía es minúsculo en la Argentina. Las galerías que estamos consagradas únicamente a esto estamos obligadas a buscar clientes en el exterior. Y las ferias como ParisPhoto son una ocasión fabulosa”, confiesa Florencia Giordana Braun, directora de Rolf Art, presente en la feria desde 2013 y miembro del comité de selección de ParisPhoto desde hace tres años.
Apuesta ganada para Rolf Art, que puso este año toda su energía en exponer, juntas, y por primera vez, a esos dos monumentos de la fotografía argentina que son Sara Facio (1932-2024) y Alicia D’Amico (1933-2001), revisitando tres de sus históricos ensayos fotográficos producidos conjuntamente: Humanario (1977), Retratos y Autorretratos (1974), y Buenos Aires. Buenos Aires (1968), en colaboración con Julio Cortázar.
Aunque nada era menos plausible. Porque, de seguir con vida, es probable que ninguna de ellas hubiese aceptado. Ya que, a pesar del inmenso valor artístico de tantos años de colaboración casi fusional —al punto de que muchas series no están ni siquiera firmadas por una u otra—, la historia terminaría no solo separándolas, sino también enfrentándolas.
Sólida pareja en la vida y en el trabajo, Sara Facio y Alicia D’Amico se conocieron en 1947 en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1955 viajaron juntas a París becadas por el gobierno francés, donde el humanismo fotográfico y el clima cultural de la posguerra marcaron su formación. En 1960 abrieron su estudio fotográfico, conformaron la sociedad Alicia D’Amico Sara Facio Fotografías –que mantuvieron hasta 1985– y firmaron sus obras con la sigla DAFA, en paralelo a trabajos individuales que reflejaron sus intereses personales. Pioneras en el uso del 35 mm en blanco y negro, desarrollaron una mirada innovadora sobre el retrato, reflejada en su libro “Cómo tomar fotografías” (1976). En 1973 fundaron en Buenos Aires, junto a Cristina Orive, La Azotea, primera editorial fotográfica de América Latina, desde la cual publicaron obras fundamentales como Buenos Aires, Buenos Aires (1968), Retratos y autorretratos (1974) y Humanario (1976). En 1979 crearon el Consejo Argentino de Fotografía, reafirmando su compromiso con una práctica crítica y socialmente comprometida.
La relación sentimental terminó cuando Sara Facio encontró a quien sería el gran amor de su vida, María Elena Walsh.
“La compositora de Manuelita y la fotógrafa que eternizó a Cortázar con un cigarrillo en la boca, look bogartiano, vivieron juntas durante 30 años, encarnando una de las parejas más creativas y singulares de la historia de la cultura argentina moderna”, escribió Nicolás Pichersky.
Aquella separación marcaría el inicio de un violento y doloroso conflicto que parece haber perdurado más allá de la muerte de ambas protagonistas. En el mundo del arte argentino suele decirse a media voz que Alicia D’Amico, tímida y dócil, fue víctima del carácter explosivo y autoritario de Sara Facio quien, aun después de la ruptura, habría hecho lo posible para neutralizar el talento de su expareja. Y, por esa razón, para rescatar su inmenso valor artístico, hubo quienes intentaron “despegar” su producción fotográfica de la sombra omnipresente de Sara Facio, confiriéndole singularidad. Ese habría sido —según algunos especialistas— el parti pris de la galería Vasari, que representó hasta ahora al state (sucesión) de Alicia D’Amico.
Rolf Art decidió hacer lo contrario. Y, con enorme esfuerzo, terminó convenciendo a los herederos de ambas de aceptar la idea.
“La propuesta de exhibición se enfoca en la revisión y reunión de un legado concebidos por ambas artistas. Dos archivos que solo en conjunto permiten cristalizar la producción de una época. Su mirada compartida hizo posible la concepción de tres cuerpos de obra emblemáticos, que dieron origen a los primeros fotolibros argentinos”, dijo Florencia Giordana Braun a LA NACION en París.
El resultado expuesto esta semana en ParisPhoto puede llenar a los responsables de Rolf Art de satisfacción. El excelente accrochage permite al público comparar el trabajo de ambas fotógrafas y, sobre todo, póstumo homenaje, deja al descubierto la inmensa sensibilidad social de Alicia D’Amico, cuyos clichés de la serie Humanario dejan sin aliento.
En todo caso, a pesar de las dificultades que marcaron el año en el mundo del arte, la versión 2025 de ParisPhoto parece haber sido pródiga para las galerías argentinas.
Cincuenta por ciento fotografía desde hace 20 años y el resto dedicada a grandes maestros y vanguardias clásicas, Vasari presentó este año fotos de Julio Le Parc, valor seguro en el mercado del arte europeo e internacional.
“Vendimos mucho antes de viajar a París a clientes de Estados Unidos y de Brasil. Pero en estos días nos compró un museo fotográfico de Kansas. Estuvo la gente del Met de Nueva York, sin contar con todas las instituciones y grandes museos vienen todos los años”, afirmó Marina Pellegrini, directora de Vasari a LA NACION.
Era su primera participación en ParisPhoto y Paola Iorio, directora de Ungallery, se felicitó de la gran exposición internacional que recibió tanto la galería como la obra de Jorge Miño.
“Estamos muy contentos de la recepción que ha tenido la obra entre los coleccionistas especializados, así como del público en general. Además es un privilegio exponer en el fantástico marco del Grand Palais”, reconoció.
Tomás Redrado, director de la galería que lleva su nombre, mostró el mismo entusiasmo por “la primera vez en Europa” en la sección digital de ParisPhoto y en colaboración con Rolf Art.
“Es fantástica la exposición internacional e institucional de esta feria, que debería permitirnos lograr los objetivos que nos fijamos”, aseguró.
