Una obra de Gustav Klimt, la segunda más cara de la historia: se vendió por US$236,3 millones

admin

Lo llamaba “tío” y, en los papeles, Gustav Klimt llegó a ser su padre. Fue una estrategia aprobada por su madre para escapar del nazismo. Elisabeth Lederer era la hija de Serena y August, los principales mecenas del artista austríaco. El retrato que él le hizo a la joven veinteañera entre 1914 y 1916 no sólo lograría escapar también del régimen de Adolf Hitler: este martes ingresó en el segundo puesto del top ten de las obras más caras vendidas en subastas, al alcanzar en Sotheby’s US$236.360 dólares, una cifra récord para el arte moderno.

Retrato de Elisabeth Lederer

Gracias a esa oferta que llegó por teléfono quedó detrás de Salvator Mundi (circa 1500), atribuida a Leonardo da Vinci y vendida en Christie’s en 2017 por 450.323.500 dólares, y desplazó a Shot Sage Blue Marilyn (1964), de Andy Warhol, por la cual se habían pagado US$195.040.000 en 2022.

Esta incursión en el podio global llega dos años después de que otra obra de Klimt se convirtiera en la más cara subastada en Europa: Dama con abanico se vendió en 2023 en Sotheby’s de Londres por el equivalente en libras a 108,4 millones de dólares, un valor mucho más alto que los 80 de su estimado inicial. Iniciada en 1917, la pintura que muestra a una mujer no identificada con un fondo de dragones y flores de loto todavía se encontraba sobre un caballete en el estudio del artista cuando murió de forma inesperada en 1918, a los 55 años. Desde 2022 tiene su propio sitio en la plataforma Google Arts & Culture.

El retrato de Elisabeth, según los expertos de Sotheby’s, también “celebra vívidamente la fascinación del artista por el arte chino”. En su odisea con final feliz jugó un rol clave Leonard Alan Lauder: coleccionista, filántropo y expresidente de la compañía de cosméticos Estée Lauder, quien compró esta obra en una galería neoyorquina hace cuarenta años. Fallecido en junio último, legó un acervo que marcó un hito en un remate, con una recaudación total de cientos de millones de dólares. Su hermano, Ronald, hizo su parte al sentar las bases para la cotización de Klimt en el mercado: en 2006 adquirió otro retrato de Klimt en forma privada en Christie’s, Adele Bloch-Bauer I (1907) por 135 millones de dólares, la cifra más alta pagada hasta entonces por una pintura. Que se volvería, además, protagonista del film La dama de oro (2015).

Esa obra que se exhibe en la Neue Galerie -institución cofundada y presidida por Ronald Lauder- pertenece al reconocible “período dorado” de Klimt. Igual que su pintura más famosa, El beso (1907/8), alojada en la Galería Belvedere de Viena. Permaneció durante cuatro décadas a menos de un kilómetro y medio de otro que se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York: el que Klimt hizo en 1899 de su madre, Serena Pulitzer Lederer, quien solía invitarlo a almorzar en la casa familiar. El artista fue, además, profesor de dibujo de ambas.

El retrato de Elisabeth Lederer siempre había estado colgado en la casa vienesa de August y Serena Lederer –señala la casa de subastas-. Su colección de arte era una de las más prestigiosas de Viena, e incluía valiosas pinturas renacentistas y bronces de Simone Martini, Lucas Cranach y Benvenuto Cellini, además de más de once pinturas de Klimt y cientos de sus dibujos. En 1938, el gobierno nazi confiscó el retrato de Elisabeth Lederer y, en 1939, lo trasladó a un depósito, donde permaneció durante toda la guerra junto con el retrato de Serena Lederer de Klimt y el de Erich Lederer [su hijo mayor] por Egon Schiele, así como muebles y objetos decorativos que también habían sido saqueados”. En 1948, esos tres retratos familiares fueron devueltos a Erich, quien había huido a Suiza.

Su hermana, en tanto, se convirtió en baronesa al casarse con Wolfgang Bachofen von Echt, heredero de una dinastía cervecera, con quien tuvo un hijo. Al divorciarse, en 1938, su situación como mujer judía sin marido se tornó vulnerable. En 1939 escribió unas memorias sobre su juventud, en especial sobre su estrecha relación con Klimt. Presentó ese escrito como parte de una petición para que el artista, y no August Lederer, fuera reconocido como su padre biológico.

Serena Lederer con el retrato de su hija en su casa, en 1930

Una ficción que le salvó la vida y a la que su madre accedió –asegura Sotheby’s en su sitio web-. Serena, quien ese mismo año huiría a Budapest, firmó un documento reconociendo la paternidad de Klimt. Tras diversos exámenes, Elisabeth fue reconocida como la hija ilegítima del artista y, por lo tanto, como poseedora de sangre aria. Falleció en Viena en 1944 y fue enterrada junto a su hijo en el cementerio de Hietzing, donde también descansan los restos de Klimt”.

Oliver Barker en la subasta en Sotheby's

Facebook Comments Box

Deja un comentario

Next Post

Las claves de la dieta de Victoria Beckham y los secretos de sus hábitos saludables

La ex Spice Girls, actual diseñadora, esposa de David Beckham y madre de cuatro hijos ha compartido en diversas ocasiones detalles sobre sus hábitos alimenticios, revelando una rutina que sorprende tanto por su constancia como por sus elecciones saludables. Victoria Beckham, de 51 años, tiene preferencia por alimentos frescos y […]
Las claves de la dieta de Victoria Beckham y los secretos de sus hábitos saludables
error: Content is protected !!