Claudia Sacristán
Ciudad del Vaticano, 7 may (EFE).- Un cielo nublado, con algunos rayos de sol que logran filtrarse entre una capa blanca de nubes, cubre Roma en una mañana singular. Una fina llovizna intermitente acompaña la jornada, sin llegar a oscurecerla del todo, mientras el Vaticano se convierte, una vez más, en el epicentro del mundo con el inicio del cónclave que elegirá al próximo papa.
Miles de periodistas acreditados van y vienen por los alrededores de la plaza de San Pedro, hoy completamente cerrada al público bajo estrictas medidas de seguridad y un ambiente inusualmente silencioso y tranquilo.
En la cercana plaza Pío XII, las cámaras, micrófonos y focos han transformado el espacio en un auténtico plató al aire libre en el que la expectación es máxima y los medios de todo el mundo buscan hacerse un hueco para contar este momento histórico en directo.
Solo algunos turistas rezagados y grupos organizados con banderitas recorren desconcertados los alrededores, muchos sin saber muy bien qué está ocurriendo o si podrán acceder al interior de la basílica de San Pedro.
Algunos explican que su visita al Vaticano estaba fijada para este miércoles debido a la rigidez de sus itinerarios, antes de saber que el acceso iba a estar restringido, pues su viaje sigue en otras ciudades europeas en los próximos días.
Los guías tratan de orientarlos mientras cruzan la vía de la Conciliación, la larga avenida que llega a la plaza vaticana, entre controles y barreras.
También se ven grupos de peregrinos, muchos ataviados con pañoletas del Jubileo 2025 al cuello, que caminan alrededor de la columnata de la plaza sin poder entrar, ya que todos los accesos permanecen cerrados.
El Año Santo, la gran celebración católica que debía atraer a miles de personas a Roma, sigue en marcha pese al fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, y los fieles continúan llegando para obtener la indulgencia plenaria.
Entre ellos un grupo de unas 30 personas que vienen de Brasil y esquivan los controles de seguridad hasta llegar, por fin, a un punto en el que los guardias les dejen acceder al menos a la plaza Pio XII para poder contemplar la basílica desde el exterior.
La mañana de este miércoles el pasaje habilitado en la vía de la Conciliación para que los peregrinos puedan alcanzar y cruzar la Puerta Santa de la basílica de San Pedro se cerró con motivo de la celebración de la misa «Pro eligiendo pontífice», que da inicio al cónclave.
Hasta las 10.00 (08.00 GMT) los turistas y visitantes han podido acceder a la basílica vaticana para asistir a la ceremonia pero no hacerlo en peregrinación, pues dicho paseo permanecerá cerrado hasta las 13.30 (11.30 GMT)
Aunque a primera hora las medidas de seguridad aun perecían «leves», aunque más estrictas que un día común, las autoridades avanzaron que a medida que se vaya llenando la policía será más restrictiva con permitir líos flujos de personas.
El dispositivo actual toma como referencia el que se aplicó durante el funeral del papa Francisco el pasado 26 de abril, con el objetivo de asegurar concentraciones sin incidentes ante las esperadas fumatas y la inminente, aunque todavía indefinida, presentación del nuevo pontífice.
El Ayuntamiento de Roma anunció un plan de seguridad adaptable según los niveles de aglomeración y los momentos claves del proceso, que se ajustará según la evolución del cónclave.
En el despliegue participarán las fuerzas de seguridad del Vaticano y la Gendarmería vaticana, junto a la Policía local de Roma y otros cuerpos de seguridad italianos, así como los equipos de Protección Civil y de emergencia sanitaria. EFE
(foto) (vídeo)