
Eva soñaba con dejar atrás el frío y la oscuridad de su Suecia natal para comenzar una nueva etapa bajo el sol del sur de Europa. Primero pensó en trasladarse a Portugal, pero su dominio del español la llevó a considerar España como destino definitivo. En un primer momento se planteó mudarse al norte, atraída por las imágenes de San Sebastián, hasta que un amigo le advirtió que allí “llovía tanto como en Suecia”. Fue entonces cuando puso rumbo a Málaga, donde encontró el equilibrio entre clima, cultura y bienestar.
Sin embargo, lo que en un principio fue un sueño de vida se vio empañado por un fenómeno que afecta a muchos residentes: el crecimiento imparable del turismo. En declaraciones al programa La Linterna, de la Cadena COPE, Eva explicó que tras establecerse en la provincia malagueña decidió comprarse un apartamento en Mijas, junto a la playa, donde todavía reside. No obstante, reconoce que hubo un momento en el que se sintió tan agobiada por la situación que llegó a plantearse venderlo y regresar definitivamente a Suecia.
“Estuve pensando en vender mi apartamento hace un año, año y medio, porque estuve un poco frustrada por cómo está cambiando Málaga con el turismo, ya que hay mucha más gente ahora, muchos más turistas”, confesó. “Ahora hay demasiado turismo. Yo soy una turista también, pero sentí que ya no aguantaba”, añadió.
La pandemia del COVID-19 lo cambió todo

La sueca asegura que el problema se acentuó tras la pandemia, cuando observó que buena parte de las viviendas de la zona se transformaban en apartamentos turísticos y hoteles. “¿Qué pasa con la ciudad?”, se preguntó con preocupación al describir la transformación del entorno que un día eligió por su tranquilidad.
A pesar de todo, Eva reconoce que su vida en Málaga le ha aportado mucho más de lo que nunca imaginó. “Siento que no quiero dejar Málaga”, afirma con convicción. El clima, el entorno y el estilo de vida mediterráneo le han permitido construir una rutina estable, llena de amistades y experiencias positivas. “Sentí que tenía una vida aquí, tengo muchos amigos españoles y, por eso, irme era una mala idea”, explicó.
Los jubilados suecos buscan el sur de Europa
Su historia no es un caso aislado. Según cuenta, muchos de sus compatriotas suecos optan por mudarse al sur de Europa al llegar a la jubilación. “Los suecos, cuando cumplimos 60 o 65 años, muchos quieren poder salir de Suecia por el frío, por la oscuridad”, señaló. Málaga se ha convertido, así, en un destino recurrente para quienes buscan sol, bienestar y un ritmo de vida más relajado.
Aun así, la creciente presión turística continúa siendo un tema de debate entre los residentes extranjeros y locales, que observan con cierta inquietud cómo la masificación puede alterar el equilibrio que hizo de Málaga un lugar tan deseado.
Eva, por su parte, prefiere mirar hacia adelante. Pese a las dificultades, asegura que se siente afortunada por haber encontrado en Andalucía su segundo hogar. “A veces me frustra el turismo, pero cuando salgo al sol, paseo por la playa y veo el mar, recuerdo por qué elegí vivir aquí”, concluye con una sonrisa.
