En una medida que promete sacudir el diseño contemporáneo de los autos, China decidió avanzar hacia la prohibición de las manijas de puertas completamente retráctiles u “ocultas”. Según el portal chino Mingjing Pro la decisión ya está tomada, con la norma regulatoria en proceso de redacción final y a la espera de que sea presentada a fines de septiembre y aplicada en los próximos meses.
Entraría en vigencia a partir de julio de 2027, buscando priorizar la seguridad de los ocupantes y facilitar el acceso del personal de rescate ante accidentes. El foco está puesto en una característica de diseño que, si bien aporta en términos aerodinámicos (los expertos coinciden en que de manera mínima) y estéticos, exhibe cada vez más señales de vulnerabilidad en situaciones críticas donde el tiempo juega un papel fundamental.
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Desde hace años, muchos fabricantes –especialmente en el segmento premium y eléctrico– optaron por eliminar las manijas tradicionales en favor de soluciones empotradas, que se despliegan automáticamente o mediante sensores al acercarse al auto.
Esta decisión responde, en parte, a la búsqueda de mejorar la eficiencia y ganar autonomía reduciendo la resistencia al viento. Sin embargo, el aumento de fallas en estas tecnologías y su potencial riesgo en escenarios de emergencia despertaron un creciente debate internacional, del que ahora China toma la delantera.
La preocupación principal radica en que ante un corte de energía provocado por un choque las manijas eléctricas podrían quedar inutilizadas. Esto no solo impide que los ocupantes puedan salir del vehículo por sus propios medios, sino que también dificulta el acceso de bomberos o personal de asistencia.
Según cifras divulgadas por medios locales como Car News China, las manijas electrónicas tienen una tasa de fallas ocho veces superior a las mecánicas (y son tres veces más caras). Además, en uno de los principales fabricantes de autos eléctricos del país, el 12% de las reparaciones se debe exclusivamente a problemas con estos sistemas.
Según recopila el mencionado medio, Wei Jianjun, presidente de Great Wall Motor, criticó las manijas de las puertas ocultas: “Su contribución a la reducción de la resistencia es insignificante”, agregando que son “pesadas, tienen un sellado deficiente, son ruidosas y dependen de energía eléctrica, lo que plantea riesgos de seguridad”.
Frente a este escenario, algunas marcas como Volkswagen comenzaron a adoptar soluciones mixtas, con mecanismos de emergencia visibles y accesibles desde el exterior (manijas semirretráctiles). Un camino similar tomó AUDI —en el mercado chino se escribe todo en mayúsculas— que para sus modelos A5L y Q6L implementó manijas de puerta semirretráctiles que cuentan con un cordón rojo que se despliega automáticamente en caso de colisión, funcionando como una manija mecánica para los rescatistas externos.
Para una conclusión más definitiva sobre este riesgo, el Sistema Nacional de Investigación en Profundidad de Accidentes (NAIS) de China informó un aumento del 47% en los accidentes causados por fallas en las manijas de las puertas en 2024, en los cuales las manijas ocultas representaron un 82%.
No solo preocupa en China
Aunque la medida está centrada en el mercado chino, su impacto excede fronteras. Tesla, por ejemplo, se encuentra bajo escrutinio en Estados Unidos por parte de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico (NHTSA), que investiga posibles fallas en las manijas del Model Y 2021. Según la agencia, varios usuarios reportaron que no podían salir del vehículo por un desperfecto en el sistema electrónico.
En al menos cuatro de estos casos los ocupantes debieron romper las ventanillas para poder escapar. En paralelo, el diseñador jefe de Tesla, Franz von Holzhausen, confirmó que la compañía trabaja en una nueva solución que unifique la apertura electrónica y mecánica en un único botón, con el objetivo de hacerla más intuitiva en situaciones de pánico.
Ante este problema global, la nueva normativa de China servirá como inspiración para otros países. Esta incluiría, entre otros puntos, la exigencia de sistemas de apertura manual claramente visibles y accesibles desde el exterior. En otras palabras, ya no será posible que las manijas permanezcan completamente ocultas a la vista y al tacto o que sean completamente retráctiles.
Con este movimiento, China no solo pone en evidencia las limitaciones de una tendencia estética que ganó terreno con rapidez, sino que marca un punto de inflexión en la relación entre diseño, tecnología y seguridad. En un sector cada vez más atravesado por lo digital, la recuperación de lo analógico –aunque sea en forma de una simple manija visible– vuelve a instalarse como una necesidad.