Aunque comparten el mismo idioma, las diferencias culturales entre España y Uruguay se notan desde el primer momento. Eso es lo que le ocurrió a Emiliana Artagaveytia, que cuando dejó Uruguay para comenzar su vida en España, no imaginaba que una de las mayores sorpresas no estaría relacionada con la gastronomía ni con el clima, sino con la forma en que los españoles se saludan. Desde su cuenta de TikTok (@emi_grando), Emiliana ha relatado cómo interpretar correctamente los saludos por las calles del país ibérico.
“En España existe el dialecto del saludo y que cuando dos personas se encuentran en la calle no saben si se quieren o se odian”, comienza la joven en el video. Ella misma asegura que al principio se sintió desorientada: “Empiezan a gritarse desde lejos: ¡Hombre tía! ¿Qué tal?”.
Como relata en el vídeo, cuando el vínculo entre las personas es estrecho, el saludo se refuerza con insultos, explica. “Si hay mucha confianza se insulta. ¿Qué haces aquí, subnormal?”, ejemplifica Emiliana, que inmediatamente añade: “Y seguramente se caguen en algo, ¿no? Para variar, ellos siempre se van a cagar”, bromea. Algunas de las exclamaciones más oídas incluyen: “¡Me cago en la mar salada!”, o “¡Me cago en la ostia!”.
“En España eso es amor”
Pero la uruguaya insiste que más allá de los insultos y los gritos, “eso es amor. Acá en España eso es amor”. Para ella, esta manera tan particular de expresarse es una forma sincera de afecto. El ritual continúa cuando ambos amigos acortan la distancia que los separa. “Si tienen que recorrer una distancia para poder encontrarse, van a gritar durante todo el trayecto”, observa. Y una vez cara a cara, lejos de apostar por la calma, el afecto se demuestra a base de palmadas en la espalda, muchas veces tan fuertes que “más o menos uno le fracture la costilla al otro”.
Tras el saludo, añade Emiliana, se quedan “media hora en la esquina” poniéndose al día, aunque, según esta, esa actualización de sus vidas suele hacerse en monosílabos: “Tal tío, pues aquí, na. Madre mía, en plan, ¿sabés?“.
El saludo se cierra con otro abrazo y, en ocasiones, con dos besos en la mejilla “para sanar los golpes”, menciona Antes de marcharse, alguno suele lanzar la promesa ritual: “Tenemos que irnos por ahí a tomar algo”. “Se dan otro abrazo, fracturándose la otra costilla y después se pueden clavar dos besos para sanar los golpes utilizando la frase, tenemos que irnos por ahí a tomar algo, cosa que nunca va a suceder en la vida o sí, pero bajo mi experiencia no”.
“Así que ya sabés, si un español te insulta, te pega y encima te grita, es amor verdadero”, recalca Emiliana, quien ya ha aprendido a disfrutar de este peculiar idioma afectivo. Para ella, no hay dudas: “España es el mejor lugar del mundo”.
En los comentarios, varios españoles han comentado el porqué de esto: “Aquí usamos insultos para halagar y halagos para insultar”, comenta @rawi.rblx. “Se resume en que somos muy sarcásticos”, añade @eumauva.