
El efecto de las bajas temperaturas sobre la salud infantil está generando un nivel crítico de riesgo en la Franja de Gaza, debido a la combinación de desnutrición severa y condiciones de vida precarias. Según informó UNICEF, alrededor de 9.300 niños y niñas menores de cinco años enfrentan alguna forma de desnutrición aguda, lo que los vuelve especialmente vulnerables ante la llegada del invierno, con amenazas directas de enfermedades y un aumento de la mortalidad infantil.
De acuerdo con las cifras publicadas por UNICEF y recogidas por la agencia en sus comunicaciones de octubre, aunque la cantidad de casos es inferior a los 11.746 casos documentados en septiembre y los 14.363 de agosto, la tasa de desnutrición sigue en niveles elevados, cerca de cinco veces más alta que la reportada en febrero de 2023 durante el anterior periodo de alto el fuego. La organización de Naciones Unidas enfatizó que la reciente entrada de ayuda humanitaria ha contribuido a reducir el total de menores afectados, pero advierte que la disminución de casos no corresponde a una resolución del problema estructural de fondo.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, declaró: “A pesar de los avances, miles de niños y niñas menores de cinco años siguen sufriendo desnutrición aguda en Gaza, mientras que muchos más carecen de refugio, saneamiento y protección adecuados contra el invierno”. Russell también subrayó que “demasiados niños en Gaza continúan padeciendo hambre, enfermedades y exposición al frío, condiciones que ponen en riesgo sus vidas. Cada minuto cuenta para proteger a estos niños”, según consignó la propia organización internacional.
El medio UNICEF detalló que la llegada de nuevos suministros alimentarios en las últimas semanas logró atenuar los precios en el mercado local y facilitar el acceso de las familias a la comida. Sin embargo, muchos productos esenciales como los alimentos de origen animal siguen sin estar presentes o resultan inaccesibles económicamente para la mayoría de la población. Una encuesta llevada a cabo entre familias por el organismo de Naciones Unidas durante octubre identificó que dos de cada tres niños menores de cinco años solo consumieron dos o menos de los ocho grupos alimenticios recomendados en la semana previa, basando su dieta en cereales, pan o harina.
El invierno acrecienta los desafíos: miles de familias desplazadas siguen viviendo en refugios improvisados, sin acceso a ropa de abrigo, mantas ni protecciones contra la climatología adversa. Las lluvias intensas han arrastrado desechos y aguas residuales hacia áreas habitadas, lo que incrementa el riesgo sanitario. UNICEF detalló que el contexto de hacinamiento severo, las malas condiciones de salubridad y las dificultades para acceder a agua potable favorecen la rápida expansión de enfermedades, afectando de manera desproporcionada a los niños de menor edad. Cuando concurren la desnutrición y la enfermedad, ambas condiciones tienden a agravarse mutuamente y aumentar la letalidad, una relación que la agencia alerta como especialmente peligrosa.
Las bajas temperaturas elevan el requerimiento energético del organismo, cuestión que pone a los menores que carecen de reservas de grasa y músculo en una situación de extremo riesgo ante la hipotermia. UNICEF reportó el fortalecimiento de sus intervenciones en materia nutricional en Gaza, en particular en Ciudad de Gaza, donde la organización había confirmado la presencia de hambruna en el mes de agosto. Allí, el número de centros de tratamiento para la desnutrición aguda subió de siete a veintiséis desde el último alto el fuego, facilitando el acceso de los afectados a servicios básicos para enfrentar la desnutrición.
De acuerdo con las informaciones de UNICEF, desde el alto el fuego la agencia ha enviado más de 5.000 tiendas de campaña para familias, 247.000 lonas impermeables, 692.000 mantas, 50.500 colchones y 206.000 conjuntos de ropa invernal a la Franja de Gaza. La distribución de estos bienes busca llegar con rapidez a las familias más necesitadas, especialmente para resguardarlas del frío, prevenir inundaciones en los asentamientos informales y salvaguardar la salud de los menores. Además, la organización distribuyó ayuda económica, lo que ha permitido alcanzar a personas en situaciones extremas, incluidos aquellos en zonas históricamente excluidas como Jabalia, en el norte, donde la destrucción y la carencia de servicios esenciales aumentan la vulnerabilidad.
Pese a estos esfuerzos, UNICEF advirtió que el ritmo de reposición de suministros destinados al invierno resulta insuficiente frente al volumen de necesidades. Numerosos envíos humanitarios aguardan la autorización para entrar al enclave palestino. Como parte de su llamamiento, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia pide que la ayuda humanitaria pueda cruzar de manera segura, expedita y sin trabas hacia la Franja de Gaza, en cumplimiento de las normas del Derecho Internacional Humanitario.
UNICEF reclama la apertura de todos los puntos de acceso simultáneamente, junto a la simplificación de los trámites burocráticos, con el fin de acelerar la entrada de insumos y asistencia en la zona. El organismo hace énfasis en la necesidad de utilizar todas las rutas posibles, ya sea a través de Egipto, Israel, Jordania o Cisjordania, con miras a permitir el acceso a una mayor variedad de bienes humanitarios, incluidos aquellos productos que han sido restringidos o anteriormente denegados por las autoridades.
Según alertó nuevamente UNICEF, esta apertura logística y administrativa constituye un requerimiento esencial para atender la urgencia de cientos de miles de niños y familias ante el invierno y las condiciones de emergencia sostenida en la Franja de Gaza.
