La actriz, entrenadora de bienestar e influenciadora Valentina Lizcano sorprendió a sus seguidores con una confesión íntima sobre un episodio poco conocido de su vida sentimental.
Durante una reciente participación en el pódcast La letra pequeña, la caleña narró con desparpajo y franqueza cómo terminó involucrada en un triángulo amoroso, siendo “la moza sin que me lo avisaran”.
Todo ocurrió en un momento de vulnerabilidad personal, ya que Valentina atravesaba un proceso de separación cuando conoció a un hombre con el que sintió una conexión inmediata y fue a partir de ese momento en el que se enredó en una situación que no esperaba.
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“Yo conocí a un personaje, yo me estaba separando, y yo le dije: ¿Yo me estoy separando’ y él me dijo: ‘Qué tan bueno, yo también’”, relató la actriz, dejando entrever cómo la coincidencia se transformó rápidamente en un vínculo que parecía genuino.
La relación parecía fluir con naturalidad, incluso, Lizcano viajaba constantemente entre Bogotá y Medellín para los encuentros —motivada también por su pasión por correr montaña—, nunca sospechó que algo no cuadraba, hasta que empezaron a aparecer las señales.
“A mí sí me dijeron: ‘Cuidado, mija, que los paisas son enredadores de pestaña’. Pero como yo no tenía pestañas, hasta ahora me están saliendo con una cosa que me estoy echando”, comentó entre risas, recordando los consejos que ignoró.
Aproximadamente tres meses después de haber iniciado la relación, recibió una llamada que cambiaría toda la situación: “Me llama el man y me dice: ‘Tengo que decirte algo’. Yo le pregunté qué era, y me soltó: ‘Mi pareja está embarazada’”.
En ese momento, Lizcano se sintió desconcertada, confundida y traicionada, pues no tenía ni siquiera conocimiento de que estaba metida en un triángulo amoroso, así que menos comprendía cómo había sucedido la siguiente acción.
“A mí me dio un babeado. Estaba más tragada, pero tragada como calzón de torero, como dicen”, expresó, haciendo alusión al impacto emocional que le produjo la noticia.
El hombre nunca estuvo realmente separado y su pareja tenía tres meses de embarazo, lo que coincidía exactamente con el tiempo que llevaba saliendo con Valentina.
A modo de advertencia irónica para otras mujeres, lanzó una frase que ha resonado entre sus seguidoras: “Nunca le crean amigas cuando les dicen: ‘Estamos viviendo en la misma casa pero en habitaciones diferentes’. ¡Ay, Jesús! Que por los niños… que para que el hijo no se traumatice. ¿Cuál niño será?”.
Pese a que fue una experiencia dolorosa, Valentina Lizcano no se dejó derrumbar y lejos de permitir que esa decepción marcara su vida amorosa, junto a la separación, canalizó el desamor en un proceso de introspección y sanación que la llevó a encontrarse a sí misma y, eventualmente, a abrir nuevamente su corazón.
La actriz tiempo después conoció a Giulio Iannelli, un italiano que llegaría a convertirse en el amor de su vida. Sin embargo, su relación no comenzó de inmediato. Pasaron seis meses antes de que ella aceptara siquiera tomar un café con él, pero la paciencia, el respeto y la presencia constante de Giulio terminaron por construir una relación sólida, basada en la confianza y la honestidad.
Fruto de ese amor nació Alma, la hija de ambos, el 22 de junio de 2021. La noticia fue compartida por Giulio en sus redes sociales con una emotiva fotografía que selló un nuevo capítulo en la vida de Lizcano, lejos de los engaños del pasado.
Hoy, Valentina Lizcano no solo se ha convertido en un referente de bienestar físico y emocional, sino también en un testimonio de resiliencia. Su historia ha sido celebrada por muchas mujeres que encuentran en sus palabras una voz que visibiliza los errores, las heridas y las segundas oportunidades.