Un informe oficial reveló que desde 2013, el Gobierno de Venezuela ha detectado e interceptado al menos 419 aeronaves que, según las autoridades, violaron el espacio aéreo del país, de acuerdo con cifras reportadas por el alto mando militar. Este dato contextualiza la reciente operación desarrollada el viernes, cuando militares venezolanos forzaron el aterrizaje de una aeronave calificada como «hostil» en la región fronteriza con Colombia, específicamente en el municipio Pedro Camejo, estado de Apure, tras su entrada irregular desde el este del estado de Bolívar.
Según publicó el medio Europa Press, la incursión fue detectada a través de los sistemas de radares de alerta temprana, que registraron el desplazamiento de un aparato sin identificación, sin plan de vuelo presentado, sin emisión de código de identificación y con su sistema de radiofrecuencias apagado. Domingo Hernández Lárez, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEOFANB), informó que la aeronave, de color blanco y sin matrícula visible, no cumplió los protocolos aéreos exigidos por la legislación venezolana y prosiguió rumbo al oeste, lo que alertó a las fuerzas de defensa.
El medio Europa Press detalló que la reacción del Estado venezolano implicó la movilización de tres aviones de combate F-16 con el propósito de interceptar el vuelo no autorizado y obligarlo a descender. La operación concluyó con el aterrizaje forzoso de la aeronave en suelo venezolano. Hernández Lárez, a través de un comunicado difundido en la red social Instagram y citado por Europa Press, explicó los pasos del operativo y recordó la política de defensa del espacio aéreo nacional establecida por la Ley de Control para la Defensa Integral del Espacio Aéreo Venezolano.
El funcionario acompañó el reporte con declaraciones sobre la postura de Caracas ante el tráfico ilícito transnacional: “Venezuela es tierra de paz, de libertad y de democracia, de derecho y de justicia, donde se lucha a diario y frontalmente contra el narcotráfico. No producimos, no procesamos ni consumimos, y mucho menos seremos plataforma del narcoterrorismo transnacional”, sostuvo Hernández Lárez, reproducido por Europa Press.
De acuerdo con los datos difundidos por Europa Press, a raíz de la ley promulgada en 2013, tanto los procedimientos de intercepción como la supervisión del espacio aéreo venezolano han sido reforzados. Solo en 2025, autoridades han inmovilizado al menos 28 aeronaves involucradas en operaciones similares, de acuerdo con los reportes oficiales.
Esta reciente incursión ocurre en un contexto de aumento de las tensiones regionales. Europa Press reportó que la operación se produce mientras Estados Unidos lleva adelante bombardeos de embarcaciones en el Caribe y el Pacífico dirigidas contra presuntos grupos narcotraficantes. El medio también consignó que Washington ha planteado públicamente la posibilidad de atacar objetivos dentro del territorio venezolano en el marco de sus operaciones antidroga.
El entorno de seguridad en torno a la frontera entre Venezuela y Colombia figura entre los más monitoreados, dada la actividad de grupos irregulares y el constante despliegue de operaciones para combatir el tráfico de drogas. Las autoridades venezolanas suelen asociar los vuelos irregulares, señalados como “hostiles”, con actividades relacionadas al narcotráfico y justifican las medidas de interceptación bajo el argumento de proteger la soberanía y seguridad nacional.
Europa Press indicó que las acciones venezolanas se enmarcan en la política oficial declarada por el gobierno de Nicolás Maduro para combatir movimientos aéreos no autorizados. La aplicación efectiva de la ley referida al espacio aéreo ha sido invocada reiteradamente en comunicados y declaraciones difundidas por las fuerzas armadas en los últimos años.
El caso del avión interceptado en Apure ilustra tanto la vigilancia fortalecida por parte del Estado venezolano como la relación tensa con actores internacionales, especialmente Estados Unidos, en un contexto de operaciones transnacionales contra el narcotráfico y el crimen organizado.
