Víctor Bugge, histórico fotógrafo presidencial, fue distinguido ayer como Personalidad Destacada de la Cultura en un acto realizado en el Salón Dorado de la Legislatura porteña. La resolución, aprobada por unanimidad, reconoció una trayectoria de casi medio siglo dedicada a registrar, desde un acceso privilegiado, la vida política argentina. Acompañado por sus hijos, nietos, colegas y amigos, Bugge vivió la ceremonia como un gesto inesperado. “Me sorprendió todo lo que pasó antes —contó a LA NACION—. Cuando fue mandada la invitación, me llegaron mensajes con mucho cariño. Tengo audios de todo el arco ideológico y periodístico con lindas palabras”.
El homenaje reunió a figuras del periodismo político y a referentes de distintos espacios públicos. Entre ellos estuvo Zulemita Menem, Wado de Pedro y el exvocero presidencial José Ignacio López, con quien Bugge compartió años de trabajo en la Casa Rosada. También asistió Juan Carlos Pallarols, el orfebre que desde hace décadas confecciona los bastones de mando presidenciales. Bugge relató un momento que lo tomó por sorpresa durante la ceremonia: “Pallarols me regaló el bastón de mando que fue de Perón. Le dije: ‘¿Pero cómo me lo vas a regalar? Es tuyo’. Y me respondió: ‘Estoy grande y quiero que quede en buenas manos, y esas son las tuyas’. Fue una sorpresa. Es una obra de arte, no era algo previsto, me emocionó”.

La distinción funciona como una síntesis de un recorrido profesional que comenzó en 1978, cuando Bugge ingresó a la Casa Rosada con 22 años, terminó en julio, cuando Víctor se retiró. La fotografía era, para él, tanto un oficio como una herencia familiar: su padre había sido reportero gráfico y le transmitió los códigos del trabajo en ámbitos de poder. Bugge logró sostener, durante 47 años, un registro continuo de todos los presidentes desde la última dictadura hasta la actualidad. Documentó transiciones institucionales, giras, reuniones de gabinete, crisis económicas, actos multitudinarios y también escenas de intimidad política que con el tiempo adquirieron valor histórico. Su archivo supera el millón de imágenes y traza un recorrido visual por las transformaciones políticas, tecnológicas y comunicacionales de las últimas décadas.
Esa permanencia no estuvo acompañada de militancia partidaria. Bugge suele remarcar que la neutralidad fue una decisión que adoptó desde el inicio: “Mi vida fue así: yo nunca me metí en política. Siempre hice fotos, que es una forma de hacer política, pero por mi actividad nunca me pude posicionar públicamente. Esa conducta la mantuve y los resultados son que me llevo bien con todos. Me siento reconocido por todos, y eso no es normal en este país, que suele ser un Boca-River”. Por eso la distinción de la Legislatura porteña tuvo para él una dimensión particular: “No es común en el país que te reconozcan en vida. Yo siempre lo sentí por los medios, pero que sea la Legislatura y el sector del radicalismo es una emoción muy grande. Los reconocimientos no vienen solos, vienen porque algo bien hice. Eso siento”.

Bugge recuerda que el trabajo en la Casa Rosada exigía disponibilidad permanente y cierta adaptación al ritmo del poder político. “En los pasillos no todo es tranquilo”, admite. Por eso la ceremonia de ayer tuvo una especie de cierre familiar para él: “Fui con mis hijas, mis hijos y mis nietos, amigos. Siempre me sentí acompañado por mi familia; si no, sería imposible”. Ese sostén, dice, fue decisivo para sostener décadas de agenda imprevisible.

Ya retirado de la actividad, Bugge atraviesa una etapa que describe como un reencuentro personal con aquello que había quedado suspendido. “Estoy contento con el retiro —señaló—. Me estoy reencontrando con algo que no vivía hacía 50 años y estoy reviendo mi trabajo, viendo qué quiero hacer y reencontrándome con una vida distinta”. En ese proceso reaparece el consejo que le dio su padre cuando lo vio iniciar la carrera: “Sacá y no hables”. Para Bugge, esa frase sintetiza no solo un método sino una ética de trabajo. “Siento que cumplí”, resume hoy, mientras revisa su archivo, ordena materiales y disfruta.
