El Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Zárate-Campana resolvió condenar este miércoles por la mañana al ex esposo de Julieta Prandi, Claudio Raúl Contardi, a la pena de 19 años de prisión tras considerarlo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado» y de “casuar un grave daño a la salud mental de la víctima de manera reiterada”.
En un video quedó registrado la rápida lectura del veredicto, que llevó menos de un minuto y se hizo sin la presencia de Prandi.
Apenas se anunció la condena, dos oficiales se acercaron a Contardi y lo retiraron de la sala.
El Tribunal, además, ordenó su inmediata detención, el pago de las costas del proceso y su incorporación al Registro Nacional de Personas Condenadas por Delitos Vinculados a la Integridad Sexual.
En el video se escucha: “El tribunal, en primer lugar, resuelve declarar inadmisible el planteo de nulidad efectuado por el doctor Nitzcamer (abogado defensor de Contardi). En segundo lugar, pronunciar veredicto condenatorio para el procesado Contardi por los hechos ocurridos entre el 28 de junio de 2015 y el mes de marzo del año 2018 en Escobar, provincia de Buenos Aires”.
La reacción de Julieta Prandi
Tras reponerse de una descompensación luego de enterarse del veredicto del tribunal, la actriz, en un breve diálogo con LA NACION dentro de los tribunales, expresó: “Le digo a las personas que están viviendo estas situaciones y todavía no obtienen justicia, que tenemos esperanza, porque ahora pueden animarse a denunciar. Entiendo que va a ser un antes y un después en la justicia. Costó muchísimo”.
Consultada sobre el largo proceso judicial que tuvo que atravesar recriminó: “Después de todos estos años, creo que debería cambiar la Justicia. Que cambie para no re-victimizar más a las víctimas. El proceso no puede ser digno de 10.000 apelaciones, mientras ellos siempre gozan de libertad”.
Y concluyó: “Las pericias tienen que ser obligatorias. Es una locura que eso sea una opción para los acusados, mientras nosotras, las víctimas, estamos obligadas a confirmar nuestros dichos y nuestro infierno. Eso tiene que ser al revés. Para empezar, la víctima denuncia cuando puede, y una vez que lo hace, la tienen que cuidar, porque el siguiente paso es un femicidio. Estamos cansadas de ver cómo nos matan. Estamos cansadas de que no nos escuchen”.