Esa mañana, mientras conducía por una autopista transitada del estado de Virginia, notó un bulto peludo al costado del camino. Aunque el resto de los vehículos pasaba a toda velocidad sin siquiera advertir que algo ocurría, Beasley, el conductor preocupado, supo de inmediato que alguien necesitaba ayuda.
Puso balizas y estacionó su auto. Cuando se acercó al bulto descubrió que se trataba de un mapache herido e inmóvil. Fue entonces cuando llamó al Refugio de Vida Silvestre Evelyn (EWR). “Sin duda, otros la habían visto allí”, escribió uno de los voluntarios de EWR en Facebook. “Pero una persona decidió marcar la diferencia en su vida y llamar a un refugio para pedir ayuda”.
Beasley se quedó con el mapache hasta que el equipo de rescate de EWR pudo presentarse en el lugar. Al llegar, el equipo recogió al mapache, le puso el nombre de Beasley en honor a su amable rescatista y trasladó al animal a su sede para un examen médico exhaustivo.
Lamentablemente, las lesiones de Beasley -una hembra joven- sugerían que había sido atropellada por un coche: tenía un ojo gravemente dañado y aparentemente una pata rota. No podía sostenerse por sí sola y tendrían que extirparle el ojo lesionado, pero el equipo del EWR le prometió que se sentiría mejor con el correr de los días. El Refugio de Vida Silvestre Evelyn (EWR por sus siglas en inglés) es una organización sin fines de lucro que se dedica a la rehabilitación de fauna silvestre nativa de Virginia, herida o huérfana, para luego liberarla en sus hábitats naturales.
Para aliviar el dolor y reducir el riesgo de infecciones, a Beasley se le administraron una serie de medicamentos. Luego de nuevos estudios, se supo que la mapache tenía el esternón dislocado, por lo que se indicó seguir con el tratamiento del dolor hasta que sanara.
Lamentablemente, perdió su ojo derecho. “Luego de la cirugía en la que se le extrajo el globo ocular dañado, nos centramos en que la zona intervenida sanara sin infección”, detallaron desde el refugio. Al poco tiempo, la dulce mapache empezó a mostrarse más animada y, para sorpresa de todos, su barriga empezó a crecer.
Aunque los veterinarios de EWR le habían realizado una ecografía el día de su rescate, en ese momento no pudieron ver ninguna cría y ese fue el motivo por el que determinaron que no estaba embarazada. Sin embargo, aproximadamente un mes después de su rescate, Beasley dejó a todos sin palabras.
“Mientras se recuperaba, decidió sorprendernos con tres crías”, escribió el EWR en Facebook. “Cuando llegó, le hicimos una ecografía, pero desafortunadamente, el embarazo era muy temprano y no detectamos que estuviera embarazada”.
El equipo de EWR no esperaba que Beasley diera a luz bajo su cuidado, pero finalmente se sintieron aliviados de que tuviera un espacio seguro para tener a sus cachorros. Tras ser atropellada y abandonada a un lado de la carretera, Beasley tenía una segunda oportunidad como madre primeriza, y sus instintos se despertaron de inmediato.
“Después de tener a las crías, se volvió bastante protectora y agresiva. Por lo general, cuando sabemos que están embarazadas, las llevamos a un recinto exterior para que tengan más privacidad y se sientan un poco más seguras. Desafortunadamente, ese no fue su caso”, explicaron los voluntarios del refugio.
El equipo de EWR perdió la oportunidad de colocar a Beasley en un recinto exterior antes de que nacieran sus cachorros, pero aún tuvieron tiempo de trasladar a la pequeña familia tras su llegada. Entonces, colocaron cuidadosamente a Beasley y a sus cachorros en una jaula y luego los trasladaron a su nuevo hogar.
Beasley y sus crías se han adaptado a su nuevo recinto, y los cachorros siguen creciendo cada día. Pasará un tiempo antes de que Beasley y sus cachorros regresen a la naturaleza, pero el equipo de EWR no tiene prisa. La pequeña familia está más segura bajo su cuidado, y el equipo está feliz de tenerlos.
“Permanecerán bajo nuestro cuidado hasta que sus crías sean mayores. Las crías de mapache a veces se quedan con sus madres hasta un año”. Beasley y los cachorros deberían estar listos para ser liberados en aproximadamente un año. Hasta entonces, seguirán creciendo en EWR, agradecidos de que un hombre amable que conducía por la carretera decidiera detenerse por ellos.
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